Citlali Lara, la funcionaria de Tizayuca que dobletea como maestra en la UAEM
Mientras la alcaldesa Susana Ángeles prosigue con la devastación del patrimonio cultural de Tizayuca y “guaruras” no identificados se pasean con armas de alto poder
* A pesar de que la Ley delegada a la Secretaria Municipal la responsabilidad de suplir en sus funciones a la alcaldesa, en caso de ausencias, Citlali Lara Fuentes sigue apareciendo en la lista de académicos que laboran en el plantel del Valle de Teotihuacán de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM); la funcionaria debe explicar a los ciudadanos cómo es que le hace para cumplir con ambas responsabilidades sin desatender su cargo en el ayuntamiento del devastado e inseguro municipio
Por: Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Mientras la alcaldesa Susana Ángeles prosigue con la devastación del patrimonio cultural de Tizayuca y “guaruras” no identificados se pasean con armas de alto poder —de uso exclusivo del ejército–, por los parques a plena luz del día, la Secretaria Municipal, Citlali Lara Fuentes, se da sus tiempos para continuar insertada como empleada académica de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), en el campus del Valle de Teotihuacán, pese a que la Ley Orgánica Municipal la ubica segunda en responsabilidad políticas y administrativas del Ayuntamiento, imponiendo por tal razón un horario de tiempo completo.
La funcionaria que se ostenta como Doctora en Derecho con especialidad en juicios orales, ha sido señalada como el brazo derecho, y “ejecutor”, de la actual presidenta municipal. Y de acuerdo a información de la Federación de Asociaciones Autónomas del Personal Académico de la UAEM (FAAPAUAEM), Lara Fuentes aparece como agremiados adscritos al plantel de Teotihuacán, de acuerdo al listado del Contrato Colectivo de Trabajo 2022, lo que indica que no abandonó la docencia una vez que pasó a formar parte de la actual administración municipal.
De acuerdo al Capítulo IV de las Condiciones Generales de Trabajo (CGT), pactadas entre la organización gremial a la que pertenece Citlali Lara, con la UAEM, en su cláusula 30, referente a la jornada de trabajo del personal académico, se establece que los profesores de carrera deberán cumplir un horario de 36 horas semanales para los de tiempo completo; de 18 horas semanales para los de medio tiempo y de 40 horas semanales para los que prestan sus servicios en forma exclusiva.
En cualquiera de los tres supuestos, se antoja difícil que la funcionaria de Tizayuca pueda dividir su tiempo para dar clases y estar al frente de su alta responsabilidad en el gobierno municipal. Al echar un vistazo a las prestaciones que además del sueldo, son bastante generosas, puede entenderse el porque la Secretaria Municipal, al parecer, sigue dobleteando en su puesto de académica. Lo interesante es saber a qué hora cumple con sus horas ante sus grupos o si se da sus escapadas a Teotihuacán para no perder su puesto como maestra.
Como señalamos, la Ley Municipal establece que en caso de ausencia de la alcaldesa es Lara Fuentes quien debe atender los asuntos prioritarios, quizá por ello el ayuntamiento anda de cabeza y en total desorden, priorizando obras como la nueva sede municipal para lo cual se destinarán los 180 millones de pesos que la SEDATU puso en manos de la alcaldía, no importando la devastación que se hizo de los murales del viejo palacio y las observaciones hechas a Susana Ángeles como la realizada antes de iniciar la devastación por parte del Movimiento Internacional de Muralistas, para preservar una valiosa obra pictórica que era considerada patrimonio cultural del municipio.
De nada valieron las peticiones de regidores como María Elena Lara para respetar este y otros ya consideramos como monumentos históricos, sometiendo a una consulta popular la destrucción de los murales. Muy al estilo de la alcaldesa de Cuauhtémoc en la CDMX, Sandra Cuevas, que mandó tapar diversos murales en sitios como mercados públicos, también la edil de Tizayuca, ni siquiera se molestó en preguntar a los ciudadanos si estaban o no de acuerdo con su impositivo proyecto que extinguirá para siempre algo realmente valioso para el patrimonio cultural del municipio.
Para hacerse de oficinas provisionales la alcaldesa instruyó a su Director de Administración, Jacob Juárez Quezada, para rentar un inmueble de tres plantas ubicado en la Avenida Cinco de Mayo de la Colonia Pedregal, por el que se pagará una renta mensual de 77 mil pesos, en un contrato forzoso de tres meses, pero prorrogable en caso de que la construcción del nuevo Palacio Municipal se demore más de lo planeado. El costo colateral de los impositivos caprichos de la alcaldesa.
A principios del mes, causaron revuelo y preocupación las imágenes difundidas en redes sociales donde aparecían sujetos portando armas de alto poder justo en la explanada de un parque del municipio, no importando que en dicho sitio público asisten niños. Los intimidantes sujetos no portaban uniforme o distintivo alguno por lo que era difícil saber con certeza si eran sicarios o agentes asignados a la seguridad de algún funcionario.
Más tarde y buscando enderezar la plana, se dijo que eran elementos asignados a cuidar al Jefe de la Policía Municipal, aunque se dice que estos “guaruras” armados hasta los dientes, también custodian a la alcaldesa.
Y es de entenderse el temor del propio titular de seguridad pública de Tizayuca porque los índices de violencia lejos de disminuir van al alza. Apenas hace un par de días, apareció una víctima más de la delincuencia organizada; un hombre ejecutado y amordazado, con signos de tortura, fue dejado en calles del Fraccionamiento El Recinto.
Si el jefe de la Policía y probablemente la alcaldesa y sus funcionarios se ven precisados a echar mano de tales niveles de seguridad, ya podemos imaginar el grado de indefensión en que se encuentran los ciudadanos de a pie que ven absortos e impotentes, la devastación de sus monumentos históricos aunada al creciente temor de caminar por las calles de un Tizayuca que ha perdido su tranquilidad y aire provincial, gracias al desgobierno de Susana Ángeles y su Secretaria Municipal que divide su tiempo entre su función pública y su actividad académica.
Y como dice el dicho: “El que a dos amos sirve, con uno queda mal”.