Frente al nuevo ciclo escolar, no hay continuidad educativa
Por: Rosalinda Cabrera Cruz
Michoacán, frente al inicio del nuevo ciclo escolar 2024-2025, se encuentra entre las cinco entidades del país con mayor abandono escolar ¿las causas?, la falta de recursos económicos en las familias, la desnutrición infantil y los embarazos prematuros, pero quizá las más graves sean causas de índole político sindical e intereses políticos del sistema.
El abandono de las aulas michoacanas, hoy llamada desafiliación, ha ido al alza: en 2020, el grado promedio de escolaridad en la población michoacana de 15 años y más fue de 8.6 puntos, que equivale a poco más del segundo año de secundaria. Pero a la fecha el porcentaje se ha elevado y los estudiantes terminarán el ciclo escolar con mayor rezago.
Este problema es atribuido genéricamente a las restricciones al gasto educativo federal y a los estatales, pero también contribuyen su mal uso administrativo; y sobre todo, la aplicación de un mismo modelo educativo en múltiples comunidades sociales caracterizadas por sus diversidad lingüística y cultural, que lo hacen excluyente.
La población de 15 años y más de otros estados es de 9.7 grados de escolaridad, equivalente a poco más de la secundaria concluida. Además de un punto menos con respecto a ese promedio, en Michoacán, siete de cada 100 personas de 15 años y más no saben leer ni escribir, en contraste con los cinco de cada 100 de otras entidades, según las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El Artículo 3° Constitucional establece que todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado (federación, estados y municipios) debe impartir educación preescolar, primaria y secundaria, la cual es considerada básica y obligatoria a fin de propiciar el desarrollo armónico de las facultades de niños y jóvenes, y fomentar el amor a la patria y la solidaridad internacional, pero eso en la realidad ocurre a medias.
Un problema que se admite
La entidad aún se encuentra entre las cuatro entidades a nivel nacional que mantienen un indicador negativo en torno a la desafiliación escolar, antes conocida como deserción escolar; sin embargo, Gabriela Molina Aguilar, titular de la secretaría de Educación en el estado (SEE), expuso que se ha logrado la recuperación de la matrícula en 50 mil estudiantes después de eventos como la pandemia.
Hizo hincapié en que las causas de la desafiliación van desde lo económico, que afectó a las familias por el tema de la pandemia, hasta otros fenómenos extraescolares que afectan a los estudiantes y sus familias. En ese sentido, hace dos años, en el marco del regreso a clases presenciales, el tema de la desafiliación ha sido clave en Michoacán, marcado por la necesidad de saldar pasivos con el magisterio.
La SEE reportó que la pandemia de COVID-19 impactó significativamente en la deserción escolar, pues la entidad se ubica entre las posiciones 29 y 32 a nivel nacional en educación básica, secundaria y media superior, algo de lo que no se ha podido recuperar.
Cabe recordar que para el ciclo escolar 2021-2022 (después de la reclusión), el abandono de las aulas en nivel superior fue del 20 por ciento. Las estadísticas revelan que Michoacán recibió el sector con un abandono del 30 por ciento en primaria, 32 por ciento en secundaria y 32 por ciento en media superior.
Más adelante, Molina Aguilar destacó que uno de los desafíos prioritarios es la recuperación de la calidad y dinámica educativa, para lo cual se necesita la sensibilidad de todos los actores del sector educativo.
Es por ello que se han implementado diferentes programas, la mayoría más con la intención del relumbrón y la justificación de que se está haciendo algo frente a la crisis educativa, que con realmente resolver el problema.
A manera de ejemplo, está el recientemente anunciado “Jalo a estudiar”, mediante el que el gobierno estatal entregará 240 mil pares de tenis hasta enero del próximo año para estudiantes en el nivel de secundaria, en un contexto donde Michoacán aún se encuentra entre los cuatro estados con un mayor índice en este indicador educativo y sus jóvenes no necesariamente requieren prioritariamente de zapatos.
Hace apenas unos días, el Palacio del Arte de Morelia fue abarrotado con el acarreo de estudiantes de secundaria que asistieron a la entrega de dicho calzado deportivo y balones en un acto que fue encabezado por el gobernador del estado. Es de destacar que la movilización de estudiantes fue mal vista por un amplio sector de padres de familia, quienes expresaron su malestar en redes sociales al convocar a sus hijos a lo que se consideró un mitin político.
De igual forma, es destacable que conforme a los datos del INEGI (admitidos por el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla) en la entidad la deserción en secundaria en el periodo de 2021-2022 fue del 7.4 por ciento. En Michoacán hay alrededor de un millón 200 mil alumnos de todos los niveles, pero en secundaria en el ciclo 2021-2022 había una matrícula de 226 mil alumnos, sin embargo, al año siguiente fue de 218 mil, es decir, ocho mil menos.
Sin embargo, de acuerdo con cifras de la SEE en 2021, el nivel de deserción en ese año fue de 8.3 por ciento, lo que significa que disminuyó uno por ciento y en comparación al ciclo 2016-2017, fue de 9.6 por ciento, traducido a 20 mil alumnos.
“La deserción se da del paso de secundaria a preparatoria, estamos analizando por qué no hemos podido reducirla, es el paso fundamental, puede ser tema post COVID o quizás debemos hacer más atractivo el pase a las preparatorias” admitió el gobernador.
Desde hace un mes, por otro lado, se implementó una convocatoria masiva para que exista una promoción más fuerte de la oferta educativa de los subsistemas de nivel medio superior qué hay en Michoacán para que se aumente la captación de matrícula en este nivel educativo.
La titular de la SEE manifestó que esto es para reforzar la continuidad educativa, ya que se ha detectado desde hace meses que los jóvenes que terminan su secundaria ya no ingresan a preparatoria ni a licenciatura, y quieren que este escenario cambie para beneficio de los jóvenes.
“Hay una disociación entre los niveles educativos, es decir, que de tercero de secundaria a preparatoria, y con la nueva malla curricular que se trabaja, tenemos que lograr estos eslabones y no debemos permitir más este aislamiento entre los niveles.
La nueva campaña es para lograr que más jóvenes se inscriban. “Todas las instituciones de educación superior y medio superior tienen sus procesos abiertos de inscripción, una tarea inmediata será que todas y todos colaboremos para que podamos ser los grandes difusores de campañas para que todos los que salen de tercero de secundaria vean en las instituciones educativas una opción de vida”.
Pidió que se lleve a su vez el mensaje impulsado por la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, para darle continuidad a la Nueva Escuela Mexicana (NEM), ya que hay incertidumbre respecto a si seguirá este esquema para beneficio de la educación, y afirman que sí continuará. Comentó que hay documentos que establecen directrices claras respecto a lo que se debe hacer para fortalecer la educación desde las aulas en educación básica, media superior y superior, básico para mejorar los indicadores escolares en el estado.
Escasa competitividad y aprovechamiento
Los problemas de competitividad y calidad que enfrenta la educación básica y media superior en Michoacán están en un nivel crítico y tienen implicaciones muy profundas, ya que éstas minan las bases de la convivencia, del desarrollo humano, de la capacidad de generar riqueza y de que ésta se distribuya en forma cada vez más equitativa.
La gran debilidad de Michoacán hacia el futuro radica en la educación, tanto en la primaria, en la que ocupa el lugar 26 de 32; como en secundaria, que la ubica en el último lugar.
Michoacán tiene los peores indicadores educativos del país. En otras palabras: en la entidad hay casi 70 mil niños de entre cinco y 14 años que no asisten a la escuela; es el estado de la república donde se gradúa la menor proporción de estudiantes de secundaria; o bien el estado con la mayor deserción escolar en secundaria.
En otras palabras, la educación pública en Michoacán vive una severa crisis debido a que las instituciones federales y estatales encargadas de impartirla limitan el gasto público necesario y actúan en distintas direcciones programáticas, lo cual es frecuentemente denunciado por los maestros en sus manifestaciones.
En plena era de la tecnología del conocimiento, y mientras en los países del llamado “primer mundo” se hacen grandes inversiones para que su capital humano esté cada vez mejor capacitado y sea más competitivo, en México solo contadas entidades persiguen ese mismo objetivo.
Nuevo León es uno de los estados con mayor porcentaje de población con educación superior, y que por habitante recibe más inversión en tecnología de conocimiento; a diferencia de Michoacán que, además de los peores indicadores educativos en el país, tiene el capital humano más pobre de México.
Según información recabada del Índice de Cumplimiento de la Responsabilidad Educativa (ICRE), en el nivel nacional, Michoacán tiene el lugar número 31 de indicadores como aprendizaje, liderazgo escolar, escuelas con infraestructura completa, espacios recreativos y profesionalización de los docentes.
“Un niño o una niña con acceso a las tecnologías de la información y con alguien dedicado a su cuidado y educación, no experimentará las dificultades de un niño que aprendió a sumar frente a la televisión (si es que eso es posible) y estará mejor preparado que una niña que debió hacerse cargo de sus hermanos pequeños”, destacó en un análisis la asociación civil México, ¿cómo vamos?
Desde que se implementó la estrategia federal y estatal de regreso a clases presenciales tras la pandemia, México no ha tenido hasta la fecha la capacidad de prevenir los contagios de la enfermedad ni, por supuesto, de recuperar y homologar los conocimientos que dejaron de trasmitirse durante el confinamiento sanitario provocado por la pandemia.
Educación sin continuidad
Para que un país avance, primero debe afianzar aquellas políticas de Estado que son fundamentales: entre otras, salud, alimentación, infraestructura y sobre todo educación. En este último punto, la inestabilidad en México y Michoacán no es nueva; desde 1917, cuando se establecen las primeras directrices al respecto luego del movimiento armado que conocemos como revolución, no se ha registrado un momento de tranquilidad, mucho menos se han establecido líneas educativas con alguna permanencia, lo que se hace más evidente durante las últimas tres décadas.
Hace un año, en la antesala del inicio del nuevo ciclo escolar 2022-2023, enfrentando retos tales como la implementación de un nuevo modelo educativo, la deserción derivada de la pandemia, el rezago provocado por la educación digital mal impartida durante más de 2 años y conflictos políticos, sociales y económicos que afectan a todo el país, se llevó a cabo un nuevo relevo en la titularidad de la secretaría de Educación Pública (el tercero en este sexenio), por motivos más políticos que académicos.
No cabe duda que, haciendo una revisión de la historia política del país, difícilmente se podrá encontrar a una secretaria o secretario de Educación Pública federal con menor experiencia o currículum para ostentar el cargo que la actual titular, Leticia Ramírez Amaya (a excepción de quien asumirá el cargo en octubre de este año), quien llegó al puesto porque se desempeñó en algún momento como maestra, aunque durante más de 20 años no había pisado una escuela con la categoría de docente. Su experiencia era más bien sindical, ya que fue secretaria de Organización en la sección 9 por el SNTE y la CNTE.
“Lety”, como le dicen el presidente Andrés Manuel López Obrador y sus cercanos, parecía ser una funcionaria honesta, querida por sus colaboradores y con muy buenas intenciones. Sin embargo, la falta de preparación, de experiencia y de capacidades demostradas en su carrera es también corrupción, sobre todo cuando se le pone al frente de lo que es la pieza clave del desarrollo social y económico de un país: la educación.
En el currículum de la nueva titular de la SEP destacaban más sus acciones a favor de Andrés Manuel López Obrador que su aportación para mejorar la educación del país. Ella es egresada de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, aunque desde 2000 se encargó de atender las demandas ciudadanas al lado de AMLO, a quien conoció en las filas del PRD cuando ella operaba para las redes de René Bejarano.
Durante toda la jefatura de Gobierno de AMLO, Ramírez Amaya trabajó como coordinadora general de Atención Ciudadana, encargo que repitió en la administración de Marcelo Ebrard y que ya no soltaría dentro de ese grupo político hasta llegar al gobierno federal, donde hizo exactamente lo mismo durante los primeros cuatro años.
En el periodo comprendido de 2012 al 2018, la encargada de la educación en el país fungió como asesora de la secretaría de Medio Ambiente de la CDMX, de Tanya Müller García, y en la última campaña presidencial de López Obrador fue designada como delegada para la promoción de la llamada 4T en Tlaxcala.
No pasa desapercibido que la elección del presidente fue, además de ideológica y basada en la máxima de que los integrantes de su gobierno deben tener 10 por ciento de experiencia y 90 por ciento de honestidad, muy política. La titular de la SEP se dedicó a cuidar que los presupuestos se elevaran y distribuyeran bien en los programas prioritarios: los que tienen rentabilidad electoral.
Y eso precisamente es lo que se depara para la educación en México con la llegada del nuevo secretario de Educación Pública, Mario Delgado Carrillo, para la administración federal que arriba en octubre; el funcionario es licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y cuenta con una especialidad en Econometría por la Universidad Essex de Inglaterra.
Inició su trayectoria política como analista de la dirección general de Política de Ingresos y Asuntos Fiscales Internacionales. Ocupó diversos cargos dentro del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y, cuando Andrés Manuel López Obrador fue jefe de gobierno del Distrito Federal, Delgado Carrillo fue director ejecutivo de Informática y Estadística de la secretaría de Seguridad Pública.
En 2006, durante la gestión como jefe de Gobierno de Marcelo Ebrard, fue nombrado secretario de Finanzas del Distrito Federal y en 2010 asumió la titularidad de Educación. En 2012 fue elegido senador y en 2018, diputado federal. En 2020 fue elegido presidente de Morena, el partido fundado por el presidente López Obrador, como se puede observar, una brillante trayectoria educativa.