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Entresemana| Félix, ofrecer disculpas en el Senado

“Si ahora sientes que no puedes continuar porque has perdido toda la esperanza y la confusión llena tu vida, la felicidad es solo una ilusión y el mundo se desmorona a tu alrededor y cae, cariño, ¡búscame! ¡Ahí estaré!” Four Tops

Por: MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN

¿Recuerda usted que la tarde del pasado 24 de septiembre supuestos normalistas de Ayotzinapa lanzaron petardos contra la sede del Senado, en la esquina de Insurgentes y Paseo de la Reforma?

Ese día se supo que la senadora Lucía Trasviña sufrió lesiones en un ojo y tuvo que ser atendida porque se le subió la presión, dotándole de oxígeno. Y que el asunto no pasó a mayores, salvo por daños reparables al inmueble.

Pero…

Resulta que personal de seguridad del Senado también registró lesiones durante este atentado; de ello no se habló ni se rindió un parte público.

Bueno, bueno.

Me enteré de que el senador Félix Salgado Macedonio se iba a reunir con estos trabajadores de vigilancia, adscritos a la Dirección General de Resguardo Parlamentario, que resultaron lesionados aquel día.

Y, en efecto, ayer poco después del mediodía, en un salón de uso exclusivo para senadores y senadoras, sin acompañamiento de algún grupo musical de Chile Frito, como se acostumbra en Guerrero en festejos por cualquier motivo, el senador Salgado Macedonio se encontró con cinco vigilantes y el jefe de seguridad.

Fue un encuentro en el que el senador les ofreció disculpas por no haber sido atendidos como se merecen por esta tarea que entraña el grave riesgo de agresiones y lesiones físicas.

Además de las disculpas ofrecidas, Salgado Macedonio entregó un apoyo económico a los vigilantes. “Recíbanlo como un reconocimiento personal a su trabajo; qué bueno que no hubo represión, lamento que ustedes resultaran lesionados, aunque no de gravedad”, les dijo Félix, en ese salón tapizado con plantas verdes en las paredes.

Ahí estuve, me colé a ese encuentro y, qué le digo. Félix no es como lo pintan y juzgan. Buen detalle sin ceremonia de lucimiento.

Vientos. Pasemos al tema del día que sirvió para que la Princesa Caramelo demostrara su enorme capacidad mimética y se lanzó contra Felipe Calderón, el villano favorito del licenciado que se fue, pero no se ha ido.

Y todo porque el juez Brian M. Cogan, en el tribunal federal de Brooklyn, Estados Unidos, sentenció a Genaro García Luna –secretario de Seguridad Pública en el gabinete de don Felipe– a 38 años en chirona y le aplicó una multa de 2 millones de dólares.

Lo dicho por la doctora presidenta llevó el mismo estribillo y las ganas de cobrar factura a García Luna y a Felipe. Y mire usted, no se trata de enderezar defensa alguna contra el ingeniero Genaro y el licenciado Calderón, no.

Lo que ocurre es que, el país está sumido en una severa crisis de inseguridad que los abrazos a delincuentes no lograron amainar y, en cinco años y diez meses el licenciado López Obrador se gastó el tiempo en culpar a Genaro y a Felipe por haber emprendido la guerra contra el crimen organizado.

El calderonato ya pasó, doctora. Déjese de mirar por el retrovisor y póngale prioridad al tema de la inseguridad. Genaro en prisión y Felipe, bueno, a Felipe ya lo ha juzgado la sociedad y, como usted y su jefe y maestro han dicho cuando de acusaciones se trata: si tiene pruebas demándenlo y que la ley que sí es la ley lo juzgue y procese.

A Genaro, la doctora Shein llamó cínico por la carta enviada al juez pidiéndole no sentenciarlo a prisión. Y, además, exclamó: “Lo que queremos es la sentencia (de García Luna) y qué va a decir el expresidente Felipe Calderón”.

¡Ah!, pero en el caso del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, a quien se acusa de estar vinculado al Cártel de Sinaloa, la Princesa Caramelo dice que no hay que caer en especulaciones. “Si hay pruebas, que se presenten”, urge la doctora presidenta.

Es un insulto al sentido común. Son públicas las declaraciones de Rocha Moya en las que acepta esa relación, e incluso se ha documentado que ganó la gubernatura merced al apoyo de El Mayo Zambada, su amigo, al igual que lo fue con El Chapo.

Rocha es de Badiraguato y, bueno, usted recordará que ha hecho circo, maroma y teatro, para demostrar que no se iba a reunir con El Mayo en aquel día en que su enemigo político, el doctor Héctor Melesio Cuén Ojeda fue asesinado e Ismael secuestrado y entregado a las autoridades judiciales de Estados Unidos.

¿Pruebas, doctora Shein? Ganas de distraer y, bueno, no os hagáis.

Y, caray, por favor, porfis, no se ría, pero la doctora presidenta calificó como un símbolo a la presidente de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra, por ser hija de doña Rosario Ibarra de Piedra.

Por eso, por eso le dio la bendición para postularse a un nuevo periodo al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, donde ha hecho de todo al servicio de eso que llaman la 4T menos defender los derechos humanos de los ciudadanos y ciudadanas de México.

Y nomás por no dejar, cada día en el Senado y Cámara de Diputados aparecen los aprendices de brujo, inexpertos levantadedos que se aprenden un guion y de ahí no salen. “¿Ya leyeron el artículo 500?”, insistieron a la oposición, unos y unas tras otros y otras en tribuna. ¡Sésgale!

Y hete aquí que ya cayó la primera iniciativa de reforma a la reforma del Poder Judicial de la Federación. Que alguien les diga que las reformas no son eternas. De pena ajena. ¿A poco no, Drakko? Digo.

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