InvestigacionesMarzo 2023

Vecinos incómodos, pleito de todos los días

Los conflictos vecinales y los relacionados con animales domésticos, así como altos niveles de ruidos, fueron los principales problemas que los habitantes de Morelia

Por: Rosalinda Cabrera Cruz

Los conflictos vecinales y los relacionados con animales domésticos, así como altos niveles de ruidos, fueron los principales problemas que los habitantes de Morelia reportaron durante los últimos tres meses de 2022, según lo deja al descubierto la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU).

De acuerdo con el análisis del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, más de 300 mil personas de 18 años y más residente en la ciudad y áreas conurbadas manifestaron haber tenido un enfrentamiento o conflicto durante el periodo de octubre a diciembre del último año, cifra que representa el 25 por ciento del total de ciudadanía encuestada.

El estudio arroja que 15 por ciento de los habitantes tuvo conflictos con sus vecinos, esto incluye problemas por ruido excesivo por uso de herramientas, fiestas, basura en la calle, morosidad en cuotas vecinales o mantenimiento y daño a la propiedad por parte de los hijos.

Una de las problemáticas más comunes entre los morelianos, fue el enfrentamiento relacionado con animales domésticos, pues al menos 192 mil 542 personas encuestadas señalaron haber tenido conflictos por ello. En este caso, los disgustos son por ladridos, ataques o desechos de mascota.

En tanto que 154 mil 289 ciudadanos mayores de 18 años dijeron verse involucrados en problemas de estacionamiento, es decir obstrucción de cochera, invasión de cajón de estacionamiento o falta de espacio para estacionarse.

En el listado también aparecen los chismes o malos entendidos con el 6.3 por ciento y los problemas con autoridades relacionadas con seguridad pública, con el 6 por ciento. La encuesta también señala que los enfrentamientos terminaron en gritos, insultos o groserías, así como patadas o puñetazos, empujones, heridas con arma blanca, lesiones con arma de fuego o daños a casa u automóvil.

En este sentido, de las personas que dijeron que su enfrentamiento tuvo consecuencias, 49.3 por ciento de ellas terminó en gritos y 30.5 por ciento en insultos y groserías. En tanto, 11.7 por ciento terminó en agresiones física y 10.2 por ciento en daños materiales.

Es decir, la convivencia vecinal no es miel sobre hojuelas.

Ruidos extremos

Son las dos de la mañana y los estribillos de una canción de banda El Recodo a todo volumen resuenan en un hogar del fraccionamiento Villas de Tiníjaro de Morelia, por lo que algunos vecinos ya han levantado reportes ante la policía municipal, sin que se haga algo hasta el momento, pese a que las quejas son reiterativas ante la encargada del orden llamada Sandra.

La señora Ruth, vecina de la tercera edad de la casa ruidosa localizada en una de las villas (hogares que comparten muros por ser un fraccionamiento horizontal), señala que ha pasado noches en vela por el gran bullicio que generan las personas que acuden ya sea a fiestas que organizan ahí o por los mismos moradores, que tienen por costumbre realizar sus actividades cotidianas con la música a todo lo que da, pero de nada han servido sus múltiples quejas, ya que la problemática continúa.

Camilo, antiguo encargado del orden de esta villa, quien también es vecino del hogar “ruidoso” (como lo han nombrado), considera que la situación ya es insostenible, porque al transcurrir la noche y entre murmullos de algunos asistentes, el sueño no puede llegar, por lo que ha buscado alternativas para no estar al menos los sábados en su casa.

“El sábado por la noche le pido a mi novia que me deje dormir en su departamento, porque mi cuarto se encuentra a un costado de la casa ruidosa y no me dejan dormir, es horrible levantarse un domingo, porque parece que me emborraché y estoy muy crudo”, dice.

Lo que padecen los vecinos de este fraccionamiento del poniente moreliano tiene lugar principalmente los fines de semana y es una problemática recurrente en el tema de conflictos vecinales, sin que hasta la fecha las autoridades municipales realicen algún avance.

El secretario del ayuntamiento, Yankel Benítez Silva, y el comisionado de Seguridad en Morelia, Alejandro González Cussi, señalan que los problemas entre vecinos son una situación recurrente para las dependencias, precisando que ruido y ocupación de vía pública son los temas que más quejas generan para la secretaría del Ayuntamiento y policía municipal, por lo que principalmente se busca la conciliación entre ambas partes, de lo contrario se toman otras medidas, como el acercamiento con un juez cívico.

González Cussi, al contabilizar el problema, puntualizó que entre 5 y 10 casos se reciben semanalmente ante el juez cívico, quien atiende principalmente quejas por ruido de vecinos, detallando que ante esta situación los involucrados son reunidos para conocer la situación que se vive y de esta manera llegar a acuerdos.

Sin embargo, el ruido puede tener consecuencias, ya que en caso de ser reincidentes, podrían generar algún tipo de sanción para la persona infractora, que podría ir desde cinco mil 773 pesos y arresto administrativo o trabajo en favor de la comunidad por hasta 36 horas, esto de acuerdo con el Reglamento de Orden y Justicia Cívica.

El problema del ruido no es igual para toda la ciudad, pues de acuerdo con las autoridades consultadas, zonas como Altozano y el Centro Histórico son los de mayor incidencia en el tema de conflictos vecinales por altos volúmenes, por lo que se mantienen constantes monitoreos precisamente para evitar que se pueda tener una problemática con los habitantes de dichas áreas.

González Cussi comenta que recientemente al menos 22 elementos de atención a víctimas tomaron un diplomado en mediación para generar, precisamente, acuerdos que beneficien tanto a la persona que genera el reporte, como la parte que se encuentra realizando la falta, por lo que se espera que gracias a este tipo de especializaciones se pueda disminuir la cantidad de casos.

Es menester precisar que este tipo de problemáticas han generado enfrentamientos entre familias enteras en Morelia, por lo que consideró que no es una tarea fácil, pero se debe atender de manera puntual para evitar que escale a otra situación de riesgo para algún moreliano.

Sin definir quién atiende

Aunque los conflictos vecinales son cosa de todos los días, son varias las áreas que le meten mano cuando de dirimir conflictos vecinales se trata. Por ejemplo, la Comisión Municipal de Atención a Víctimas de Morelia atendió durante 2022 casi 200 conflictos vecinales en la ciudad, principalmente por adeudos entre particulares, música en alto volumen, o no recoger las heces de los perros en zonas habitacionales, mismos que pueden desencadenar desde riñas hasta el delito de homicidio o feminicidio.

En la dependencia, cuando existe un conflicto vecinal, buscan mecanismos de prevención, como parte de la Justicia Cívica, para evitar que la situación detone en un delito, logrando un buen porcentaje de conciliación.

En diferentes casos, alguna de las partes sólo busca el acompañamiento de la comisión municipal con la intención de interponer una denuncia ante la fiscalía general del estado de Michoacán.

A su vez, la dirección de Derechos Humanos, Conciliación y Mediación del ayuntamiento, ante algún conflicto vecinal, brinda la justicia alternativa, específicamente en la mediación y conciliación, a nivel de la Ley Estatal de Justicia Alternativa. Esta dirección ofrece la posibilidad de que, si algún vecino tiene un conflicto con otro, y no hay manera de resolverse por ellos mismos, la institución les ayuda a que participen en una audiencia donde pueden exponer cuál es el problema que han tenido, y entonces busquen soluciones a través de la conciliación.

La dependencia atiende todos los casos que se presenten, sean complicados o no. El proceso sigue la siguiente ruta: Se plantea el problema, se da orientación a los involucrados, se llena una cedula de asesorías, en la cual se define si su problema es susceptible de una queja, que sería ya el inicio hacia una audiencia de mediación y conciliación, podría ser una orientación solamente, o, como tercera opción, canalizarlos a otras instancias.

Una vez canalizadas las personas, ya sea que ellas quieran llevar el oficio o no, la dependencia le da un seguimiento a corte de mes, para ver si solicitaron el servicio en tal dependencia y éste se les dio. En el caso que sí sean susceptibles a una queja, para darles una audiencia de mediación o conciliación, es entonces que invita a la parte complementaria, es decir al vecino con el que existe el conflicto.

Se les manda un citatorio muy amigable, una invitación, para que las personas no se espanten; a la parte complementaria se le ofrece el servicio de mediación, se le informa el proceso de manera amigable, se le dice que es únicamente con la finalidad de que entablen una comunicación ordenada y respetuosa.

Cuando el vecino en conflicto acepta, debe haber voluntad de las partes para sentarse a dialogar y resolver; pero si la otra parte no va, es la primera situación de no voluntad para resolver el problema. Es entonces que se le envía al vecino un segundo citatorio, se modifican horarios, se dan teléfonos o se hace lo pertinente para que la persona pueda asistir.

Si no se comunica o no se presenta, se da por concluido el proceso y la parte afectada puede solicitar una constancia de que la otra persona no asistió, con la finalidad de ésta pueda ir a otra instancia y demuestre que trató de resolver el conflicto de buena voluntad.

Los benditos bares

Más de 200 licencias municipales de funcionamiento para géneros rojos serán revocadas, conforme con la decisión del Cabildo, en sesión ordinaria, según reportó a través de un comunicado el ayuntamiento moreliano. Las licencias se encuentran en alguno de los supuestos del artículo 113, del reglamento de establecimientos mercantiles, industriales y de servicios, como impago de derechos, rezago en la revalidación, e incumplimiento reiterado de disposiciones y normas relativas a la materia.

Serán excepción en la cancelación aquellas licencias que enfrenten adeudos con el municipio, las cuales deberán ser previamente regularizadas. La regidora Minerva Bautista Gómez mencionó que la operación de giros rojos es uno de los focos de conflicto vecinal recurrentes, por lo que se deberá atender por parte de la autoridad local.

Por su parte, Alfonso Martínez Alcázar, alcalde de Morelia, refirió que se mitigarán los efectos de una entrega desordenada de licencias a giros rojos en años precedentes, que hoy se traducen en negocios con irregularidades y en conflicto con sus aledaños. En ese sentido, hasta fines del 2022, alrededor de 10 bares problema habían sido detectados por la administración municipal.

En zonas como el centro histórico, el boulevard García de León y la calle Teniente Alemán es donde se encuentran los antros y bares referidos, que son denominados como problema a causa de su reticencia a apegarse a la normatividad para el rubro.Generación de violencia, ruido excesivo y conflictos vecinales son los principales eventos que se observan en torno de estos 10 bares y antros, para los que el edil indicó que hay un “marcaje personal hasta que cumplan la ley o cierren”.

Destacó que, en el caso de los establecimientos que producen ruido excesivo, “así como hacen inversiones en equipos de sonido para ofrecer música a sus visitantes, también deben hacer inversiones en mecanismos de contención del sonido para que este se quede en donde tiene que estar”.

Lamentó que los 10 antros y bares problema “se han querido pasar por el arco del triunfo las leyes y los reglamentos en la materia, lo que ha significado un constante pleito legal y la presencia permanente de la policía municipal”. Asimismo, expresó que la mayor parte de los negocios del giro que al inicio del trienio mostraban incumplimiento y simulación ahora se han apegado a las disposiciones, “al ver la seriedad de las intervenciones y las multas más severas”. Reiteró: “no vamos a ceder, vamos a trabajar hasta que se alineen o cierren sus puertas”.

Convivencia vecinal, limitada en Ley Orgánica Municipal

La Ley Orgánica Municipal del Estado de Michoacán no específica un apartado en el que se señalen tipos de reglamentos que regulen los conflictos vecinales en los ayuntamientos, ni tampoco cuáles sanciones deben aplicar las autoridades para evitar la presentación de denuncias penales o disputas mayores.

En su Capítulo IV denominado “de la vecindad”, en el artículo décimo tercero sobre las ciudadanas y ciudadanos de un municipio, se establecen cuáles son los derechos y obligaciones de los vecinos en cada municipio de Michoacán.

El apartado VI indica que el vecino puede “limitar la libertad al derecho que tienen los demás de convivir en armonía, realizando sus actividades públicas y privadas con respeto al interés de la colectividad”. Por tanto, la Ley sólo indica que será responsabilidad de cada ciudadano actuar o no, con base en sus limitaciones y alcances en sus áreas de convivencia. Las libertades de cada ciudadano están limitadas al bienestar de los otros vecinos, pero sin que se establezcan sanciones específicas.

Más adelante, en el apartado VII de la Ley Orgánica Municipal, se indica que los vecinos deben respetar y obedecer a las autoridades legalmente constituidas y cumplir las leyes, reglamentos y disposiciones emanadas de las mismas; actuar con espíritu de solidaridad, auxiliando a las autoridades cuando sean legítimamente requeridos para ello, así como contribuir a la realización de obras de beneficio común.

Asimismo, los vecinos tienen el derecho y la obligación de procurar la conservación y mejoramiento de los servicios públicos municipales, respondiendo, en su caso, por el deterioro que ocasionen a los bienes del dominio público de uso común; informar oportunamente a las autoridades municipales sobre desperfectos o fallas en la prestación de los servicios públicos municipales, y abstenerse de tirar basura o ensuciar la vía pública o en los bienes de dominio privado y contribuir a la limpieza, ornato, forestación y conservación de las áreas verdes del municipio y de los centros de población en que residan.

Otro de los apartados del Capítulo VI de la Ley, indica que los vecinos deben coadyuvar en la protección y preservación del equilibrio ecológico, así como en las tareas de prevención de la contaminación y deterioro de los ecosistemas, de conformidad con las disposiciones en la materia.

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