Rueda de Molino| Acepta López Obrador que a su gobierno lo respeta el crimen organizado; el tirano y complicidades siniestras
En la esquizofrenia que acusa desde su fallida presidencia, Andrés Manuel López Obrador busca que con un chasquido de dedos, todos los habitantes de este país en destrucción crean en automático que su discursiva es real
Por: Jorge Hidalgo Lugo
En la esquizofrenia que acusa desde su fallida presidencia, Andrés Manuel López Obrador busca que con un chasquido de dedos, todos los habitantes de este país en destrucción crean en automático que su discursiva es real, creíble y por tanto, respaldada por eso que de manera retórica y manipuladora, da por llamar pueblo “bueno y sabio”.
Así podemos ir desde la descalificación tiránica en contra de presuntos enemigos del proyecto que él encabeza, hasta la complaciente victimización de quienes siendo instrumentos de desestabilización y abuso del poder que ostenta, tengan que soportar embates de grupos de la sociedad civil que hartos hasta el extremo de la paciencia en términos ordinarios, se desbocan y desalojan a provocadores a sueldo de Morena como aconteció en la sede del Poder Judicial.
López Obrador en su mesianismo enfermizo es el único facultado en esta tiranía de mediocres, para calificar quienes son dignos de ir se a los infiernos y quiénes en cambio, merecen el paraíso macuspano por obedecer ciegamente sus indicaciones arbitrarias y de atropello a todo lo que sea o tenga visos de legalidad.
En esta desquiciante realidad que destruye un día sí y otro también a México y su paz social, el depredador de Palacio Nacional ahora lanza un señuelo, hace un guiño al crimen organizado con la posibilidad de lograr un acuerdo “por la paz” que al cierre de este despacho tiene en su haber, la cifra macabra a 156 mil 114 ejecutados en todo el país.
Y no deja de ser tramposo el guiño que le hace a sus hasta ahora narco aliados, en vísperas de comicios como los que acontecerán este domingo en Coahuila y el Estado de México, donde es latente la presencia de las células criminales operando a favor de Morena y sus candidatos, como ha sido constante en el escenario comicial desde su arribo al poder Ejecutivo federal.
López Obrador presuroso suscribió ese llamado a la paz, que incluye a nueve cárteles de la droga, realizado por Delia Quiroga, una representante del Colectivo 10 de Marzo, quien busca a sus familiares desaparecidos en Sonora, para erradicar la violencia y la usencia física forzada.
Con el oportunismo vil que le caracteriza lanzó el anzuelo para asumir ahora el papel del beato benefactor y falsamente preocupado por su redil de ovejas, al señalar que las organizaciones criminales deben dejar la violencia ya que pueden actuar de manera correcta ante la sociedad.
“Sobre esto que estás planteando, yo estoy de acuerdo, ojalá y se lograra la paz, eso es lo que deseamos todos, que no haya violencia, que no haya homicidios, que no haya agresiones, porque eso afecta a todos, hay agresiones entre bandas, hay agresiones que se presentan contra las Fuerzas Armadas o policías estatales”, pontificó.
Y fue a más en su cinismo delirante al señalar:
“Que no actúen las organizaciones (con violencia), claro que sí. Sí, ese es el exhorto, que no actúen de manera violenta, claro. Se burlan de mí, cuando a sus padres, abuelos, los cuestionan y no ven bien cuando toman el camino de la delincuencia, hay mucha gente que ayuda, los mismos familiares”, recalcó.
Eso que hoy le aplauden sus jaurías babeantes, contrasta por igual lo que apenas en junio del año pasado, rechazaba furibundo y fuera de sí, como respuesta al señalamiento de los Estados Unidos y varios de sus congresistas de que en México había estados en manos de células criminales.
En esa ocasión, un arrebatado López Obrador manipulaba a sus seguidores a sueldo y extraviados de las neuronas, con la versión oficialista que la violencia en el país no era generalizada y que la mitad de los estados no tienen problema de homicidios, “como sucede en Estado de México, Michoacán, Baja California, Zacatecas, Guanajuato, Jalisco y Sonora”.
“No es lo que dicen las agencias estadounidenses, de que el 30 por ciento del territorio está dominado por el crimen organizado en México, no es cierto, lo podemos probar. Hay estados donde no hay homicidios”, señaló luego de insistir que son focalizadas las regiones donde hay presencia de estos grupos.
Cosas del cambiante discurso para engañar y tirar cortinas de humo, porque seis meses después, sin tapujos López Obrador hace alarde que los mismos grupos criminales que antes negó, ahora se portan amigables y permiten el accionar de los vividores de la nación quienes no son retenidos en sus garitas sembradas en carreteras, caminos, accesos a pueblos y comunidades en todo el territorio nacional.
Con esa desmemoria que cree debe facetar a todos los habitantes de su feudo, el opresor aseguró que los grupos del crimen organizado en México respetan a los Servidores de la Nación aún en los retenes, y en su patíbulo mañanero se dio el lujo de ponderar abiertamente cómo operan y controlan caminos y accesos a comunidades.
Así, lució su impunidad sin decoro alguno, porque en vez de combatirlos y detenerlos una vez ubicados en estas circunstancias, los compradores de voluntad a cambio de las limosnas del bienestar que les entregan, llegan a ser retenidos en comunidades por esos narco bloqueos, pero “son respetados al ser identificados como parte del Gobierno federal”.
“Hay casos en donde detienen a alguien de los que trabajan en las comunidades, algún grupo de la delincuencia, pero como usan un chaleco ya los identifican y los respetan”, alardeó en su cinismo ramplón.
La duda razonable en todo caso es ¿para qué pactar con los aliados que respetan al gobierno federal y sus actores, en vez de someterlos y dejen de teñir de sangre el territorio de su protector y cómplice?
Porque lejos de ser plausible la anécdota que contó sobre un vividor de la nación que recibió un reclamo en un retén instalado por los criminales, toda vez que su abuela no recibía los beneficios de esos programas sociales, es de indignante y marcada preocupación:
-No ha llegado el apoyo a mi abuelita, le dijo un muchacho a un Servidor de la Nación, que estaba en un retén y tenían que ir a trabajar con los promotores, que mi respeto para ellos porque están abajo, en territorio, no escritorio, y le dijo:
–Bueno ¿dónde vive tu abuelita?
–Pues en tal pueblo.
–Dame los datos.
–No, cómo te voy a dar los datos.
–Pues entonces no se puede.
–Bueno, cuando regreses alguien te va a entregar los datos…, contó festivo.
En tanto, la carta blanca para su sanguinario actuar sigue extendida desde Palacio Nacional y eso lo saben los narco aliados, quienes ahora deberán pagar favores en los comicios por venir, incluyendo los del año entrante y ante eso, no hay respuesta que valga.
El narco estado camina la senda ante la cobardía de quienes creen que esto es pasajero y que pronto un ser divino vendrá a hacer justicia y devolver a México sus libertades y derechos, hoy conculcados por la arbitrariedad del autócrata que pasea su impunidad ante el mundo con su cauda de oportunistas, abyectos, advenedizos, promiscuos y traidores a la patria, que encuentran su bien vivir cubriendo las heces que el amo les va tirando a su paso.
Nada más, pero nada menos.
Vale…