Por: Miguel A. Rocha Valencia
Los “olvidos presidenciales” como se sabe, resultan patológicos, evaden las realidades o bien se trata del mayor mentiroso y cobarde jefe del Ejecutivo de que se tenga memoria. De un momento a otro es capaz de afirmar a nivel nacional y con rostro compungido que no recuerda ¡nada! que haya prometido y no cumpliera y claro, menos se va a acordar de dónde recibió miles de millones de pesos para financiar sus 18 años de campañas presidenciales ni mucho menos lo que recibió antes del mismo gobierno para tenerlo quieto y no causara desmanes.
Por eso, en un afán comprensivo a esa amnesia que resulta una enfermedad, habrá que ser consecuentes y sólo dejar asentado que también en el olvido queda la esperanza que despertó en millones de mexicanos que hoy lo repudian y lo consideraban una auténtica esperanza para México capaz de meter a los corruptos a la cárcel y en base a ello darnos un país en pleno desarrollo y crecimiento dentro del marco de la ley.
Habrá que considerar que el pobrecito en su enfermedad, olvidó que ofreció, una vez asumido el poder, acabar precisamente con la corrupción y no hacerla suya y del cártel que encabeza donde está toda su familia, amigos y colaboradores. También debe perdonársele el no recordar que con su maravilloso e innovador plan de complicidades con el crimen organizado se terminarían las masacres y no estaríamos lamentando los cerca de 195 mil asesinatos que duplican ya los de la guerra de Felipe Calderón y superan en más de 40 mil los de Enrique Peña Nieto.
Hasta se reía de las masacres cuando se las publicaban, y consecuentemente hasta ha de festejar que los criminales se sigan robando a miles de jóvenes y mujeres para incorporarlos a sus ejércitos de sicarios y tráfico de humanos. Hasta el momento hay más de 51 mil que no aparecen y se vuelven historia de barrio como los levantones que ocurren en Guerrero, Chiapas o Jalisco.
En ese contexto de “no recordar nada”, el mesías tropical dice que nunca prometió meter a su familia a los negocios del gobierno y claro que cumplió, ellos se metieron y quien diga que son corruptos, mienten y deben presentar pruebas. Tampoco ofreció bajar el precio de las gasolinas o sacar petróleo haciendo un hoyo en el suelo ni repartir prebendas a los “cuates” como a sus constructores preferidos o políticos como los Taddei cuya cabeza es la actual consejera presidenta del INE, quien ya le tiene el pago de los favores recibidos mediante la justificación de la sobre representación en la Cámara de Diputados.
Y como ya sabe que la tal Guadalupe Taddei es lacaya de su patrón, lo mismo que al menos tres de los ministros del TEPJF, pues la corcholata “madrugó” a la autoridad y ya dijo, mejor dicho ordenó que la semana próxima se le entregue su constancia de mayoría y se alce como presidenta electa ¡qué miedo!
Ni qué decir de la honradez con la que dijo se conduciría en el gasto de los dineros públicos, alejado de las prácticas de los corruptos neoliberales que le antecedieron y que inflaban los costos de las obras públicas, donde los gastos y contratos de tren Maya y aeropuerto de Santa Lucía se entregaron al Ejército a cuya administración se les sigue subsidiando en algunos casos con más del 300 por ciento ante la falta de recuperación financiera.
Los costos de construcción seguirán guardados, a la mejor para que el propio profeta de la 4T se olvide de ellos, aunque con su memoria tan corta, no pasará un año para que diga ignorar lo que sucedió con los sobre costos y los contratos entregados a la familia presidencial, a los amigos y hasta a entes falsos, inexistentes o sin capacidad para proveer los bienes y servicios requeridos.
Ahí mismo se englobará la refinería la cual no creemos que refine y cuyo costo no es el que dicen el director de Pemex, la exsecretaria de Energía ni el propio caudillo, pues según ellos “sólo” se duplicó el costo y de los ocho mil millones de dólares anunciados, se pasó a 16 mil millones de dólares, pero el secretario de Hacienda comentó a finales del año pasado que ya rondaban los 22 mil millones de dólares y por lo cual se estimaban otros 10 mil millones para solventar lo inherente a la fábrica principal incluyendo instalaciones de almacenamiento y conducción. Bueno, el transístmico que costaría ocho mil 500 millones, hoy supera los 16 mil 700 millones de pesos y tampoco está terminado con todo y que se trataba de rehabilitación de vías.
Hablaba también la chachalaca de no meterse con el Poder Judicial ni sus resoluciones y hoy lo quiere acabar; nos dijo que evitaría el saqueo de las arcas públicas y lo permitió; que nos daría un sistema de salud como los mejores del mundo y hoy tenemos 30 millones más de desamparados que ni con la dádiva institucional les alcanza para adquirir medicamentos, mucho menos para atender tratamientos de enfermedades crónico degenerativas, ni qué decir de las catastróficas como los cánceres.
La verdad es que qué poca m…emoria, la del machuchón de Palacio quien como nos dice don Paco Rodríguez, nos robó el futuro y yo agregaría, el presente. En su mesianidad seguramente el tlatoani macuspano se siente mejor que Juárez o Cárdenas…