Opinión| Charlatán sin remedio… estupidez sin atenuantes
Con esas características confesadas y exageradas por ese presidente, nos ha salido, éste, ilegalmente derrochador, y además extravagante.
Por: Marco Antonio Aguilar Cortés
“Me puedo ir tranquilo”, aseguró el presidente de México después de reforzar su sucesión; igual, expresó hace algunos años: “no traigo ni un peso en la bolsa; el dinero no me importa”, antes de hacerse inmensamente rico, y de generar millonarios a su derredor.
Con esas características confesadas y exageradas por ese presidente, nos ha salido, éste, ilegalmente derrochador, y además extravagante.
Por actos de autoridad (aplicados al ejercicio del presupuesto de más de 8 billones de pesos) se han tirado en la cloaca electorera cientos de miles de millones del erario.
Hace 83 años, la ciudadanía eligió al presidente de la república el primer domingo de julio, después de sólo 6 meses de proceso electoral, con un gasto y desgaste reducido; y así siguió hasta ahora.
Analicemos la sucesión presidencial para el 2024.
Fuera de norma jurídica (por simple capricho del presidente) inicio, éste, su propio proceso sucesorio en mayo del 2021.
Ya no fueron 6 meses de gasto electoral, como antes, sino será una erogación de más de 3 años, para varios prospectos. No le importó al presidente ni los costos ni los desgastes ni las formas legales, erigiéndose en un ridículo dedazo electoral.
Su ilegal labor electorera la hizo pública, sin pudor ni recato.
Por su regalada gana escogió prematuramente, dentro de sus cuates, a una decena de marionetas. En base a su antojo los nombró en una maña-nera.
A sus escogidas, y escogidos, no tardó mucho en clavarles el mote de “corcholatas”, para imponerles su fierro como dueño protector.
Así empezó el flamígero dedazo presidencial a descartar, y a encartar, en su costosa bufonada.
Nos cuestan mucho esos tempraneros destapes. Con su monto se hubiera arreglado muy bien ese metro achacoso y descuidado de la CDMX, y hubiera sobrado dinero. No sé si Claudia lo entiende, pero sí lo presiente.
Sin esos precoces descorches se hubiera realizado una mejor labor por dentro de la Secretaría de Relaciones Exteriores, para respetar y atender a los diplomáticos de carrera; y en los vínculos internacionales no hubieran tenido tantas caídas. Ebrard sí lo entiende, pero prefirió hacer piruetas.
Adán Augusto llegó tarde al gabinete, y sufrió el descobije anticipado, por lo que como secretario de Gobernación resulta desaprobado, y como candidato a la presidencia está muy debajo de la medianía. Lo que sí está claro, es que el presidente ha gastado en él muchas centenas de millones de pesos, obtenidos de nuestros impuestos; contribuciones que merecen ser aplicadas para mejorar la política interior del país, tan llena de balazos, desprestigio, fentanilo y asesinados por doquier.
Entre esas tres corcholatas hay saludos y sonrisas engañosas; empero, en el fondo de cada uno de sus cerebros bulle la angustia, envidia, coraje, zozobra, aún habiendo dado el presidente mayores apoyos a una Claudia sin personalidad propia.
Las otras corcholatitas, de bajo monto, son pequeños y molestos compromisos.
Pero todas las corcholatas, y las corcholatitas, tienen asegurado, si siguen obedeciendo ciegamente al amo, un premio de consolación, conforme a su peso político.
Este sistema de repartos del poder por consolación, por haber participado como palero para la grande, no tiene nada de novedoso.
Lo utilizó Porfirio Díaz Mori, Plutarco Elías Calles, Luis Echeverría Álvarez y Carlos Salinas de Gortari y, todos, de una u otra forma salieron del poder, o al destierro, junto con sus politiquillos consolados.
El irresponsable presidente López ha generado mayor pobreza en los mexicanos. INE y TRIFE tienen el deber de no permitir, y sancionar, a quienes fuera de los tiempos electorales han gastado esas millonadas en publicitarse política y electoralmente para la presidencia de la república, con el dinero del erario gubernativo, tanto de la federación como de las entidades federativas.
Del consejo morenista nada novedoso se obtuvo. Hay 4 precandidatos y 2 posibles precandidatitos. Harán 5 encuestas.
Hasta el 6 de septiembre próximo se conocerán los resultados; y eso sí, el único que ahí manda es el presidente López; él será quien siga desafinando y financiando. con dinero del erario, todo el proceso electoral morenista del 2024.
¡Ah!, y seguirá mintiendo: “Ya no hay dedazo, ni destapes ni cargada”; cuando todos vemos que el presidente inconstitucionalmente interviene en el proceso electoral, desviando el dinero de los mexicanos para pagar sus costosos jueguitos electoreros. A ese mismo charlatán sin remedio hay que sancionarlo, conforme a la ley. Esas costosas estupideces no tienen atenuantes ni eximentes.