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Editorial| Pues no llovió fuerte, en septiembre; primera vez en 82 años

En la historia reciente, septiembre ha sido un mes fatídico para México no solo en cuento a temblores, sino por los temporales que provocan inundaciones, deslaves y derrumbes

En la historia reciente, septiembre ha sido un mes fatídico para México no solo en cuento a temblores, sino por los temporales que provocan inundaciones, deslaves y derrumbes, con un costo enorme en cuanto a vidas humanas y en patrimonios tanto público como de particulares.

Los huracanes Gilberto, Paulina, Wilma, Stan, Ingrid y Manuel, el desbordamiento del río Tula, en Hidalgo y del Grijalva y Carrizal, en Tabasco; el deslave en Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, son nada más algunas tragedias de las muchas que hemos vivido las y los mexicanos en el mes de septiembre por las fuertes lluvias.

Pues este año no nos llovió como solíamos esperar. Por el contrario, el Monitor de la Sequía de México, con fecha de corte del 15 de septiembre, había reportado déficits importantes de humedad en el territorio nacional y los pronósticos respecto a la cantidad de agua que se espera recibir el resto del año, ya eran desalentadores.

El Servicio Meteorológico Nacional registró en septiembre, un déficit de lluvias a nivel nacional de 53 por ciento, lo que lo coloca como el noveno mes del año más seco desde 1941, en tanto que la temperatura media nacional en septiembre pasado, se ubicó en 2.9 grados centígrados por arriba de la climatológica 1991-2020.

La temperatura media observada fue de 26.7 grados centígrados frente a una temperatura media climatológica de 23.8 grados centígrados, de esta forma, este septiembre ha sido el más cálido en todo el registro histórico.

El día 25 se rompió récord de calor en Chínipas, Chihuahua, con 48.5 grados de temperatura y el 24 de septiembre en Suaqui Grande, Sonora, con 47.5 grados centígrados.

La falta de lluvias y las altas temperaturas han provocado que las 210 principales presas del país pasaran de tener un déficit de 31 por ciento a 34 por ciento; los embalses tienen actualmente 58 mil 595 millones de metros cúbicos de agua disponible, para un llenado promedio de 46 por ciento.

Ante esta realidad, ¿qué nos tiene qué pasar para aceptar que el cambio climático y el calentamiento global ya nos llegó? Que cuidamos los recursos naturales como el agua, los bosques y detenemos la contaminación, o terminamos en guerra por los alimentos que el planeta ya no nos quiera dar.

Hoy, el planeta es en promedio 1,1 grados centígrados más caliente que en tiempos preindustriales, un incremento sin precedentes por su magnitud y velocidad. Para poner en contexto, el aumento de temperatura de los últimos 50 años es el más rápido que ha experimentado la Tierra, por lo menos, en los últimos 2.000 años. Además, según el más reciente informe de la World Wildlife Fund (WWF), hoy el planeta es más caliente de lo que ha sido al menos en los últimos 125 mil años. De subir a 1.5 grados el calentamiento, la vida se hará prácticamente imposible.

Tenemos que defender y cuidar al planeta, porque no hay otro.

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