Tiempo “muerto”, el plan de Morena en el Senado para el Plan B
Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador se sienta a meditar si denuncia por “daño moral” al abogado César de Castro, por haberlo mencionado en el juicio contra el exsecretario de Seguridad Pública Genero García Luna, en Estados Unidos, el ambiente arde en torno a su Plan B en materia electoral.
El bloque oficialista en el Senado está decidido a llevar al límite de plazos, la aprobación del único artículo reformado del paquete de leyes lopezobradoristas.
Porque a pesar de que Morena anunció que el próximo lunes 20 se votaría el dictamen para llevarlo al Pleno, los grupos parlamentarios de oposición ven la malévola intención de alargar el trámite hasta finales de febrero, y con ello reducir el tiempo para que partidos y organizaciones civiles recurran a la Suprema Corte, por violaciones constitucionales.
La sesión de las Comisiones Unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales fue citada para el próximo lunes a las 17 horas luego de que en una primera convocatoria se mandara hasta el martes. Los oficios conciliadores del presidente de la Jucopo, el morenista Ricardo Monreal, dieron un día, pero no más.
“Claramente es una maña, por eso convocaron ese día (martes, originalmente) y a esa hora, todo tiene una maña”, dijo el coordinador de los senadores de Acción Nacional (PAN), Julen Rementería.
Analizar la minuta ha sido “mañosamente retrasado hasta el 21 a las 17 horas y como no cumple el término reglamentario para incluirlo el miércoles 22. ¿Entonces qué crees? La vamos a poner el 27 o 28 de febrero”, reprochó el senador panista.
“Nadie les cree que una cláusula sea justificación para dilatar una dictaminación, están administrando los tiempos para agotar el de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y de los partidos y legisladores para presentar los recursos legales”, estableció Gustavo Madero, del Grupo Plural.
Si la intención de Morena y sus partidos satélites es “desinflar”, como dicen, la concentración masiva ciudadana del 26 de febrero en el Zócalo capitalino, puede resultar contraproducente.
Lo que sí es evidente y ya inocultable, es la manera tan sucia con que el partido del presidente López Obrador “juega” a la democracia con tal de mantenerse en el poder para provecho de su movimiento político.
Las y los ciudadanos decidimos: #MiVotoNoSeToca.
