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¿Se acabó el frío? Ahora viene el calor

Del frío al calor extremo; la Comisión Nacional del Agua pronostica que, en los primeros tres meses de 2024, es decir, de enero a marzo, se registrará más calor de lo previsto en plena temporada invernal.

Conagua prevé más calor de lo normal entre enero y marzo

Por: Rosalinda Cabrera Cruz

Del frío al calor extremo; la Comisión Nacional del Agua pronostica que, en los primeros tres meses de 2024, es decir, de enero a marzo, se registrará más calor de lo previsto en plena temporada invernal. De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de la Conagua, en el periodo señalado se prevén temperaturas mínimas por arriba del promedio climatológico, además de escasas lluvias en la mayor parte de México, mientras que las temperaturas por debajo del promedio, con más frío, se podrían presentar en estados como Chihuahua, Durango, Nayarit, Puebla, Sonora y Veracruz.

Sobre la temporada de lluvias, para los tres primeros meses del año se pronostica un ligero incremento en la península de Yucatán y en estados del noroeste, noreste y sur del territorio mexicano, aunque las nulas precipitaciones en el centro y gran parte del país seguirán presentes.

Normalmente, en estos meses se registra una temporada seca en el país que abarca de noviembre a finales de mayo, además de que esta época se caracteriza por una disminución de las lluvias, descenso de temperaturas e incremento de los vientos. Para fines de marzo, se da el cambio estacional del invierno a la primavera y es posible observar eventos de norte, tolvaneras e incluso tornados.

Por mes, los pronósticos de Conagua no podrían ser menos halagüeños. Durante el presente mes se prevé el ingreso de 10 sistemas frontales, de los cuales a la fecha se han observado cuatro (22, 23, 24 y 25), además de una tormenta invernal (la cuarta de la temporada).

Asimismo, se esperan lluvias ligeramente por arriba del promedio en Chiapas, Veracruz y la península de Yucatán, así como precipitaciones mínimas en la mayor parte de México, con un déficit nacional estimado de 7.8 milímetros o 32.4 por ciento.

Para febrero se pronostican nueve frentes fríos, tres más que el promedio para dicho mes; respecto a las lluvias, se esperan intensidades por arriba de la media en Campeche, Chiapas, Coahuila, Nuevo León, Oaxaca, Quintana Roo y Veracruz; mientras que, en la península de Yucatán y el noroeste, centro y occidente del país, podrían presentarse menos precipitaciones que el promedio, con un posible déficit de 4.4 mm o 23.9 por ciento.

Finalizando el primer trimestre del año, en marzo se espera el ingreso de siete frentes fríos, uno más que la media del mes, además de lluvias por arriba del promedio en el noroeste y sur de la república mexicana. Es en este periodo que se presenta con mayor frecuencia la presencia de frentes fríos acompañados de masas de aire frío o ártico, además de algunas tormentas invernales.

Cambio climático con consecuencias

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, México es uno de los países que serán más afectados por el cambio climático, mientras que según datos de la Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo (UMSNH), Michoacán es el tercer estado del país que más daños ha sufrido y el pronóstico para los próximos años no es alentador.

Según el Diagnóstico Sobre la Vulnerabilidad de Michoacán ante el Cambio Climático de la Semaccdet y Conacyt, el estado ha pasado de ser caliente a más seco, sobre todo las zonas boscosas de la entidad que sufren constantes problemas por la deforestación.

El aumento de temperatura en Michoacán se ha visto afectado por la liberación de Gases Efecto Invernadero (GEI) con un 47 por ciento de las emisiones, lo cual impacta gravemente, porque sumado a la alta tasa de deforestación de los bosques templados, el estado ve mermada su capacidad absorber los GEI y sólo se generan lluvias irregulares que afectan al sector agrícola, con pérdida en su capacidad productora.

Siguiendo a la ONU, la diversidad de climas de México lo ubican como uno de los países con mayor exposición a desastres naturales, derivados del cambio climático. La Semaccdet identificó en la entidad las zonas con algún riesgo de ser afectadas por inundaciones y deslizamientos ocasionados por cambios de temperatura, uso de suelo y deforestación, identificando que 82 de los 113 municipios tienen un alta o muy alta susceptibilidad de ello, lo que representa al 72.57 por ciento del territorio estatal.

“La dinámica poblacional, el desarrollo de las actividades económicas, los asentamientos urbanos irregulares y desordenados, la degradación de las cuencas y la sobreexplotación de los acuíferos constituyen y constituirán la problemática principal que enfrentará el estado en los próximos años”, vaticina la dependencia.

Además de que el aumento de temperatura prevista para 2030 y 2050 hará vulnerable al estado en el crecimiento del nivel del mar, lo que propiciará que las costas michoacanas sean cada vez más susceptibles a huracanes y tormentas tropicales.

De acuerdo con las proyecciones de la Semaccdet, los escenarios futuros indican un incremento de temperatura y una reducción de la precipitación al 2030, pero estos parámetros climáticos se intensifican en los escenarios a 2050.

En un caso extremo se estima que el 75 a 90 por ciento del territorio estatal tenga problemas de sequía, según la Primera Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Los ecosistemas forestales más afectados serían los bosques templados del oriente de Michoacán.

Corresponsabilidad necesaria

Michoacán debe caminar hacia un proceso de inclusión social, donde todos los sectores sociales se involucren para abonar a la mitigación y adaptación del cambio climático, así como a buscar un desarrollo resiliente, para ello es clave la participación amplia y significativa de todos los actores en los procesos de toma de decisiones en todas las escalas, destacó el titular de la secretaría de Medio Ambiente (Secma), Alejandro Méndez López, durante el evento marco para dar inicio al proceso participativo de actualización de la Ley de Cambio Climático en 2023.

Al funcionario le hizo eco el director ejecutivo del programa Política y Legislación Ambiental (Polea), Andrés Ávila Akerberg, quien enfatizó el fenómeno del cambio climático, su impacto inmediato y a futuro, sobre todo para las generaciones que están naciendo a partir de 2020, quienes en un escenario en el que va caminando la humanidad, verían aumentada la temperatura hasta en 4°C hacia el 2090, eso si no se actúa ahora para revertir escenarios desalentadores.

“El cambio climático se asocia directamente con un tema ambiental, es un tema de desarrollo que requiere que le hagamos frente para no tener problemas como escasez de agua, extinción de especies, fenómenos atípicos, disponibilidad de alimentos, afectaciones a la salud, plagas y otros impactos como la ansiedad climática, todo esto se debe atender porque lo que se hace ahora impacta a futuro”, manifestó el experto en programas ambientales.

En el mismo espacio, la presidenta del Consejo Consultivo de Cambio Climático en Michoacán, Patricia Alarcón Chaires, citó parte del informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), al señalar que los mayores avances en materia de bienestar podrían lograrse al priorizar la reducción de los riesgos climáticos en las comunidades marginadas y de bajos ingresos. “La acción climática acelerada solo se concretará si se aumenta considerablemente la financiación ya que la financiación insuficiente y asignada incorrectamente frena el avance”, expuso.

Los impactos

Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Morelia, y de la UMSNH, alertaron sobre la migración de especies animales de zonas áridas a templadas, el empobrecimiento de la biodiversidad de los bosques y su impacto en una especie emblemática: la mariposa monarca.

El panorama de este fenómeno señala que cada vez se presentarán temperaturas más elevadas y menos fuentes de agua; derivado del aumento de las temperaturas en la entidad, están apareciendo enfermedades y plagas con mayor violencia y la temporada de lluvias será cada vez más irregular, lo que dificultará la agricultura, algo que ya se está viviendo.

Un foco rojo que atender es la desaparición de encinos, especie capaz de capturar el carbono. Si se deforestaran amplias áreas de bosque, se liberaría a la atmósfera en una cantidad similar a 70 por ciento de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero.

Por otra parte, un equipo de investigación de la facultad de Biología y del Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales de la UMSNH, entre quienes se cuentan la doctora Martha Beatriz Rendón López, la doctora Gloria Lariza Ayala Ramírez, la maestra en ciencias Catalina Rosas Monge y el doctor Arturo Chacón Torres, realizó un estudio sobre la migración de especies animales en Michoacán de las zonas áridas y semiáridas hacia las templadas.

Entre las especies que actualmente migran se encuentran insectos, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, explicó Chacón Torres. En específico, este grupo de investigación ha identificado la víbora de cascabel, aves migratorias, venado cola blanca y nutria, de modo que actualmente se pueden encontrar en zonas templadas en donde no existían.

“Las causas de este proceso son, en principio, el cambio de uso de suelo con un grave deterioro y, en segundo, el cambio climático con un incremento en la temperatura tanto de verano como de invierno, así como la pérdida de humedad y fuentes de agua”, explicó. Las especies que migran buscan lugares de mayor altitud con mejores condiciones para su desarrollo.

“Entre las consecuencias de la migración de especies animales se encuentran la vectorización o mayor contagio de enfermedades tropicales, la pérdida de poblaciones silvestres y una mayor competencia por el hábitat y nicho ecológico”, agregó.

A su vez, el doctor Cuauhtémoc Sáenz Romero, profesor investigador del Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IIAF) de la UMSNH, ha realizado estudios sobre cómo la temperatura se ha incrementado en Michoacán y cómo este proceso irá en aumento e incidirá en la preservación de una especie emblemática del estado: la mariposa monarca.

“Estamos más preocupados que antes” por este hecho, manifestó Sáenz Romero, pues una sequía más pronunciada se traducirá en una mortalidad mayor de los árboles de oyamel que forman parte del área de amortiguamiento de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, la cual se encuentra entre los dos mil 800 y tres mil metros sobre el nivel del mar. Explicó que las copas de los árboles de oyamel ofrecen un efecto “sombrilla” a las mariposas monarca, que logra que sus alas no se mojen, a la vez que les proporcionan una especie de “cobija”, al controlar la irradiación de calor de suelo por la noche y disminuir los efectos de las heladas.

Más calor y menos agua

El doctor Felipe García Oliva, profesor investigador del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas (IIE) de la UNAM, campus Morelia, coordinó en 2009 un diagnóstico sobre la vulnerabilidad de Michoacán ante el cambio climático.

Un primer producto de este proyecto fue un análisis de las tendencias climáticas para el estado, sus resultados se pueden resumir en una sola frase: Michoacán tiende a ser cada vez más caliente y más seco. Mientras que en los meses que eran de frío, este será menos intenso; la temporada cálida será más extrema. Además, la precipitación pluvial será irregular; algunos años muy secos, otros muy húmedos.

Además, en los últimos años se ha incrementado la intensidad de los ciclones que impactan en la entidad que, por su ubicación geográfica (junto al Océano Pacífico), es muy sensible a fenómenos como El Niño y La Niña.

La falta de regularidad en las lluvias tiene como consecuencia que se pierda la capacidad para la agricultura. Por ejemplo, en el cultivo de maíz es necesario un periodo inter estival en agosto para que la mazorca no se pudra. También se vuelve difícil la planeación respecto al almacenamiento de agua, pues las presas se sobrecargan.

Un segundo producto de este proyecto fue un inventario de emisiones de efecto invernadero en Michoacán que se liberan a la atmósfera y traen como consecuencia el aumento en las temperaturas en el planeta, el cual reveló entre sus causas principales el cambio de uso de suelo de forestal a agrícola, así como la contaminación que emite el transporte, sobre todo los camiones que parten del puerto de Lázaro Cárdenas y atraviesan el estado hacia diferentes destinos.

Por otro lado, la ganadería contribuye a la emisión de gas de efecto invernadero debido al óxido nitroso que producen las heces de los animales, mientras que en la agricultura se debe a que algunos productos se queman, como la caña de azúcar. Un foco rojo lo constituye la ciudad de La Piedad, conocida por su producción porcícola, en donde no hay un manejo adecuado de los desechos y hay una pronunciada contaminación del río Lerma. En menor medida, a ello se suma la industria, en específico la Siderúrgica Lázaro Cárdenas y la basura que se genera en las ciudades.

Un tercer producto de este proyecto fue un análisis del impacto del cambio climático y cómo se está empobreciendo la diversidad de encinos. Esta especie, explica el investigador, juega un papel muy importante en el ecosistema debido a que captura el carbono. A diferencia de otros estados, Michoacán cuenta con importantes áreas forestales, en donde se pueden encontrar 30 especies distintas de estos árboles.

Las consecuencias del cambio climático apenas están empezando a resentirse, y no fue algo que no se anunció. Se han realizado múltiples conmemoraciones de la lucha contra este problema y es momento de darle recuento. A mediados del año pasado, se emitió una
declaratoria de emergencia en el estado a causa de la intensa ola de calor resentida en junio de 2023.

En su anuncio se destacó que el 90 por ciento de los 113 municipios de Michoacán tuvieron sequía. Pero esta situación tuvo un origen más allá de la falta de lluvias, se trata del cambio climático, un fenómeno a nivel mundial que ya había sido advertido en Michoacán y que tiene varios síntomas notorios en la entidad y pronósticos difíciles, los cuales no han sido atendidos a cabalidad, llevando al estado del frío al calor extremo y viceversa.

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