Ambigú| El club de las políticamente pelangochas
No le gustan las palabrotas, pero todos los días insulta, descalifica y denigra a todo aquel que considera una o un enemigo político y periodista crítico no alineado al oficialismo rampante.
Por: Martha Elba Torres Martínez
Ahora resulta que al Presidente le disgustan las groserías, pero le puso a su rancho “La Chingada”. Ahí merito dice que se quiere ir una vez que termine su mandato. Pues a ver si es cierto porque nada más vemos que pretende extender el sexenio a través de su “corcholata”.
No le gustan las palabrotas, pero todos los días insulta, descalifica y denigra a todo aquel que considera una o un enemigo político y periodista crítico no alineado al oficialismo rampante.
Pues ya hay materia para formar el club de las “políticamente pelangochas”, cuya fundadora es nada menos que la malhablada precandidata presidencial del Frente Opositor, Xóchitl Gálvez. La gracia y sentido del humor con que suelta leperadas la catapultó desde julio del año pasado, como la aspirante favorita para enfrentar a los títeres del régimen. Un millón de electores la respaldamos con nuestras firmas.
Hace seis meses, López Obrador no le veía futuro a la entonces senadora, porque -dijo- “no cualquiera puede gobernar al país, así haya nacido en un pueblo de Hidalgo y porque habla de manera coloquial, directa y con groserías”.
En el Monumento a la Revolución, el 3 de septiembre que fue proclamada aspirante del Frente Amplio por México (FAM), respondió a los cinco años de mentiras, insultos y odio que ha sembrado López Obrador: “mi regla de oro para gobernar es ni huevones, ni rateros, ni pendejos”. Lo que sobra en los gobiernos de la 4T.
La gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, se convirtió esta semana, en la segunda “políticamente pelangocha”, al pedirle al Gobierno Federal que dejen de hacerse “pendejos” ante la inseguridad que vive el estado y el país.
La entrevistaban sobre el secuestro de cuatro integrantes de la comunidad LeBarón, que por cierto ya fueron soltados, dos muy madreados, pero vivos. Expresó: “que el Gobierno Federal deje de ser omiso, si no es que decir pendejo”. “Esas cosas no deben suceder y tenemos que prevenir que estas situaciones sucedan. Desgraciadamente, pues bueno, son situaciones del fuero federal donde otra vez tenemos la omisión, la indolencia completa”.
Recalcó que los gobiernos de los estados y municipios no le pueden hacer más la tarea al Gobierno Federal. “Exigimos que ponga atención a través de su Secretaría de Seguridad Pública federal al estado de Chihuahua, y el Presidente de la República que abra los ojos a lo que está pasando en nuestro país”.
Entonces, además de pendejo, ciego.
Desde diciembre pasado, Tabasco, su estado natal, sufre oleadas de violencia con balaceras, quema de vehículos y secuestros. Está cerrando su mandato con 85 homicidios por día. Bueno, ya solo falta que los malandros se le aparezcan en “La Chingada”.
En la “mañanera” de anteayer, le preguntaron a López Obrador sobre lo dicho por la mandataria panista, y sí que se quiso hacer “idem”: “nada, nada, nada. Cuando hay groserías no. Ese es el lenguaje de otros, pero tampoco me quiero meter en asuntos. Antes hasta se llegaba a considerar progre o ‘buena ondita’ a los que decían groserías, y más si eran mujeres”.
El caso que sí se hizo requeté “idem” para no responder a lo sustantivo que reclamaba la gobernadora Campos Galván: la violencia criminal que asola Chihuahua y la mayor parte del país. Y el gobierno de AMLO, sí, haciéndose pendejo…
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La periodista Azucena Uresti aun cuando no encaje en el perfil de las “políticamente pelangochas”, si hizo lo políticamente correcto: dimensionar “las circunstancias actuales” en que “el periodismo está bajo acoso, bajo amenaza y bajo ataques constantes”, por lo que son “momentos de definiciones” para la defensa del libre ejercicio de la prensa y la democracia. Más claro ni el agua.
El 8 de enero, otro episodio más del teledramón ´la campaña de mentiras de los corruptos al servicio del neoliberalismo´. “Ciro, López Dóriga, Loret de Mola y etcétera, etcétera, etcétera; El Universal y Radio Fórmula, Reforma, todos”. “Entonces, lo que hay que tener pues es paciencia, no dejarse engañar, esperar…
Radio Fórmula; entre otros, la Susana…
-Azucena, corrige el representante de “La Guillotina política” de Jalisco.
-Azucena Uréstegui, dice burlón el Presidente.
-Uresti.
-Uréstegui. Pero con lo de Guerrero, lo de los 30 fallecidos con drones, todo el fin de semana; tomándole la declaración a un sacerdote, a un defensor de derechos humanos…
El nombre es el primerísimo valor humano, el que nos da identidad y nos dice “yo soy”; sin nombre, somos nadie, no existimos. Hasta a los miles de cuerpos o restos en fosas, con lo primero que se les identifica es con un Juan “N”.
¿Habrán notado, amables lectoras y lectores, que López Obrador, de sus opositores o críticos, solo a las mujeres las rebaja y denigra eliminando de su lenguaje político sus nombres, o cambiándolos?
En sus ataques, a los archienemigos varones los menciona por nombre o apellido: a Calderón, Salinas, Claudio X, Ciro, López Dóriga, Loret de Mola; bueno, García Luna. Con las mujeres, es señora “X”, “Susana Erástegui”. Por denunciar los moches de Notimex a la campaña de Claudia Sheinbaum, a su ex amorosa Sanjuana Martínez, la degradó a “esta compañera”.
Entonces, tiene toda la razón la periodista Azucena Uresti para decirle misógino a López Obrador:
“El presidente se empeña en hacer como que no conoce mi nombre, en fingir que no sabe cómo me llamo, y de esa manera también discriminar, porque el presidente es misógino, porque el presidente es un agresor constante de las mujeres, ha sido un agresor constante de mi persona.
“A mí no me asusta que el presidente me nombre en sus ‘mañaneras’ porque, yo, si me equivoco, sí puedo aceptarlo, no como sucede en Palacio Nacional”.
“Esto me da pie a decir que el presidente (AMLO) es misógino, es discriminador, es un agresor contra las mujeres periodistas… Porque finge cada vez que me menciona, una, dos, tres, diez, quince, veinte, veinticinco, treinta veces que no conoce mi nombre. Si no conoce mi nombre, señor presidente, y no le parece importante, no me mencione”. (Héctor de Mauleón/El Universal).
La animadversión y desprecio hacia las mujeres es más que evidente con la eliminación de todos los programas y acciones afirmativas que abonaban al libre desarrollo e igualdad; las quiere sumisas, muy de hogar, pero sobre todo sufragantes a su causa. A las feministas las detesta por groseras y virulentas porque cada año le toman el zócalo capitalino y le mientan la madre; las clasemedieras son de lo peor por aspiracionistas.
Lo que sigo sin entender es el triste papel de Claudia y su simbolismo. Se esfuerza en ser y parecerse a AMLO -porque así se lo ordenan-, diluyendo su personalidad y carácter. Está en campaña y quiere ganar la presidencia del país, pero no para gobernar ella porque no tiene ni ideas ni programa propio. Es López Obrador y su entronizada mafia.
Pero las mentiras y simulación de que “todo está bien” caen ya por su propio peso. El Frente Opositor, por lógica estrategia política, tiene que pegar donde más duele. Ni modo. Los homicidios y feminicidios, secuestros, asaltos en carreteras, la extorsión, cobro de piso, robo masivo, etc., han demostrado que AMLO ni ataca “las causas” de la violencia y los abrazos solo empoderó aun más a los criminales.
A lo que voy con todo esto, es que el país se desangra, la inflación y los precios altos nos apabullan, la farmaciotota de dos mil millones de pesos solo ha podido surtir 67 recetas, los Trivagos siguen robando a manos llenas… y al presidente López Obrador le molestan las mujeres groseras…
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Dos escándalos de corrupción envuelven esta semana al gobernador morenista, Alfredo Ramírez Bedolla. Que raro.
La seria acusación del dirigente transportista, José Trinidad Martínez Pasalagua, de haber “maiceado” a 25 diputados locales para que aprobaran -fast track- la Ley de Movilidad y Seguridad Vial y para la que no se tomó en cuenta la opinión de los concesionarios, y la revelación de intereses velados del mandatario en la construcción del teleférico en Uruapan y un Metrobús en la ciudad de Morelia.
La ley aprobada en junio del 2023, tiene hasta hoy 247 suspensiones otorgadas por jueces federales, de más de 400 promovidas por agremiados. El tema, que Bedolla sigue como si nada y los diputados también. Pero ya vienen las campañas y muchas cosas saldrán.
Por otro lado, agremiados al Sindicato Único y Democrático de la Universidad Virtual del Estado de Michoacán (SUDEUV) denunciaron corrupción en esta otrora gloriosa institución que fundó Leonel Godoy siendo gobernador y de la cual esta columnista es egresada de posgrado.
Da coraje, porque después de la chinga que es cursar la maestría en comunicación pública y cumplir con todos los requisitos económicos, nos venimos a enterar que la actual administración, encabezada por el rector David Mendoza Armas, titula al estilo Universidad Cúspide de México. Si, la misma que hizo licenciado en Derecho en un día, al actual encargado de despacho de la Fiscalía de Justicia de la CDMX, Ulises Lara.
Pues resulta que entre los titulados sin requisitos ni pagos correspondientes, está el propio rector; el director académico, David Augusto Trejo; el de desarrollo tecnológico, César Jerónimo López y el ex director de esa área, Luis Darío Magaña; familiares de estos y hasta funcionarios de primer nivel del gobierno estatal, aparecen en la lista de doctorados patito.
No vaya ser que, en una de esas, hasta Bedolla y Mariana Sosa, titular del Instituto de Educación Media Superior y Superior del Estado de Michoacán, resulten con ese grado.
De veras que es epidemia las titulaciones piratas entre los morenos…