Por: Javier Roldán Dávila
Sabe tanto de normas, que tiene gran confianza en sí misma
No es necesario ser adivino, para entender que la ministra presidenta de la SCJN, Norma Piña, está convertida en la ‘villana favorita’ del presidente López Obrador y no tan sólo como algo anecdótico, es factible, que la 4T enderece todas sus baterías legaloides, en contra de la abogada, comenzando por Arturo Záldivar.
Por ello, llama la atención que la jurista no pida tregua, por el contrario, está dispuesta a llevar hasta las últimas consecuencias sus diferendos con AMLO, señal de ello, es haber dado entrada a trámite al recurso presentado por Marko Cortés, para que el Pleno se pronuncie sobre los criterios para la asignación de diputaciones y senadurías por la vía plurinominal.
Pero, este no fue el único retorcijón de tripas que le propició a YSQ, ayer mismo, admitió otro recurso de Grupo Elektra, compañía de Ricardo Salinas Pliego, para impugnar un crédito fiscal que asciende a 18,455 millones de pesos originado en 2013.
Esto, desde luego, implica un alargamiento para que el magnate salde su adeudo (o gane el caso), con el SAT que, con multas y actualizaciones, podría pasar los 30 mil millones de pesos, lo cual implica que el tabasqueño se irá a su finca, sin poder doblar al empresario.
A pesar de todo lo anterior, la señora Piña no parece ser una kamikaze, algo subyace en sus decisiones, que le da los tamaños para enfrentarse al presidente más poderoso en varias décadas, por ello, surgen interrogantes: ¿pedirá asilo político en EU? ¿emitirán sentencias que no sean acatadas y así provocar una crisis constitucional? ¿todo esto es producto de un Plan C de los togados? Ya veremos.