Editorial| Otra vez: enlistar a cárteles mexicanos como terroristas
Otra vez: enlistar a cárteles mexicanos como terroristas
El planteamiento no es nuevo. De hecho, en su momento Donald Trump como presidente de Estados Unidos, lo consideró: incluir a la lista negra de organizaciones terroristas a los cárteles mexicanos.
El pasado miércoles 8 de febrero, fiscales de 21 estados de la Unión Americana realizaron la petición formal al actual presidente Joe Biden.
El argumento de los fiscales se basa en que, más allá de la venta de drogas y las miles de muertes que provocan, los grupos criminales mexicanos en los últimos diez años, han desarrollado fuerzas armadas bien organizadas para proteger sus negocios de los rivales y del gobierno. Este poderío y la incapacidad gubernamental para controlarlos, suponen una amenaza para la seguridad nacional mucho mayor que un típico narcotraficante empresa.
Lo inquietante, es que los fiscales estadunidenses han detectado presuntos vínculos de los cárteles mexicanos con organizaciones terroristas extranjeras como Hezbollah, lo que traería implicaciones mayores al solo combate al narcotráfico y por el otro frente, la política antiterrorista de la gran potencia del mundo.
Interesante que la petición se de en el marco del juicio en contra de Genaro García Luna, a quien el gobierno lopezobradorista le estimó ya en 745 millones de dólares la fortuna que acumuló a lo largo de sus actividades ilícitas como funcionario federal y que presuntamente está radicada en empresas en Miami, Florida. Enfrente, el gobierno de Estados Unidos podría proceder a la confiscación de esos bienes mal habidos.
El caso que para Estados Unidos cuando de terrorismo y seguridad nacional se trata, no se anda por las ramas para defender su frontera sur y la prueba son las políticas de contención migratoria impuestas por ese país.
El presidente Andrés Manuel López Obrador debería poner más atención a estos temas y dejar las campañas político electorales a su partido y a sus precandidatos.
La economía no va bien, la inflación y la carestía no cesan. Una declaratoria de este tipo inevitablemente vendría a afectar las inversiones extranjeras en nuestro país y precisamente las estadunidenses que representaron el año pasado, más de 32 mil millones de dólares.