Rueda de Molino| Plan B a la basura, se impone la Suprema Corte de Justicia pero la oposición no aparece
Una bocanada de oxígeno puro representó para el México en ruinas que está dejando Andrés Manuel López Obrador y su autoritario proceder, la actuación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyos magistrados dieron muestra de dignidad, valor, entereza.
Por: Jorge Hidalgo Lugo
Una bocanada de oxígeno puro representó para el México en ruinas que está dejando Andrés Manuel López Obrador y su autoritario proceder, la actuación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyos magistrados dieron muestra de dignidad, valor, entereza.
Tarea digna, pero sobre todo determinación necesaria para cumplir a cabalidad con la labor que tienen encomendada que es simple y llanamente, impartir justicia, preservar el Estado de Derecho, dar cauce al equilibrio que se necesita hoy como nunca en un país manejado con arbitrariedad y atropello por quien se queja amargamente de verse afectado por un poder Judicial que está “podrido”.
Para el ego herido, el orgullo tabasqueño hecho girones, es inconcebible que en México del que se siente dueño absoluto, haya quienes se atrevan a cruzarse en el camino plagado de atropellos y abusos de poder, para intentar detener o contrarrestar los efectos nocivos de una tiranía mediocre que sólo concibe como logro democrático, las fechorías que urde desde Palacio en detrimento de millones de personas incapaces de hacer valer sus derechos bajo el régimen absolutista que ha ejercido.
Por eso es de resaltar la lección de dignidad y patriotismo que han dado los ministros de la Suprema Corte de Justicia, a excepción de las obradoristas que se mantienen plegadas a las órdenes que les dicta su verdadero amo y señor. Esas que todo mundo tiene plenamente identificadas, con la carga de desprestigio y descrédito que esta actitud servil, de mascotas domesticadas, tienen como carta de presentación Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz Ahlf.
“No tiene remedio el poder judicial, está podrido”, emitió en el patíbulo mañanero donde por si fuera poco calificó a los ministros de estar al servicio de una minoría rapaz, con la complicidad de un poder faccioso al servicio de la corrupción, es un acto de prepotencia y autoritarismo… se atrevieron a cancelar los que están al servicio de quien que se dedicó a saquear al país y quieren regresar por sus fueros”, espetó entre salivazos cargados de rencor y amargura
Fiel a su naturaleza, a su equívoca visión de ejercer el poder que al parecer lo ha enloquecido, López Obrador no sólo mantiene su campaña de descrédito y hostigamiento dirigido, en contra del Poder Judicial, sino que ahora por igual cae en el escenario de violentar aún más las leyes que juro guardar y hacer guardar, pues insulta y lanza veneno contra los magistrados, además que se abre de lleno a ser el matraquero oficial de las campañas por venir de Morena.
En abierto reto a la autoridad que pudiera representar hasta este momento el desdibujado y cobarde nuevo Instituto Nacional Electoral con la conformación de consejeros que se pliegan a los mandatos enviados desde Palacio Nacional, López Obrador puso en marcha el denominado Plan C y sin decoro de por medio, pide desde ahora que se vote en línea para que haya un Poder Legislativo donde Morena sea aplastante mayoría y entonces sí, acabar con todos los obstáculos que para él y sus objetivos transexenales, se crucen en la vereda.
Con la permisividad que ya dio ese timorato y desdibujado INE al no llamar la atención y mucho menos sancionar por los quebrantos que ha venido realizando a las leyes electorales, ahora el opresor frustrado ve propicio seguir en la ruta y por un lado lanzar ponzoña con su mordacidad peculiar, y por el otro echar mano de todos los recursos económicos acumulados, para comprar conciencias y cobrar a los pobres que mendigan limosnas del bienestar, a fin que cumplan con su parte de esta estrategia por él mismo revelada.
Bajo este escenario será iluso presumir que eso que aún llaman “oposición” salgan del reducto, del estado de confort en que se han sumido, para capitalizar lo que hoy son evidentes muestras de resquebrajamiento del poder hegemónico que pretendió tender y actuar en consecuencia.
Decepcionante y miserable papel que esos cuadros directivos y dirigencias que se presumen adversarios de Morena y sus aliados, sigan ensimismados en su cobarde inacción, en tanto la sociedad civil mantiene síntomas de recuperación y estar dispuesta a salir a las calles, participar en campañas y poner fin a esta pesadilla que el partido gobernante ha traído para los mexicanos todos, incluyendo a sus limosneros de catálogo.
Coyunturas todas que deben incluir también los rasgos de ruptura que se atisban al seno de Morena por la encarnizada lucha protagonizada por dos de las corcholatas con lo que pretenden descarrilarse una a otra. Lo que registran las precampañas de Marcelo Ebrard Causaubón y Clauidia Sheinbaum, hasta el momento es de pronóstico reservado.
Nadie puede garantizar, ni el propio dueño de Morena, que se contenga la inevitable ruptura y fragmentación que está por ocurrir cuando el dedo sagrado del gran elector, unja como abanderado a cualquiera que sea, sobre todo porque los dados están y siguen cargados a favor de la hoy insufrible e ineficiente Jefa de Gobierno capitalino.
En tanto eso acontece hay que dar un aplauso de pie y por tiempo prolongado a Arturo Zaldívar, Norma Lucía Piña Hernández, Alberto Pérez Dayán, Javier Laynez Potisek, Luis María Aguilar Morales, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Ana Margarita Ríos Farjat y Juan Luis González Alcántara Carrancá, quienes resistieron a pie firme la embestida tiránica que buscó amedrentar con antelación, soportar la persecución de la jauría babeante orquestada, pagada, con el dinero de todos los mexicanos, hoy mal manejados por Morena, su dueño y demás secuaces.
En tanto ver si la reacción de Marko Cortés, el impresentable Alejandro Amlito Moreno, Jesús Zambrano, Dante Delgado y otros más, pasan de la fanfarria cantinera, lanzar confeti, serpentinas y brindar por un logro que no les pertenece, a kas acciones de congruencia, consistencia y arrojo hasta hoy escondido, para salir a dar la cara con organización y apego a lo que las mayorías aglutinadas en la sociedad civil reclaman y esperan.
Lastimosa situación depender de los partidos políticos por el sistema que aún rige, pero que hoy no tienen condiciones de encabezar, enarbolar o dictar las reglas a seguir, sin considerar a los millones de mexicanos que por fortuna, no confían en las siglas tradicionales, pero saben, aceptan, no tener otra alternativa más que ir juntos para enfrentar al enemigo, al único y real peligro que hay en México y que se llama Andrés Manuel López Obrador.
Todos como uno solo ir a combatir en las urnas al dueño de Morena y mandamás de los traidores que subyacen a su paso, incluyendo claro está, a los narco aliados ese as que trae el de Macuspana bajo la manga y que sería de una torpeza indefendible, soslayar.
Vale…