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Editorial| Le “saca” Trump a un tercer debate con Kamala

La elección presidencial de noviembre próximo en Estados Unidos comienza a dar color.

La elección presidencial de noviembre próximo en Estados Unidos comienza a dar color. Con el nocaut de la demócrata Kamala Harris al republicano Donald Trump, el pasado martes, éste anunció que ni uno más.

“¡NO HABRÁ TERCER DEBATE!” escribió en mayúsculas en su red social, Truth Social.

Trump participó en junio en un primer debate contra el presidente estadounidense, Joe Biden, quien tuvo una desastrosa actuación y por eso retiró su precandidatura. El segundo debate se realizó el 10 de septiembre, día que México enfrentó la demolición de su Poder Judicial, por la mayoría calificada del Senado de la República.

La campaña de Kamala había solicitado un tercer debate después del encuentro de esta semana en Filadelfia, pero Trump reiteró que ni uno más antes de las elecciones del 5 de noviembre.

Se siente ganador y no quiere arriesgarse.

Justificó que “las encuestas muestran claramente” que ganó el duelo verbal, y en letras mayúsculas añadió: “KAMALA DEBERÍA CENTRARSE EN LO QUE DEBIÓ HACER DURANTE CASI LOS ÚLTIMOS CUATRO AÑOS.”

“Cuando un boxeador pierde una pelea, lo primero que dice es ‘QUIERO UNA REVANCHA’”, declaró Trump, quien argumentó que, como él no ha perdido, no necesita otro.

El debate del martes entre Trump y Harris fue seguido por más de 67 millones de espectadores y se convertirá en el único cara a cara televisado entre los candidatos antes de las elecciones y la única ocasión para que los votantes comparen directamente sus propuestas.

Para los analistas estadunidenses, la candidata demócrata avanza en el terreno de los votos que cuentan para llegar a la Casa Blanca. ¿Le conviene a México que gane? La tendencia es a favor por la postura que ha asumido con los migrantes latinos. Pero en los temas de justicia y crimen organizado, tiene una visión distinta a la de la “cuarta transformación”.

Hay que recordar que Kamala Harris comenzó su carrera política como fiscal de California que combinó reformas de justicia penal con una postura dura sobre algunos delitos. Su enfoque como “inteligente frente al crimen” y la importancia de prevenir y castigar el crimen, protegiendo al mismo tiempo los derechos de los acusados y frenando los excesos, parecería tener puntos de coincidencia con el obradorismo, pero nada más lejano, respecto a su preocupación por la tolerancia en México y la política de López Obrador de “abrazos no balazos” a los criminales.

Ya veremos.

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