Opinión| Gobierno del ganso despilfarra presupuesto, pero país no mejora
Gobierno del ganso despilfarra presupuesto, pero país no mejora
Por: Miguel A. Rocha Valencia/Índice Político
Yo Campesino/Gasto inútil
A pesar de que en 2021 la administración del ganso se despachó 7.2 por ciento más de lo aprobado por la Ley del Presupuesto de Egresos y que las dependencias públicas se despacharon un billón 696 mil 34 millones de pesos, el deterioro de los servicios especialmente en salud y seguridad, se incrementó.
Es decir, no importa lo que gaste el gobierno de la 4T y disponga del presupuesto a su antojo, incluyendo el déficit público y el nivel de endeudamiento, lo hace tan mal, que ni siquiera le alcanza para levantar la percepción de que México está a la deriva no sólo en materia económica y social incluyéndose salud, seguridad, infraestructura o inversión.
Y es que el gasto se destina mayormente al clientelismo, a las obras presidenciales y desde luego al hoyo sin fondo que representa el insistir en empresas paraestatales generadoras de energía.
Bueno, ni siquiera el hecho de que al primer trimestre del año se registrara además del ingreso de divisas por remesas que alivian la cartera en dólares, o que la inversión fija extranjera aumentara a más de 20 mil millones de dólares, permiten mitigar los efectos de la destrucción de estructuras económicas.
Eso indica que el gasto está mal hecho y se va a la decisión de lo que diga el dedito del machuchón de Palacio Nacional. Tal es el caso del excesivo presupuesto que se otorgó a la Comisión Federal de Electricidad y a Pemex, que en 2021 se despacharon un billón 74 mil 566 millones de pesos, la sexta parte del total del gasto federal y que, de acuerdo con el Instituto “Belisario Domínguez” del Senado, fue un 11.7 por ciento mayor a lo autorizado por el PEF, o sea, la Ley.
Eso sin contar lo que por impuestos Pemex dejó de reportar al SAT. En ese gasto se incluye el aumento en la “inversión” en la refinería de Dos Bocas y pagos forzosos del servicio y deuda de la petrolera.
Esto es que, aunque se hable de utilidades por el alza del crudo, la verdad es que los mexicanos pusimos para sostener a Pemex y la obra presidencial cuyo costo ya aceptado, se elevó a más de 12 mil millones de dólares. Igual con la CFE, donde la inversión privada cayó y se inyectaron recursos a la eléctrica para pagos de prestaciones al personal y las fallas reportadas (incluye el robo).
Otra dependencia que también gastó casi una cuarta parte más de lo presupuestado fue la Defensa Nacional con un sobre giro de 23.4 por ciento ya que se gastó 138 mil 917 millones de pesos.
Y frente a ese gasto que no se explica aun hasta que se analice la glosa, la Secretaría de Salud ejerció 175 mil millones de pesos, incluyendo los gastos de medicamentos y vacunas, cuyos contratos permanecen ocultos hasta 2025.
A los estados, como ya es la tendencia, se les dio menos que en 2020 y se les entregaron cuatro mil 170 pesos, aunque en algunos con gobiernos morenistas, se les compensó con los programas sociales, especialmente en aquellos donde habrá elecciones.
Ni hablar de los órganos autónomos que para el Mesías Tropical deberían desaparecer y contra lo dispuesto por la ley, se les redujo 1.6 por ciento, mientras que, al Poder Judicial se les rebajó el 0.3 por ciento.
De acuerdo a las tendencias y la misma Secretaría de Hacienda, el gasto de este año será igual, deficitario, ya que no obstante el aumento en los ingresos fiscales y petroleros, al primer cuatrimestre de 2022, ya se registra un déficit por arriba de los 13 mil 40 millones a pesar de los “ahorros” que provocan el despido de burócratas, falta de mantenimiento en las instituciones públicas y deterioro de los servicios. Eso a pesar de que el ingreso fiscal aumentó en ese mismo período 14.2 por ciento.
Eso significa que se sigue gastando a discreción, pero sin resultados positivos, en tanto, según explica Hacienda, la deuda neta del Gobierno Federal equivale a 10 billones 505 mil millones de pesos.
Así que el déficit está destinado a incrementarse como ocurrió el año pasado y aunque se rebase lo presupuestado, no se espera mejoría. Bueno si pues ahora que la calificadora Moody’s considera que el PIB crecerá al 1.8 por ciento y eso, son buenas noticias para el caudillo de Macuspana pues los pesimistas aseguran que estará por abajo del 1.5 por ciento.
Un voto por Morena es un voto contra México.