Santa automadriza, Batman
El Instituto Nacional Electoral y su presidente, Lorenzo Córdova, clientes favoritos del presidente Andrés Manuel López Obrador en sus “mañaneras”, convirtió su encuesta de septiembre sobre la iniciativa de reforma electoral presidencial, en un arma poderosa para usarse en su contra.
Los números son exactos, pero se interpretan. Y en eso el gobierno lopezobradorista es muy hábil para sus fines propagandísticos.
Resultó que una encuesta del INE, de las muchísimas que levantan todos los meses consultoras y medios de comunicación, arrojó resultados perniciosos para la democracia mexicana: de 400 llamadas telefónicas, solo 27 por ciento conocían de la reforma propuesta por el presidente López Obrador, pero confirmaron el profundo desprecio social por los partidos y políticos de todos los colores.
Nada nuevo que el 93 por ciento este en contra del financiamiento público excesivo a los partidos que operan más como empresas políticas, que como instituciones de interés ciudadano.
Tampoco que 87 por ciento de los consultados simpatice con la eliminación de bancas en la Cámara de Diputados y el Senado de la República, que sirven más al interés del presidente en turno, que a las necesidades de los electores.
Ciertamente, la democracia mexicana es de las más caras y la estructura operativa y administrativa del INE implica un fuerte gasto en cuanto a percepciones salariales, pero también el Instituto se dedica a cosas más que solo organizar elecciones, como es el caso del Padrón Electoral que se renueva permanentemente.
Un 78% de los encuestados está de acuerdo en que los consejeros y magistrados electorales sean elegidos por voto directo. Ahí está la trampa. Si bien, en principio suena “democrático”, nada garantiza que lleguen al Consejo los más capacitados y sin compromisos con el partido en el poder, como en su momento fue el PRI y ahora Morena.
Lo que no queda duda, es que el INE sigue siendo un organismo autónomo confiable para la organización de las elecciones en México, pues solo 13 por ciento está de acuerdo en que desaparezca, y la encuesta comprueba que la información sobre temas de interés ciudadano sigue sin ser un componente importante en la reflexión social.
Por ello, legisladores de oposición, exconsejeros electorales, empresarios y organizaciones civiles, se han pronunciado por desarrollar a partir del próximo 13 de noviembre, una campaña en defensa de la democracia y del INE, así como promover el análisis crítico respecto a la importancia de que las elecciones no vuelvan a ser controladas por el partido en el poder, como sucedió en tiempos del viejo PRI.
