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Entre “chapulines” y mujeres que no lo son

Saltar por conveniencia de un partido a otro es una práctica común entre los políticos mexicanos, sobre todo porque no existe una ley que se los impida

Por: Rosalinda Cabrera Cruz

Saltar por conveniencia de un partido a otro es una práctica común entre los políticos mexicanos, sobre todo porque no existe una ley que se los impida; hoy por hoy está de moda el chapulineo, pero en algunos casos ya llegan a ser langostas o cucarachas que aprovechan cualquier oportunidad para continuar con el poder. Ahora, cobijándose en la paridad de género, hasta existen mujeres que no son mujeres y que increíblemente pudieron contender (¡y ganar¡) en las elecciones del 2 de junio.

A estos personajes se les llama chapulines, camaleones, veletas, traidores y por varios calificativos más, lo que poco les importa si pueden mantener un cargo público. Es de destacarse que el fenómeno del chapulineo ocurre en cada elección importante o al final de sexenio, que hoy se recrudeció porque algunos de ellos lo hicieron para garantizar cambios en la Constitución Política mexicana que, con el tiempo, afectarán a todo el país.

Resulta curioso que en ocasiones el salto se da de una ideología a otra, totalmente contraria a la original. Eran de izquierda, ahora son de derecha, o eran de derecha y ahora se pasaron a la izquierda, argumentando que su pensamiento político es congruente con sus acciones.

Eso no es nuevo en México, son famosos los casos de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, quienes renunciaron al PRI a finales de los años 80 para fundar el PRD, aunque esto podría ser entendible por el momento histórico que les tocó vivir, aunque ahí están también el caso de Juan José Rodríguez Prats cuando salió del PRI para incorporarse al PAN.

No son pocos los ejemplos de incongruencia, como Layda Sansores, quien en algún discurso dijo que “seguimos siendo el Rey de Latinoamérica, ¡pero de la corrupción!»; ella fue militante del PRI desde 1966 hasta 1996 y tras de su salida del partido dictador de 70 años ha brincado de un partido a otro: del PRD a Convergencia, de ahí a Movimiento Ciudadano, luego al PT y ahora Morena, que la premió con una gubernatura.

Sin duda existe una confusión entre la lealtad, la ambición de poder, los principios ideológicos y la responsabilidad frente a todo el país, y esto ocurre en el caso de los distintos diputados de diferentes partidos que recién juraron defender los intereses de la nación.

Chapulines etiquetados como traidores  

Con la mente fija en aprobar a como dé lugar la iniciativa de reforma al Poder Judicial propuesta por el casi expresidente Andrés Manuel López Obrador, Morena no tuvo empacho en comprar voluntades (perdón, convencer a posibles interesados mediante el cabildeo) que ya habían ganado sus cargos de elección popular a través de otras alianzas o partidos.

Fue así que al Senado llegaron dos senadores del extinto Partido de la Revolución Democrática (PRD) en vísperas de la aprobación de la iniciativa ante la Cámara Alta: Araceli Saucedo y José Sabino Herrera, quienes sin pudor alguno brincaron a modo chapulines y que hoy son calificados como traidores por parte de quienes votaron por ellos y a quienes les tocaba defender los principios ideológicos, doctrinarios y proyecto de Nación del que fue su partido y el que aportó estructura y recursos para que fueran electos, estos personajes incluso llegaron al cargo enarbolando fuertes argumentos en contra del partido en el poder.

Esto mismo aconteció en la Cámara de Diputados de la Ciudad de México, pues el 1 de septiembre se instaló la III Legislatura en el Congreso de la Ciudad de México, en la cual Morena obtuvo la mayoría calificada; fueron 46 de 66 legisladores, debido a que se les sumaron los diputados de oposición Nora Arias (PRD), Silvia Sánchez Barrios (PRI) y Luis Chávez (PAN).

Y no sólo ellos, pues muchos de los que ahora militan en Morena, antes fueron ilustres miembros de partidos distintos; en la lista se leen los nombres de exgobernadores, exlegisladores, exfuncionarios públicos del PRI y que ahora visten la camiseta guinda en distintos cargos. No se puede dejar de observar que miles de integrantes de Morena son de tal forma advenedizos que, si mañana apareciera un partido distinto, nuevo, fuerte, vigoroso, triunfante, ellos brincarían inmediato hacia esa otra opción para ellos, no para los mexicanos quienes, en todo caso, los dejan hacer y deshacer.

Encima, los premian

En febrero de este año, en el arranque por los cargos públicos durante las “más grandes elecciones en el país”, en total fueron 34 políticos que antes militaban en el PRI, PAN, PRD o Movimiento Ciudadano u otros quienes obtuvieron una candidatura por la alianza Sigamos Haciendo Historia, que encabezó Morena, para buscar una diputación federal por mayoría relativa o por la vía plurinominal.

Para los distritos 15 (alcaldía Benito Juárez) y 17 (Álvaro Obregón) de la Ciudad de México, Morena eligió a René Vivanco y Carlos Madrazo, respectivamente, como sus abanderados. El primero renunció al PRI capitalino apenas en 2021 y el segundo era funcionario de la alcaldía Cuajimalpa, gobernada por Adrián Ruvalcaba, quien renunció al PRI el 14 de diciembre del año pasado y externó su apoyo a Claudia Sheinbaum, la aspirante presidencial de Sigamos Haciendo Historia.

Para las diputaciones plurinominales, o de representación proporcional, tres diputados de la Ciudad de México que renunciaron al PRI, PAN y PRD apenas hace unos meses fueron postulados por el partido guinda. Se trata de la expriísta Mónica Fernández César, el experredista Víctor Hugo Lobo Román y el expanista Gonzalo Espina.

En Nuevo León, tres chapulines obtuvieron candidaturas por Morena: Irgla Guzmán Treviño, quien fue candidata del PRD a la diputación por el distrito 3 con cabecera en Escobedo, en 2015; Alberto Fernández Cisneros, exfuncionario del gobierno de Jaime Rodríguez El Bronco; y Oliverio Tijerina, quien fue candidato del PRI a la diputación local por el distrito 13.

En el estado de México, el expriísta Adrián Fuentes, cercano al gobernador Eruviel Ávila, fue el candidato de Morena al distrito 18 de Huixquilucan; la expanista Julieta Villalpando se quedó con la candidatura del partido guinda al distrito 6 de Coacalco; y Luis Miranda Barrera, hijo de quien fuera secretario de Desarrollo Social del presidente Enrique Peña, Luis Armando Miranda Nava, fue como candidato del PVEM por el distrito 26 de Toluca.

Gerardo Ulloa Pérez, experredista hasta 2018, se hizo de la candidatura de Morena al distrito 29 de Neza, mientras que Luis Enrique Martínez Ventura, que en 2018 renunció al PRI, obtuvo la candidatura al distrito 23 de Chalco. En Baja California, Morena postuló a Nancy Sánchez Arredondo, exdirigente del PRI en aquella entidad, como candidata por el distrito 2, con cabecera en Mexicali. Como líder estatal defendió la reforma eléctrica del presidente Peña Nieto y cuando dejó la bancada del PRI en el Senado para unirse a Morena aceptó que la reforma no bajó los precios de la luz.

En Baja California Sur, el candidato de Morena por el distrito 2, con cabecera en San José del Cabo, fue Luis Armando Díaz, quien fue candidato del PRD a la gubernatura. En Chiapas, Roberto Albores Gleason, hijo del exgobernador priísta, Roberto Albores, fue el candidato al distrito 8, con cabecera en Comitán.

Los veracruzanos encontraron en las boletas muchos nombres conocidos: Maru Pinete, exdiputada federal priísta en la LXIII Legislatura, quien obtuvo la candidatura a una diputación por el distrito 1 en Pánuco por Morena; y a la experredista, Rosa María Hernández Espejo, quien fue en estas elecciones candidata guinda al distrito 12, con cabecera en el Puerto de Veracruz.

Jalisco también tuvo lo suyo, el de una mujer que fue al mismo tiempo candidata de Morena y Movimiento Ciudadano: Nelly Muñoz, quien prendió dos velas para llegar a San Lázaro en la nueva legislatura. En la misma entidad, Merilyn Gómez Pozos dejó Movimiento Ciudadano el 3 de enero de 2024 para ser candidata por Morena al distrito 11 de Guadalajara.

Y la lista sigue en Tamaulipas, donde la expriísta Olga Juliana fue la candidata guinda al distrito 7 con cabecera en Reynosa; en Tabasco, el también expriísta Iván Peña Vidal fue por Morena al distrito 2 de Cárdenas; Alejandro Aguilar, quien renunció al PAN tras no ser postulado a la gubernatura de Tlaxcala, se hizo de la candidatura morenista al distrito 1, con cabecera en Apizaco. En San Luis Potosí, el expriísta Francisco Adrián Castillo Morales fue elegido por Morena como su candidato al distrito 4 de Ciudad Valles.

Para Puebla, Tony Gali López, hijo del exgobernador panista Antonio Gali Fayad, fue el candidato del Partido Verde por el distrito 9 de la capital, mientras que en Yucatán, Jessica Saiden, candidata del PRI a la alcaldía de Progreso en 2015, fue por el distrito 6 de Mérida; en Quintana Roo, el exalcalde priísta de Isla Mujeres, Juan Carrillo, fue por el distrito 1 de Playa del Carmen bajo el ala de Morena.

En Michoacán, mujeres que no lo eran

El Instituto Electoral de Michoacán (IEM) inició recientemente una investigación de oficio sobre ocho presidencias municipales del estado que correspondían a mujeres por el principio de paridad y que ganaron hombres bajo la auto adscripción de mujeres transgénero sin serlo.

La autoridad electoral estatal ha repartido responsabilidades para explicar los goles que les han metido partidos y candidatos, precisando que la falta de una legislación federal que regule las acciones afirmativas destinadas a los sectores vulnerables les pone contra las cuerdas.

Es de destacar que los partidos y ciudadanos han sido omisos antes y después de la elección al no impugnar las candidaturas, aunque aún están a tiempo de anular los triunfos. Al no judicializarse los expedientes, aunque la autoridad electoral acreditó los fraudes, los ocho hombres ganadores pudieron tomar protesta como presidentas municipales, a excepción de uno de ellos en Charapan.

En el caso de la comunidad LGBT+, las autoridades locales y federales deben regirse por el principio de buena fe. Ahí es donde entraron las tretas de los partidos, que se aprovecharon de las lagunas legales para hacerse de candidaturas fraudulentas.

“Por criterio de tribunales, ahí (con la comunidad LGBT) la auto adscripción o el reconocimiento debe ser simple, no se debe pedir un documento que acredite el reconocimiento a un sector, en este caso de la diversidad”, explica el presidente del organismo electoral michoacano, Ignacio Hurtado.

Con todo el revuelo mediático y lo escandaloso del caso, la autoridad electoral inició una investigación de oficio que aún no se desahoga. Como advirtió un día antes de la elección la consejera del Instituto Nacional Electoral (INE), Claudia Zavala, se requiere de una revisión minuciosa, expediente por expediente, para comprobar la legitimidad de las auto adscripciones y en este caso deberán de presentar pruebas que las acredite como mujeres transgénero.

No obstante, de encontrarse elementos que confirmen el fraude, la consecuencia se limita a una sanción económica al partido o al candidato, según sea el caso. Algunos aparentemente no sabían que usurparon el lugar de una mujer, como Daniel Herrera, presidenta municipal electa de Tanhuato. Para que los triunfos electorales sean anulados deben presentarse recursos de impugnación vía los tribunales electorales. Al momento, solo una de las ocho presidencias municipales, la de Lagunillas, presentó solicitud de nulidad.

Es de mencionarse que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) declaró inelegible al alcalde electo de Charapan, Rubén Torres García, por haberse postulado como mujer bajo acción afirmativa. Durante una sesión pública, los magistrados consideraron el recurso SUP-REC-1153/2024, el cual fue presentado por el partido Morena, en el que determinaron que, tras la revisión de las pruebas, el candidato del PRD era inelegible para ocupar el cargo a la presidencia municipal en Charapan tras simular ser mujer.

De acuerdo con los hechos presentados, el edil Torres García se hizo pasar como candidata mujer en las elecciones del pasado 2 de junio, al haberse inscrito bajo la acción afirmativa de diversidad sexual, además de presentar una carta en la que aseguró pertenecer al género femenino; sin embargo, en su comportamiento no actuó así.

“Se observa un mecanismo de fraude a la paridad por parte de los partidos políticos consistente en entregar formatos escritos de auto adscripción de géneros falsos para cumplir con el requisito de paridad de género en sus postulaciones y así eludir la postulación de mujeres en cargos que la norma fundamental de paridad exige”, determinó el Tribunal.

Por otra parte, habría que recordar que a inicios de junio de este año (previo a la elección) el IEM dio a conocer el inicio de una investigación para deslindar responsabilidades en el caso de ocho presidencias municipales, que por principio de paridad de género en la entidad correspondían a mujeres, pero que fueron otorgadas a hombres, quienes se auto adscribieron como mujeres transgénero sin serlo.

Semanas antes de que se llevara a cabo la jornada electoral del pasado 2 de junio, diversos colectivos en defensa de las personas que integran la comunidad LGBTQ+ denunciaron que múltiples partidos incurrieron en la usurpación de espacios mediante “acciones afirmativas” que fueron utilizadas por los candidatos locales.

Dichas acciones afirmativas son mecanismos que implementa el INE desde 2021, con el propósito de garantizar que toda la sociedad mexicana sea debidamente representada en los cargos de elección popular y que todos los grupos sociales puedan ejercer sus derechos.

Lo anterior significa que los partidos están obligados a postular a candidatos que formen parte de diversos sectores, como quienes integran a grupos de la diversidad sexual, a personas que cuenten con alguna discapacidad, a personas afromexicanas y a integrantes de comunidades indígenas.

Los ocho candidatos, hombres biológicos, que se registraron como mujeres transgénero, quienes además ganaron las alcaldías para las que contendieron fueron Rubén Torres García, del PRD, quien ganó en Charapan (y a quien no se le permitió tomar posesión); Jorge Luis Estrada Garibay, abanderado del PRI, PAN y PRD en Ecuandureo; Octavio Chávez Aguirre, del PT y PES, consiguió la mayoría en Lagunillas, con lo que logró reelegirse en dicho municipio michoacano.

Morena, PT y PVEM postularon a Apolonio Ureña Martínez, ganador en Tumbiscatío, al igual que Daniel Herrera Martín del Campo, candidato MC en Tanhuato.

Finalmente, José Enrique Mora Cárdenas, con el PRD, ganó en el municipio de Purépero; Martín Alexander Escalera Bautista, de Más Michoacán, ganó en Peribán; y Alberto Orobio Arriaga, de la coalición formada por PRI, PAN y PRD, logró el triunfo en Ziracuaretiro.

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