Silogismos| Susana Ángeles, atiza el infierno laboral que enfrentan trabajadores municipales
Lejos del discurso oficial, los abusos en contra de los trabajadores del ayuntamiento de Tizayuca, sobre todo mujeres, son algo cotidiano al grado que los funcionarios de la alcaldesa señalan no tomarla en cuenta cuando se trata de despedir o violentar los derechos humanos
* Lejos del discurso oficial, los abusos en contra de los trabajadores del ayuntamiento de Tizayuca, sobre todo mujeres, son algo cotidiano al grado que los funcionarios de la alcaldesa señalan no tomarla en cuenta cuando se trata de despedir o violentar los derechos humanos y laborales de los empleados. El colmo es el DIF-Municipal donde su hermana, Adriana Angélica Ángeles, funge como Presidenta Honorífica, y su prima, Evelyn Aldana Quezada es la Directora, ahí se despide y agrede a mujeres, echando abajo la supuesta equidad de género de la presidenta municipal
Por: Antonio Ortigoza Vázquez
En una reciente entrevista realizada por el Heraldo Televisión, la alcaldesa de Tizayuca, Susana Ángeles Quezada, mostró sus habilidades para ocultar los atropellos laborales de sus funcionarios bajo la mullida alfombra de las apariencias.
Ante su “par” de la CDMX, Adrián Ruvalcaba edil de Cuajimalpa y conductor del programa Tu Alcaldía, tu Ciudad, “Susy” no tuvo empacho en asegurar que en su gobierno los temas se tratan con sensibilidad, en un ejercicio de empatía con una “perspectiva humana de las personas…” dentro de un marco de “responsabilidad” por ser “la primera mujer presidenta en Tizayuca”.
Lo expuesto ante las cámaras pintó una administración en rosa, casi perfecta de la joven presidenta municipal, pero muy alejada de la cruenta realidad que vienen enfrentando los trabajadores municipales, sobre todo mujeres, que no solo han despedidas sin justificación legal alguna, sino violentadas por sus jefes inmediatos, muchos de ellos, lamentable, también mujeres.
El pasado 22 de febrero en la Sesión de Cabildo, la generalizada política antilaboral que priva en el ayuntamiento de Tizayuca, salió a flote cuando el Síndico Jurídico, Gabriel González García, enumeró la extensa serie de arbitrariedades cometidas por “funcionarios groseros y déspotas en su trato con los trabajadores”, a quienes la opinión de la alcaldesa les importa un reverendo cacahuate.
Sin falsos eufemismos, González García dijo ante el cuerpo edilicio: “En más de una ocasión los he escuchado decir que ellos hacen lo que quieren y les vale la presidenta municipal”.
Y algo, o mucho de razón, le asiste al Síndico porque los atropellos y excesos contra los trabajadores y trabajadoras no son hechos aislados al reproducirse por las diversas áreas y dependencias municipales, convirtiéndose en el sello distintivo de una administración donde su titular no está actuando, como asegura ante los medios, con “empatía” hacia la gente.
Los hechos hablan por sí solos y exhiben además una inadmisible violencia de género. Veamos:
El 18 de febrero pasado se registró uno de los tantos casos que constituyen un delito grave de acuerdo a la nueva Reforma Laboral impulsada por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya imagen cuelga en una de las paredes de las oficinas de la alcaldesa, Susana Ángeles.
Sabine Regina García Flores, una joven que laboraba en la Comisión de Agua y Alcantarillado del Municipio de Tizayuca, Hidalgo (CAAMTH), fue llamada un día antes por el director de la dependencia, Rodolfo Rodríguez Rivero, ordenándole que pautara en las redes sociales del organismo los promocionales de la Feria Metropolitana de Tizayuca 2023, a lo que la empleada le hizo ver que por ser una dependencia descentralizada una acción de ese tipo representaría la configuración de un delito.
Lejos de agradecer la valiosa observación, el sábado 18 de febrero, alrededor de las 11 de la mañana, Sabine Regina de 23 años de edad, fue instruida a acudir al área de juntas para platicar. En la sala se encontraban las funcionarias Elia Tejeda Salinas, contralora; Roxana Ramos López, titular de Recursos Humanos y María Paulina Chávez, directora Jurídica, quienes de manera intimidante le solicitaran firmara de inmediato su “renuncia voluntaria”, sin mediar explicación legal alguna.
Por supuesto, la joven que cursa la Carrera de Comunicación, se negó a tan absurda petición pues lo suyo era a todas luces “un despido injustificado” como tantos otros que se suceden a diario en el ayuntamiento de Tizayuca, abonando silenciosamente un conflicto laboral que tarde que temprano le estallará a la alcaldesa, una vez que los afectados se decidan a instaurar los juicios correspondientes.
Ante tales atropellos el gobierno municipal lleva todas las de perder, sobre todo porque, como en el caso de García Flores, lejos de sustentar conforme a la ley la separación de su cargo, las funcionarias le señalaron que el motivo era porque no debía faltarle al respeto a sus jefes, debiendo hacer todo lo que le ordenaran “aunque no fuera ético, ni actividades correspondientes a las funciones del organismo”. A la aberrante situación, puede agregársele violencia de género laboral.
Lamentable que además una de las dolorosas resultantes sea la de mujeres violentando a otra mujer, en un gobierno donde la alcaldesa dice defender la equidad de género.
Pero este no es el único caso. Hay más y son también recurrentes en el Sistema Municipal DIF donde la presidenta honorífica es nada menos que Adriana Angélica Ángeles Quezada, hermana de la alcaldesa; y la Directora, Evelyn Marlene Aldana Quezada, su prima. Nepotismo en su más pura expresión.
En la lista de injusticias laborales expuestas por el Síndico Jurídico, Gabriel González, en la polémica sesión de Cabildo donde también se sumaron a sus denuncias el regidor Omar Monroy y la Regidora, Mariana Lara Morán, es precisamente el DIF Municipal, la dependencia que abona un buen número de casos donde, para varias, nuevamente son mujeres las que atropellan los derechos humanos de otras mujeres.
Una descarnada historia que ya circula en las redes sociales, es el caso de Iris, madre soltera y humilde mujer trabajadora que desde hace seis años laboraba en áreas municipales propias de los hombres como jardines, bacheo, intendencia y pipas, pero que no le importó desempeñar con tal de tener un ingreso para mantener su hogar, siendo una de las tantas empleadas municipales ilusionadas en que con el arribo de una mujer a la presidencia municipal, las condiciones y oportunidades laborales mejorarían para su género.
Nada más alejado de la realidad como lo experimentó Iris, pues tras escalar con tantos sacrificios al cargo de recepcionista, a criterio de la Directora del DIF y prima de la alcaldesa, no era merecedora al puesto por “no tener estudios”, pues solo estaba capacitada para “trapear pisos”. En el brutal acto de discriminación tampoco movió un dedo en su defensa, la presidenta del organismo y hermana la edil, Adriana Angélica Ángeles.
A la violencia laboral y de género, como también a la cadena de humillaciones y maltratos también se sumaron la directora del Centro de Asistencia Infantil Comunitaria (CAIC) Fuentes, Sandra Luz Barrientos y la Directora de Administración y Finanzas, Briseida Contreras Márquez. A pesar de que la Médico del Municipio de Tizayuca, Virginia Morena Licona, diagnosticó a Iris con estrés y ansiedad, producto del brutal acoso laboral en su contra nadie, incluida la alcaldesa a la que pidió apoyo–, le tendieron la mano en la defensa de sus derechos.
La trabajadora fue despedida bajo el argumento de que era “calumniadora y grillera” por el hecho de haber denunciado malos tratos a los pequeños del CAIC de Fuentes; a su decir, tan graves irregularidades nunca fueron corroboradas por las funcionarias con los propios padres de familia.
“Sin un oficio y sin nada solo me dijeron: Vete”, expresa en un video que ha circulado profusamente en las redes con la denuncia de Iris, enviando en el mismo un mensaje a la alcaldesa: “Usted nos dice que la mujer debe respetarse y cuando las mismas mujeres son las que nos atacan entonces ya no entiendo”. “¿De qué sirven las leyes si no me las aplican y si alzo la voz me dicen grillera?”, se pregunta la trabajadora violentada por otras mujeres.
Pero también son discapacitados los trabajadores que han enfrentado las vejaciones de los funcionarios municipales como ocurrió con Benjamín Rangel, empleado del Bioparque, agredido física y psicológicamente por un funcionario. Otra de las dependencias donde parece ser el deporte de moda o hobby agredir a los trabajadores es en la Dirección de Cultura.
Pero ante este escenario donde se pulverizan los derechos humanos de quienes laboran en el ayuntamiento de Tizayuca, la presidente municipal, Susana Ángeles Quezada, esconde bajo la alfombra la infinidad de atropellos, como lo demostró en su reciente entrevista de televisión donde, a su decir, se actúa con empatía en favor de la gente, y en apoyo a las mujeres.
Nada más alejado de una negra realidad que opaca su artificial mundo color de rosa.