Opinión| Insurgencia ciudadana por la defensa de la democracia
Insurgencia ciudadana por la defensa de la democracia
Por: José María Carmona
El 16 de septiembre de 1810 Don Miguel Hidalgo y Costilla llamó a la insurrección al pueblo, a los de abajo para liberar a la patria del yugo colonial español y ese movimiento se conoce como insurgente.
El movimiento de independencia nacional que inició Miguel Hidalgo fue una revolución anti colonial, como se sabe el padre de la patria no vio la consumación de la independencia nacional, la historia es conocida pero como ya se señaló fue el inicio de una verdadera transformación.
El concepto transformación ahora es prostituido por López Obrador para justificar según él la famosa 4T y una visión de pensamiento único de país en una fase final del restablecimiento de un régimen político autoritario y despótico.
En este sentido, la democracia mexicana se encuentra con la cabeza bajo la guillotina y la bota militar, por el descuartizamiento del Instituto Nacional Electoral mediante el famoso Plan “B” que contiene como ya se sabe diversas contrarreformas antidemocráticas y tiene la intención de exterminar un organismo autónomo ciudadano encargado de llevar a cabo los procesos electorales.
La regresión antidemocrática de López Obrador está en marcha para aniquilar la democracia mexicana con todos sus defectos pero que es resultado de largas jornadas de lucha contra el régimen autoritario del PRI en el pasado, que costó sangre y vidas.
Hoy la lucha no solo pasa por defender incondicionalmente al INE, ni tampoco por la construcción de la Alianza Opositora conformada por el PRI, PRD y PAN, sino por comenzar una verdadera Insurgencia Ciudadana por la Defensa de nuestra democracia mediante un proceso de movilización y organización que tenga como propósito principal en el inmediato plazo echar abajo el contra democrático Plan “B” de López Obrador, Morena y sus partidos aliados.
Esa Insurgencia Ciudadana por la Defensa de la Democracia se debe de concretar en diferentes acciones, la primera preparar la jornada del 26 de febrero, la segunda llamar a una Asamblea Nacional Democrática para discutir un plan alternativo al de la 4T y los partidos “opositores”; exigir a la Suprema Corte de la Nación declarar inconstitucional de forma y de fondo el Plan “B” de la 4T; impulsar la creación de comités o colectivos por la defensa de la democracia donde participen todos los ciudadanos con el único propósito de la defensa incondicional del régimen democrático; que los partidos, PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano pongan incondicionalmente todos los recursos materiales y financieros así como sus prerrogativas al servicio de la insurgencia y que el proceso electoral de junio registren como candidatos a ciudadanos en especial aquellos luchadores sociales, madre o familiares de desaparecidos, defensores de derechos humanos mediante una asamblea democrática tanto en los estados de Coahuila y Estado de México como un primer ensayo general bajo este método para el proceso electoral del 2024.
Es la última oportunidad para el PRI, el PAN, Movimiento Ciudadano y el PRD de demostrar que están en este momento histórico con la democracia amenazada del país ante el pueblo de México que son consecuentes en la defensa no solo del INE y en contra de la contrarreforma de la 4T.
Los candidatos de la Alianza Opositora como se le conoce no debe registrar a los desprestigiados y repudiados políticos tradicionales que son repudiados por los ciudadanos a consecuencia de los escándalos de corrupción y su incapacidad para gobernar el país. Los partidos antes señalados deben de entender que el movimiento de la sociedad civil en la lucha por la defensa de la democracia en el país ya no pasa por el sistema de partidos, ya han sido rebasados y que todo sus recursos materiales y financieros deben de estar al servicio de este movimiento insurgente por la defensa de la democracia en el país; además deben de demostrar ante el pueblo de México que está empobrecido, explotado por el gran capital y violentado por el crimen organizado y el fracaso del proceso de militarización en la estrategia del combate al crimen organizado por López Obrador que los mismos están dispuestos incondicionalmente no solo a defender la democracia sino hacer un cambio radical en los ámbitos económico político y social del país en donde los ciudadanos sean el sujeto social de este cambio democrático profundo.
Por otra parte, nos debemos de convocar a la elaboración de una agenda alternativa y democrática de gobierno para ganar el 2024, apelando a todo el conjunto de las organizaciones de la sociedad civil, universidades, academia, trabajadores del campo y de la ciudad para nombrar comisiones que lleven a cabo esta tarea y que también participe y así como periodistas y personalidades sin militancia política partidaria pero que han trabajado por la democracia en el país.
En conclusión, la tarea inmediata es organizar la movilización del 26 de febrero del 2023 para echar abajo el Plan “B” de López Obrador y la 4T, así como preparar la Asamblea Nacional Democrática con las tareas antes señaladas. Este es el objetivo del llamado a la Insurgencia Ciudadana por la Defensa de la Democracia en el país y para honrar la memoria del insurgente Don Miguel Hidalgo y Costilla.