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La asfixiante Morelia

La asfixiante Morelia

Por: Rosalinda Cabrera Cruz

La mala planeación, corrupción y encontronazos políticos literalmente ahogan a los habitantes de Morelia, ya sean conductores particulares o privados e incluso a usuarios y choferes del transporte público, quienes se ven atrapados entre innumerables e inacabados proyectos de obra pública de mediano y gran tamaño que, aunque ya debieran estar en funciones, inexplicable e injustificadamente no llegan a su conclusión.

Este hecho lleva a que la ciudadanía duplica y hasta triplica sus tiempos de traslado; se da el caso de quienes transitan por el libramiento sur en horas pico, y que para lograr pasar a la altura de la ahora Casa Michoacán, han registrado tiempos de hasta una hora en un trayecto de 10 minutos, ya sea por obras viales, manifestaciones o bloqueos de todo tipo.

Junto con las obras viene también la ineficiencia, porque las vías alternas y labores de uniformados de tránsito, tanto municipales como estatales, dejan mucho que desear, derivando en aglomeraciones que causan irritación, ira e innumerables incidentes menores y no tan menores de accidentes vehiculares.

Es de destacar que previamente a la salida de la administración municipal encabezada primero por Raúl Morón y luego por Humberto Arroniz (ambos de Morena), el ayuntamiento moreliano fue criticado por ordenar demasiadas obras precisamente durante el proceso electoral (lo que podía ser cuestionado); y lo que es peor, apenas pasaron las elecciones el problema se recrudeció, porque los trabajos se relajaron, ya sea por falta de recursos económicos o simplemente porque la administración que le siguió no es de Morena; tal es el caso del proyecto de construcción en el puente vehicular sobre la avenida Siervo de la Nación.

Los tiempos de cumplimiento en la construcción es una cuestión aparte, porque el pasado ayuntamiento moreliano simple y sencillamente no cumplió; en el caso ya citado, el puente debió ser concluido en marzo de 2021, pero además de haber quedado abandonado por varios meses, no fue sino hasta que se retomó el asunto por la administración de Alfonso Martínez Alcázar que se pudieron reanudar los trabajos y no sin pocos obstáculos de tipo político, legal y técnico.

A obras en proceso, bloqueos al por mayor

Morelia ostenta un título más; ya se le conoce como “la capital mundial del bloqueo de vialidades”, porque es cosa de todos los días que distintos grupos cierren vialidades, así como los 4 accesos a la capital del estado en demanda de pagos o prebendas prometidos.

Además de los miembros del magisterio michoacano, ya sean del SNTE o de la CNTE, quienes llevan meses exigiendo que ya se concluya el proceso de federalización de la nómina magisterial para que 38 mil maestros con clave estatal puedan ser pagados por la federación, existen muchos otros gremios que viven la retención de sus sueldos, en algunos casos desde hace varios meses.

No pueden faltar los normalistas, jóvenes inquietos y aguerridos que han aprovechado las coyunturas para retener camiones, mismos que suelen atravesar en ambos sentidos del libramiento poniente a la altura de la avenida Siervo de la Nación, lo cual impide el paso tanto hacia salida a Quiroga como hacia la salida a Pátzcuaro.

Son pocas las calles morelianas que quedan libres, tomando en cuenta las obras públicas en desarrollo, por lo que no es raro que esas vialidades diariamente se encuentren sumamente llenas de autos y el caos no se haga esperar, como es la situación que se vive en el antiguo camino a La Huerta, frente a las canchas de Policía y Tránsito, igual que la avenida San José del Cerrito, que cotidianamente presentan poca circulación vehicular y que hoy están saturadas de autos en el lado sur de Morelia.

Eso mismo ocurren en la avenida Periodismo, las calles de la colonia Manantiales y hasta la avenida Cointzio que va desde salida a Quiroga a salida a Pátzcuaro, que por cierto está en deplorables condiciones en varias partes y que también está llena de autos que buscan por donde transitar para poder entrar a la ciudad.

En el lado norte, la avenida Torreón Nuevo, Morelos Norte y Guadalupe Victoria tienen circulación a vuelta de rueda mientras que en el lado oriente, la avenida Camelinas y Enrique Ramírez Miguel de la misma manera se encuentran con carga vehicular sumamente abundante.

Obras inconclusas

La falta de transparencia y manipulación política se puede observar en el hecho de que de 44 obras en proceso que recibió la administración municipal de Martínez Alcázar, por lo menos 25 tenían vencidos sus contratos. Además, en cinco casos se observaron obras no iniciadas, pero cuyos plazos de ejecución ya estaban en curso.

A causa del ataque que comprometió información sobre ingresos, servicios administrativos y obra pública del municipio al entrar en funciones esta administración, resulta que a la salida de Humberto Arroniz no se tenía acceso a los datos correspondientes a los últimos 30 días de la gestión municipal 2018 a 2021.

Esto implicó que se desconoce si algunas o todas las obras cuyos contratos han vencido, tienen convenios de ampliación de plazos de ejecución, así como las estimaciones pagadas y adeudadas a las constructoras. El secretario de Urbanismo y Obra Pública municipal entrante reconoció que esta labor requerirá de paciencia, por ser un trabajo detallado y técnico, que llevará a “desmenuzar poco a poco” los procesos de la obra desarrollada en los últimos tres años, especialmente la que se dejó pendiente de finalizar.

Una docena de ellas rebasaron con mucho sus tiempos límites de conclusión y en el resto se reportó atraso tras atraso por múltiples causas: cuestiones de energía eléctrica o de agua, ajustes de tiempo o recursos financieros, mal tiempo y muchos pretextos más. Todas las obras sin terminar están incluidas en el Programa Anual de Inversión y no se agregaron proyectos adicionales en la recta final de gobierno, así que no existe justificación para su retraso.

Cabe mencionar que el expresidente provisional de Morelia, Humberto Arróniz Reyes, defendió hasta el final que “dejar obras en proceso no representa una irregularidad y la anterior administración municipal dejó un número mayor, de cerca de 60 proyectos, aún en labores para ser concluidas”.

Es verdad que dejar obras inconclusas entre cambios de gobiernos no es irregular, pero en este caso esos trabajos fueron acompañados por el descontento social, de ciudadanos que tuvieron que pagar los platos rotos derivados de una lucha política entre diferentes niveles de gobierno, como sería el caso del puente vehicular de la avenida Siervo de la Nación, cuyos trabajos se quedaron a medias y suspendidos porque la compañía ferroviaria Kansas City Southern canceló los recursos financieros ante el incumplimiento del convenio de construcción, no siendo sino hasta ahora que se retomaron las acciones de construcción.

Ciudad colonial que ahoga

Por otra parte, el diseño colonial de Morelia poco abona a solucionar el asfixiante ambiente de movilidad, dado que la circulación es sumamente reducida en comparación a otras ciudades. Si bien hay zonas en donde un vehículo debería trasladarse entre los 60 y 40 kilómetros por hora, la realidad es que los tiempos son mucho más lentos porque se evita una obra en proceso, pero se cae en otra más adelante.

De poco han servido las estrategias de los gobiernos estatales y municipales (no únicamente los más recientes o el actual) encaminados a ampliar vialidades vehiculares, porque la construcción de distribuidores viales y la deficiencia en los sistemas de transporte público ha empujado a los ciudadanos a adquirir cada vez más vehículos automotores, lo que ha saturado las calles, es decir, la capital del estado se encuentra en un círculo vicioso.

Continuando el ejemplo del puente de Siervo de la Nación, en reciente conferencia de prensa, los vecinos de la zona expusieron que se realizan recorridos de casi una hora para trasladarse a un punto cercano a tan solo unos cuantos kilómetros, lo que se ha recrudecido con el colapso del muy viejo y maltratado puente sobre el dren Barajas, en las cercanías del libramiento.

Antes del cambio de gobierno, tanto el ayuntamiento de Morelia como el gobierno estatal fueron criticados por autorizar gran cantidad de obras justamente durante el periodo electoral, críticas que se justificaron al observarse la situación actual, pues diversos puntos de la ciudad siguen congestionados a causa de los proyectos de construcción inconclusos.

Para nadie fue un secreto que las autoridades municipales y la estatal permitieron que sus respectivas obras se ejecutaran en una sola temporada del año (la electoral), sin existir coordinación entre ellas para evitar el empalme y ahora se están pagando las consecuencias de esa falta de coordinación.

Monumento a la corrupción

Las autoridades municipales entrantes reconocieron al tomar las riendas de la ciudad que la empresa Kansas City Southern frenó el flujo de recursos de la obra en Siervo de la Nación debido a cuestiones administrativas, aunque los salientes afirmaron que los avances de la obra correspondía a los montos económicos liberados y que se contaría con suficientes fondos, los vecinos de la zona aseguraron que quedan muchos adeudos con las empresas constructoras y que al menos tres subcontratadas prefirieron abandonar las labores.

Sin embargo y pese a las evidencias de irregularidades, el gobierno de Morelia no aplicará sanciones a Obras y Agregados Cashe, empresa a cargo de la construcción de los puentes peatonal y vehicular sobre la intersección de la avenida Siervo de la Nación y las vías del tren, tras el rezago equivalente a cerca de un año respecto de la fecha estimada para su conclusión, refirió Yankel Alfredo Benítez Silva, secretario del ayuntamiento.

Explicó que por la forma “mañosa” del contrato elaborado con la empresa constructora, no hay una forma en que el gobierno local pueda implementar penalizaciones por extender el lapso previsto para la realización de la obra por entre 12 y 14 meses de las fechas comprometidas para su terminación. Afirmó que la labor de fiscalización, en estas circunstancias, se enfocará en la revisión del proceder de los servidores públicos que estuvieron involucrados en la asignación del proyecto, su implementación y desarrollo, hasta la suspensión de trabajos, que fueron reanudados al arranque de la segunda quincena de mayo de este año.

Benítez Silva aseveró que no se ha determinado interponer denuncias ante la Fiscalía General del Estado (FGE), debido a que la obra está en verificación y análisis ante los órganos fiscalizadores, como la Auditoría Superior de Michoacán (ASM), los que calificarán las faltas y las instancias que atenderán el caso.

Cabe recordar que esta obra inició de manera formal en diciembre de 2020 (que incluso fue cuestionada pues existía la posibilidad de erigir un puente similar sobre el libramiento sur), estando a cargo de Obras y Agregados Cashe, con una aportación por 6.5 millones de dólares de parte de Kansas City Southern de México (KCSM), concesionaria del ferrocarril.

La fecha de término contratada fue hacia mayo de 2021, si bien con los vecinos y comerciantes de la zona la administración municipal 2018 a 2021 comprometió un plazo no mayor a tres meses para la ejecución de los trabajos.

En este caso se dio de todo para frenar los trabajos, desde inconformidad social y vecinal con la obra hasta la movilización y toma de vías férreas, desabasto de acero estructural por causa de la pandemia de COVID-19, detección de infraestructura de servicios no registrada y vencimiento de contratos, por lo que no fue sino hasta mayo pasado que se reanudaran las labores, con la proyección de finalizar en octubre venidero.

Mientras tanto, el expresidente municipal de Morelia, Raúl Morón Orozco, no ha sido llamado a declarar por las presuntas inconsistencias detectadas. Desde finales de enero de este año, el auditor superior del estado, Miguel Ángel Aguirre Abellaneda, informó que entre las anomalías encontradas hay simulación en la licitación de la obra y exceso de pagos en materiales.

El exalcalde ha tomado estas acusaciones con cinismo, al afirmar que está tranquilo porque en este caso no hubo ningún acto de corrupción: “Si hubiera alguna irregularidad, hay una fianza que todas las empresas depositan; la verdad yo tampoco me explicó por qué la obra lleva parada tanto tiempo, ya se hubiera concluido desde hace rato, así que hay que preguntarle a la presente administración para cuándo la reanuda”.

Insistió en que su trienio 2018-2021, concluido por Humberto Arróniz, fue “honesto y transparente”, así que las posibles irregularidades las enfrentarán con transparencia, pero hasta el momento “no ha sido llamado a declarar en específico por esa construcción”.

El dictamen de la Auditoría Superior de Michoacán (ASM) determinó que la obra fue construida con materiales de baja calidad, por lo que el eje nueve, específicamente en su cabezal tendrá que demolerse y reconstruirse (lo que ya está en proceso).

Morón Orozco y Arróniz Reyes, así como el excontralor municipal, Norberto Bedolla Rendón, así como el titular de la secretaría de Urbanismo y Obras Públicas, Mario Rodríguez Loeza, se presume habrían desaparecido toda documentación que sustente la construcción del puente elevado, dejando a las autoridades investigadoras sin indicios de lo que se contrató ni posibilidad de investigar presuntos actos de corrupción.

La titular de la contraloría municipal, María del Carmen López Herrejón, afirmó que dentro de ninguna de las dependencias señaladas, que forman parte del Fideicomiso de Proyectos Estratégicos (FIPE) se encontró documentación respectiva a la contratación de la obra o cinco de los estímulos que se pagaron a la constructora Obras y Agregados Cashe S.A. de C.V. por avances en el puente (sic).

¿Y mientras tanto quién paga los platos rotos? Los habitantes de Lomas del Valle y colonias aledañas, quienes se encuentran aislados por los trabajos en avenida Siervo de la Nación y por el socavón que se abrió casi al llegar al libramiento, donde ahora a marchas forzadas y bajo la lluvia se busca reconstruir el tan necesario y colapsado puente. Entrevistados al respecto, manifestaron que en año y medio las dos conexiones a esta vialidad principal fueron cortadas de tajo, por lo que hoy están encerrados, con pocas vías alternas.

Y todo lo anterior está de no creerse, puesto que por un lado la salida al libramiento, a la altura de la sede del Infonavit, quedó completamente cerrada por el percance, mientras que en la conexión a la avenida Periodismo permanece cerrada por el distribuidor vial inconcluso y con 15 meses de retraso, algo que lamentablemente se repite por toda la ciudad.

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