Michoacán, campo minado por volcanes
Michoacán, campo minado por volcanes
Por: Rosalinda Cabrera Cruz
Se acerca el cumpleaños número 80 del volcán Paricutín, lo que brinda el campo propicio no únicamente para recordar su nacimiento, sino para efectuar un recuento de lo que se ha hecho en materia científica y cultural en torno a este fenómeno geológico.
La erupción, iniciada el 20 de febrero de 1943, duró 9 años y sepultó a los poblados de San Juan Parangaricutiro y Paricutín, afectando también a poblados cercanos, como Angahuan, Zacán e incluso Los Reyes, cambiando el paisaje de la región y obligando a muchos habitantes a dejar atrás sus casas, animales y campos de cultivo.
Para la comunidad científica fue invaluable poder ser testigo de cómo nace y evoluciona un volcán monogenético. El pequeño Paricutín nació en el Campo Volcánico Michoacán-Guanajuato que cuenta con más de mil volcanes y es uno de los más grandes de su tipo en todo el planeta; al mismo tiempo, dicho campo se integra en la Faja Volcánica Transmexicana que atraviesa todo México, desde Nayarit hasta Veracruz.
Es en este escenario que, durante esta semana y en un esfuerzo interinstitucional, fue anunciado el Congreso Internacional Paricutín 80 Aniversario, el que tendrá lugar de manera presencial del 19 al 24 de febrero de 2023 en Morelia. Es de relevancia en la organización del evento la participación del Instituto de Geofísica, en colaboración con varias dependencias de la UNAM (Instituto de Geología, Instituto de Geografía, Centro de Geociencias, Escuela Nacional de Estudios Superiores, campus Morelia, y la dirección de Literatura y Fomento a la Lectura), además de instancias nacionales como el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Volcán que asombró a propios y extraños
El nacimiento del Paricutín fue un acontecimiento mundial que llamó la atención de decenas de científicos, historiadores y artistas, quienes fueron de la mano con el evento volcánico, estudiando los efectos de la erupción, registrando los hechos o bien plasmando en lienzos y relatos los efectos en la sociedad.
Dos de los volcanes más jóvenes nacidos en la Faja Volcánica, el Jorullo (1759-1774) y Paricutín (1943-1952), surgieron al sur del Campo Volcánico de Michoacán-Guanajuato, pero durante los últimos 25 años, en la región cercana al Paricutín han ocurrido seis enjambres sísmicos (1997; 1999- 2000; 2006; 2020 y 2021), los que generalmente indican el movimiento de fallas o fisuras en las rocas a profundidad o el movimiento de magma.
Es por ello que resulta esencial seguir con los estudios vulcanológicos y tectónicos del campo volcánico para entender mejor su origen y evolución, reforzar el monitoreo sísmico mediante la instalación de nuevos sismógrafos y fomentar campañas de información y concientización pública en colaboración con instancias gubernamentales estatales, precisaron los científicos presentes en el anuncio del Congreso Internacional Paricutín.
Ahí, señalaron que urge la reflexión sobre la expansión urbana y la modernización de las actividades agrícolas que han llevado a un aumento explosivo de la degradación del paisaje en la región de la meseta purépecha donde se yergue el pequeño volcán, el que constituye un geo patrimonio invaluable.
Lo anterior incluye no sólo la destrucción de volcanes y ecosistemas asociados, sino también importantes sitios arqueológicos prehispánicos ubicados sobre flujos de lava jóvenes y otros productos volcánicos. Subrayaron que estos efectos no deseados del crecimiento económico requieren una atención urgente y exigen la mejora de los programas de conservación para proteger el patrimonio para las generaciones futuras.
Necesidad de monitoreo
La rueda de prensa convocada por la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM) para anunciar el congreso esta semana, fue campo propicio para despejar diversas dudas respecto al reciente incremento en los enjambres sísmicos y los cada vez más intensos movimientos telúricos registrados no sólo en Michoacán y México.
Así, los especialistas explicaron que en la entidad únicamente existen tres redes sísmicas, de cien instaladas en todo el país, por lo que su incremento ayudaría al seguimiento del campo volcánico más grande el mundo ubicado entre Guanajuato y Michoacán; José Luis Macías, director del Instituto de Geofísica de la UNAM Campus Morelia, destacó que “el país está atravesado por el Cinturón Volcánico Mexicano que va de las costas de Nayarit hasta Veracruz”.
En esta faja hay más de ocho mil volcanes, a lo que añadió concentraciones “que se conocen como campos volcánicos y justo entre los estados de Michoacán y Guanajuato se encuentra el más grande del mundo porque contiene más de mil 100 volcanes; por ello es fundamental aumentar la cantidad de estaciones sismológicas que faciliten su observación continua”.
Explicó que por las características sísmicas de la zona donde se ubica Michoacán, es fundamental contar con el apoyo de instancias estatales, federales y universitarias para instalar más estaciones fijas en el estado.
Por otro lado, a partir del sismo del 19 de septiembre de 2022, habitantes de Los Reyes han sentido sismos muy ligeros, casi imperceptibles, pero con demasiada frecuencia, lo que es conocido como “enjambres sísmicos”, que son temblores de magnitud pequeña, no más de 4 grados en escala de Richter, que ocurren de manera frecuente y en ocasiones pueden indicar el nacimiento de un volcán.
Al respecto, durante la rueda de prensa del Congreso Internacional del Paricutín 80 aniversario, el doctor Giovanni Sosa Ceballos, investigador del Instituto de Geofísica, campus UNAM, señaló que los enjambres sísmicos que están ocurriendo en Michoacán no están anunciando el nacimiento de un volcán, pero si es de relevancia el que nuestro estado está en “un lugar especial” con más de mil volcanes.
También hizo uso de la palabra la doctora Isabel Israde Alcántar, investigadora del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Tierra, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) que puntualizó que existen precursores de la actividad volcánica: la presencia de todos en conjunto podría ser una señal de alarma, pero al momento, esto no ha ocurrido, tranquilizó.
Abundó en el tema diciendo que los principales precursores del nacimiento de un volcán son la sismicidad, la presencia de gases y el abombamiento del suelo. Macías Vázquez añadió que de momento sí ha habido sismicidad, pero no abombamiento del suelo y menos fumarolas que indicarían la presencia de gases (como ocurrió con el Paricutín hace 80 años), que son los parámetros que están dando aviso de que un nuevo volcán está por nacer.
Una historia de sismos
La actividad sísmica en el estado de Michoacán es intensa, califica el Sistema Sismológico Nacional (SSN) en sus reportes. Históricamente, grandes terremotos han ocurrido a lo largo de la costa de la entidad como consecuencia de la subducción de la placa de Cocos por debajo de la placa de Norteamérica.
Destacan como de gran importancia los terremotos del 19 y 20 de septiembre de 1985, 2007 y 2002 de magnitud 8.1 y 7.6, ubicados en la interfaz entre las placas de Cocos y Norteamérica, mismos que ocasionaron daños importantes en una amplia zona del centro de país y principalmente en la Ciudad de México.
Es destacable que el 11 de abril de 2012, un temblor de poca profundidad y de magnitud 6.4, ubicado en 17.09º N y 103.06º W, tuvo lugar en las costas del estado de Michoacán, el que dio origen a un enjambre de 20 sismos entre magnitudes 3.8 y 4.2 en los días siguientes al sismo principal.
Es de mencionarse que, en los últimos 12 años, el SSN ha reportado 10 eventos sísmicos con epicentro ubicado en el estado de Michoacán (como ejemplo se tienen los registrados en las cercanías de Coalcomán el año pasado, con magnitud mayor de 5.0.
Pero Michoacán no es el único con enjambres sísmicos; el 16 de enero de 2020, un sismo de magnitud 5.3 tuvo su origen a solo 10 km al sur de Ciudad Ixtepec, Oaxaca; a raíz de ese sismo, se registraron más de 484 réplicas, siendo de 4.9 la de mayor magnitud, tan solo 4 minutos después del sismo principal, aunque posteriormente los sismos disminuyeron considerablemente.
La zona en cuestión había presentado actividad el 23 de septiembre de 2017 con un sismo de magnitud 6.1 entre 8 a 10 km al poniente del epicentro actual. Este sismo se creía que formaba parte de las réplicas del terremoto de 8.2 de Tehuantepec del 7 de septiembre de 2017; un análisis posterior identificó a este sismo como un evento “independiente” que pudo haber sido detonado por aquél gran sismo.
El 15 de enero también de 2020, a las 2:15 horas, un sismo de magnitud 5.1 tuvo su epicentro a 14 kilómetros al sur de Pinotepa Nacional, Oaxaca. A raíz de ese sismo surgieron decenas de réplicas, pero que el SSN no reportó o contabilizó, como con los enjambres de Parangaricutiro e Ixtepec, ya que la zona presenta actividad muy frecuente, lo cual hace difícil identificar cuándo es un sismo nuevo o cuándo es una réplica.
El SSN dejó en claro que un enjambre sísmico no es señal de que habrá un sismo de mayor magnitud, aunque hay enjambres sísmicos que sí detonan un evento mayor; pero en la mayoría de los casos esta sismicidad disminuye con el tiempo; caso contrario, si ocurre un sismo de mayor magnitud, todos los sismos del enjambre serían precursores y solo se podría categorizar así hasta que ocurre. Lo más común es que grandes sismos se presenten sin previo aviso, como el terremoto del 19 de septiembre de 2017, de magnitud 7.1, con epicentro en Chiautla de Tapia, Puebla.
Algunos ejemplos de enjambres que no detonaron en un sismo de mayor magnitud podrían ser citados:
El 6 de octubre de 2013 el SSN reportó una secuencia de sismos en donde la mayor magnitud de estos fue de 5.0 con epicentro a 22 km al sur de Coyuca de Benítez, muy cerca de Acapulco, Guerrero. Se registraron un total de 28 sismos en un lapso menor a 6 horas y no ocurrió un sismo mayor por esta actividad tomando en cuenta que este enjambre ocurrió en la Brecha de Guerrero.
Por otro lado, del 25 al 28 de marzo de 2016, el Sistema reportó un enjambre sísmico con 48 eventos en el Mar de Cortés. El sismo de mayor magnitud fue de 5.3 ocurrido el 27 de marzo. La actividad sísmica cesó a los pocos días.
Entre el 26 y 27 de abril de 2016, también se reportó un enjambre sísmico con 36 eventos con epicentros frente las costas de Michoacán. El sismo de mayor magnitud fue de 4.9, ocurrido el día 26 de abril. Después de estos sismos cesó la actividad en la zona.
El 21 de marzo de 2019, en un lapso de tres horas, el SSN reportó un enjambre con 42 temblores con epicentros en la zona de Huatulco, Oaxaca. Las magnitudes oscilaron entre 1.9 y 4.4 y la sismicidad concluyó ese mismo día.
Del 21 al 24 de octubre de 2019 también reportó 41 sismos con magnitudes entre 3.4 y 4.9 frente costas de Petatlán, Guerrero. La sismicidad cesó sin presentarse un sismo mayor.
Estos sismos reviven el mito de “muchos sismos liberan energía”. Para que se cumpla esta premisa deben ser miles o incluso decenas de miles para que así ocurra; para que se libere la misma energía de un sismo como el del 19 de septiembre de 1985, de magnitud 8.1, se necesitarían 354 mil 813 sismos de magnitud 4.4, o también 177 sismos de 6.6. Esto ocurre porque por cada aumento de una unidad en magnitud se libera 31.6 veces más energía.
Por ahora, la población está en vilo, son muchos los sismos (aunque la gran mayoría no los sintió) y la duda es si el Paricutín tendrá en breve un hermanito o bien sufriremos los estragos de otro destructivo mega terremoto.
Las actividades del Congreso
Para conmemorar el nacimiento del Paricutín es que se organiza el congreso ya citado, que contempla diversas sesiones científicas, actividades culturales, charlas de divulgación y excursiones geológicas y arqueológicas. Esta visión integral del evento permitirá fortalecer la investigación sobre el vulcanismo monogenético y reconocer la importancia del geo patrimonio para la sociedad.
En este sentido la dirección de Literatura y Fomento a la Lectura ha hecho una propuesta cultural vinculando diversas disciplinas con un enfoque en la promoción de la creación y la cultura escrita, compuesto por un conjunto de mesas de reflexión bajo el nombre “Los volcanes en el arte y la literatura” que se realizará tanto en Morelia como en Ciudad de México durante febrero y marzo.
El congreso está conformado por 3 días de charlas científicas con 10 sesiones multidisciplinarias (geología, vulcanología, geofísica, geoquímica, biología, geografía, arqueología, historia), una excursión geológica al volcán Paricutín, 4 excursiones organizadas antes y después del congreso y una serie de actividades culturales que relacionan el arte con los volcanes.
El evento cuenta con 103 participantes registrados que incluyen a 35 estudiantes y post doctorantes becados. Toman parte también 8 institutos de investigación, facultades y escuelas de la UNAM, 9 universidades y centros de investigación en México (Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, CICESE, Universidad Veracruzana, Universidad de Guadalajara, Universidad de Guerrero, Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica, Servicio Geológico Mexicano, INECOL) y la Unión Geofísica Mexicana.
Además asistirán científicos de 12 países (Francia, España, Islandia, Nueva Zelanda, Alemania, Chile, Colombia, Estados Unidos, Costa Rica, Australia, Reino Unido y Arabia Saudita).