Rompecabezas| Habrá más turbulencias
EL PANORAMA NACIONAL está impregnado de incertidumbres en muchos espacios, en muchos frentes, básicamente ocasionado por decisiones poco o nada claras para el resto de los mortales.
Por: Abel Luna Espinosa
EL PANORAMA NACIONAL está impregnado de incertidumbres en muchos espacios, en muchos frentes, básicamente ocasionado por decisiones poco o nada claras para el resto de los mortales.
Por ejemplo, a pesar de que las cifras oficiales señalen que la famosa inflación está controlada, eso es una plena mera mentira comprobable con la práctica, para eso sólo basta ir al mercado y verificar que precios suben, suben y suben, sea en el tianguis, en los supermercados e inclusive, me han comentado, uno de éstos últimos contrata personal nocturno para el reetiquetado.
Esto, definitivamente, lo ignoran en la Procuraduría Federal del Consumidor, sin que haya inspectores que vigilen o chequen o sancionen a los abusivos, de todo tipo y en todas partes.
No hay poder humano que los detenga, mientras los salarios siguen perdiendo su poder adquisitivo. Un signo de las grandes turbulencias imparables, desde hace tiempo.
¡Ah!, pero los señores economistas y planeadores de gabinete parecen haber olvidado que sigue siendo válida la ley de la oferta y la demanda, lo cual se traduce prácticamente que sólo hay demanda mientras haya capacidad de compra y si hay ésta podrá haber producción en todas las áreas del quehacer nacional.
En pocas palabras, la dieta de la mayoría de los mexicanos ha sacado de sus presupuestos el consumo de diferentes tipos de carnes o lo han reducido sensiblemente.
Sin embargo, por ahí no faltan los vivales que quieran seguir cobrando sueldos por arriba de los 100 mil pesos, como el caso de algunos personajes en el llamado Sistema Nacional Anticorrupción. ¿Y eso lo sabrán en Palacio Nacional?
Hoy, como desde hace muchos lustros, el garlito de la revisión de cuentas, de los presupuestos siguen quedando en buenas intenciones porque todo indica que aún hay funcionarios abusivos que poco o nada les importa el clima de la mal llamada “austeridad republicana”. Pues que con todo y leyes, decretos o buenas intenciones, la brecha entre ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres ha seguido profundizándose en estos tiempos de la llamada 4T.
CUANDO USTED LEA este texto seguramente ya habrá sido anunciada con bombo y platillo la candidatura a la presidencia de Marcelo Ebrard o Claudia Sheinbaum por parte del Movimiento de Renovación Nacional (MORENA).
Hasta ahora han librado las leyes correspondientes a los procesos electorales en cuanto al uso de recursos públicos, léase personas o en metálico, para el desarrollo de sus actividades previas.
La muestra más clara han sido los acarreos aplicados por los equipos de ambos candidatos, yendo más allá -a la usanza priista- de la torta y el refresco, cambiados por la dádiva de billetes de dudosa procedencia.
Desde hace tiempo se ha insistido en la pertinencia de aplicar la reducción de prerrogativas para los partidos políticos, fue una bandera de actual presidente del país, pero allí sigue la misma práctica. Frente a esta postura se ha insistido en que es una manera de evitar la intromisión de recursos provenientes de la delincuencia, pero eso es en estos momentos una mascarada ya que en las elecciones pasadas hemos observado cómo, inclusive, se llegó a asesinar a candidatos que no estuvieron de acuerdo con sus intereses.
Otro tema de gran turbulencia en donde la actual administración ha fallado rotundamente: la inseguridad, y todo indica que el baño de sangre ha seguido porque, definamos las cosas, no se ha querido aplicar la ley, y se ha llegado a la constante aplicación de ésta con intromisiones políticas.
Ebrard ha propuesto, por ejemplo, el mejoramiento de los recursos tecnológicos para la persecución de los delincuentes mediante el aumento de cámaras de vigilancia y la aplicación de programas de identificación facial.
Pero en este punto no han faltado quienes aludiendo el concepto de los derechos humanos pretendan que ello sea ignorado; como si los ciudadanos tuviéramos este tipo de derechos.
EN EL TEMA ahora hemos escuchado las pretensiones de Omar García Harfuch, actual secretario de seguridad pública ciudadana de la Ciudad de México, aspirando a la Jefatura de Gobierno de la capital de la República.
Inquietante la pretendida candidatura si tomamos en cuenta sus acciones en los casos de Ayotzinapa y Nochixtlán.
El hijo de la actriz María Sorté y de Javier García Paniagua, secretario de Gobernación en los tiempos de José López Portillo y nieto del general Marcelino García Barragán, una de las figuras militares en los controvertidos hechos del 68, hasta donde puede saberse, ha logrado, sin embargo, tiene a su favor los resultados obtenidos en su gestión a partir de octubre de 2019.
En pocas palabras, todo indica que seguirán las turbulencias de diversos tipos en lo que resta del sexenio lopezobradorista. Y ahora lo interesante será de qué manera quien lo suceda en la Presidencia vaya tomando la batuta dejando a un lado los discursos, las ocurrencias y las buenas intenciones.
OJO, MUCHO OJO, a las actividades del Banco del Bienestar, porque sin mayores explicaciones retrasaron los pagos de este bimestre, dejando a sus poco más de 11 millones de cuentahabientes con el pasmo y la preocupación por esos recursos, ya que muchísimos de ellos han recibido este apoyo favorable a sus necesidades económicas y van al día en sus gastos.