En política no hay casualidades y la sexta visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Badiraguato, Sinaloa, el 14 de noviembre, presagiaba tormenta en la tierra del terrible cártel de los Chapos.
El pretexto, el mismo, la carretera que conecta a esta cabecera municipal con Guadalupe y Calvo, Chihuahua. El gobierno obradorista construyó un aeropuerto en tres años y en cuatro, una refinería que aunque no refina gasolina, ahí está. Pero tardó cinco años en “tirar” 140 kilómetros de esta carretera.
El 17 de noviembre, y en el marco de la Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), realizada en San Francisco, Estados Unidos, el presidente López Obrador sostuvo una reunión privada con su homólogo Joe Biden, en la que trataron los temas de migración y el fentanilo que se produce en México.
En su aparición pública, Biden destacó la cooperación en seguridad entre los dos países “trabajando codo con codo para combatir el tráfico de armas, la delincuencia organizada y la epidemia de opioides, incluido el fentanilo”. “Creo que cuando México y Estados Unidos trabajan juntos, nada está fuera de nuestro alcance”, resaltó el presidente gringo.
Anteayer -seis días después del encuentro-, fue detenido en Culiacán, Néstor Isidro Pérez Salas, “El Nini”, presunto jefe de seguridad y operador de Los Chapitos.
De acuerdo a investigaciones de la FGR y la DEA, este sujeto estaba considerado como uno de los principales operadores de Los Chapitos en la producción y distribución de fentanilo en ciudades de Estados Unidos. La agencia antidrogas de ese país ofrecía tres millones de dólares de recompensa por información que llevara a su captura.
El presidente estadunidense expresó ayer su agradecimiento a las autoridades y fuerzas de seguridad mexicanas por la detención.
«Fue durante tres años uno de los criminales más buscados por México y Estados Unidos», dijo Biden, y añadió: «nuestros dos países están más seguros ahora que él está tras las rejas. Continuaremos trabajando como socios fuertes para hacer todo lo posible para responsabilizar a los delincuentes por poner en peligro la salud y la seguridad públicas en nuestros dos países”.
El jueves 5 de enero, justo cuatro días antes de que el presidente Joe Biden visitara México, fue detenido Ovidio Guzmán “El Ratón”, hijo del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera y uno más en la lista de los más buscados por la justicia de Estados Unidos y por quien ofrecían una recompensa de cinco millones de dólares.
Guzmán López fue nuevamente detenido, a tres años del del episodio conocido como «culiacanazo», pues el mismo presidente de México ordenó su liberación, con el pretexto de evitar una masacre.
¿Verdad que no hay casualidades?
