Por: Javier Roldán Dávila
Y qué: ¿pausar las relaciones diplomáticas no va en contra de los intereses públicos fundamentales?
En palabras de Zhenli Ye Gon, podemos afirmar que la frase clave utilizada por los comisarios de la 4T, con sus adversarios, es: ‘coopelas o juicio político’.
A lo largo de este año, la figura ha sido recurrida, por ejemplo, contra la ministra Norma Piña, pero, después de la pasada jornada electoral, se ha vuelto el ‘arma favorita’ de los frenéticos ideólogos gubernamentales.
Al grito de: ¡se aclimatan o se aclichingan!, el disenso político se convirtió en un ‘delito de lesa humanidad’ y, para combatir tan abominable crimen, los legisladores de MORENA lanzan amenazas por doquier, azuzados por Sergio Gutiérrez Luna.
Sin embargo, el colmo de la nueva era del Terror, son las tres ministras obradoristas: Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, quienes, sin el menor recato, pidieron que el resto de sus pares, sean destituidos mediante un juicio político, ya que, suspendieron labores en protesta contra la reforma judicial.
El alegato de las ‘dictadoras de toga y birrete’ (Monreal dixit), radica en que los huelguistas incurren “en actos u omisiones que redundan en perjuicio de los intereses públicos fundamentales o de su buen despacho”.
Ojalá, sólo sea el actuar de una facción y no estrategia generalizada, sino, tendremos, al menos, tres años de ‘cuchillos largos’, los pus-modernos comités de salvación pública, harán del juicio político, la guillotina sobre la que cimenten ‘su segundo piso’.