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Renovarse o morir

+ En dos elecciones, el PRD perdió 17 registros estatales

Por: Martha Elba Torres Martínez

En poco más de dos años que Jesús Zambrano lleva al frente del PRD por segunda ocasión -la primera vez de 2011 a 2014-, lo único que le ha aportado a su partido son derrotas, al perder el registro estatal en 17 entidades federativas:

En las elecciones del 2021, se quedó sin derecho a prerrogativas y representación legislativa local en Baja California, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa y Tamaulipas, y en los comicios de este 2022 en seis estados, tampoco alcanzó el 3 por ciento en Hidalgo y en Tamaulipas.

De los 19 presidentes nacionales que ha tenido en 33 años de vigencia, solo sigue Zambrano Grijalva; Jesús Ortega y Guadalupe Acosta, no se van, pero tampoco están.

¿Cómo pudo terminar así el partido de izquierda que hizo cimbrar al hegemónico PRI en los ochenta y noventa del siglo pasado? No le echemos la culpa a AMLO, sino a lo que llaman los teóricos de la política, el fraccionalismo o tribalismo, un proceso disfuncional y hasta patológico que mina la unidad partidista. Al final de cuentas, López Obrador, como todos, se sirvió del partido para sus propios intereses.

Dice Espejel (2012) que las fracciones “han sido descritas como disfuncionales, perturbadoras, malévolas y patológicas, reforzadas estas percepciones por los medios de comunicación y organizaciones rivales que a menudo tratan de sacar provecho político de la división en las filas de sus competidores”. Pero el ejemplo vivo de su nocividad, es la “Revolución Democrática” y las tribus que predominaron desde su fundación y hasta 2018, que los que quedaron decidieron eliminarlas de los estatutos:

Alternativa Democrática Nacional (ADN) que comandó Héctor Bautista; Democracia Social (DS) liderada por Carlos Sotelo; Foro Nuevo Sol, de Amalia García y de la formó parte Silva Aureoles; Fuerza Democrática (FD), creada por Víctor Hugo Lobo y Mauricio Toledo; Izquierda Social (IS) corriente chilanga encabezada por Lucio Borreguin.

Movimiento Cívico (MC) de Mario Saucedo y Jesús Zazueta Aguilar; Movimiento por la Democracia (MD), de Pablo Gómez; Vanguardia Progresista (VP) conformada por Miguel Ángel Mancera; Nueva Izquierda (NI), de los Chuchos Ortega y Zambrano; Red de Izquierda Revolucionaria (RIR) que fue liderada por José Antonio Rueda y Pablo Franco.

Red por la Unidad Nacional de las Izquierdas (RUNI), de Alejandra Barrales; Unidad y Renovación (UNyR), de Armando Quintero; y Frente Patria Digna, que aglutinó para eso de las cuotas a otras tribus.

Dio una veintena de gobernadores: en el DF ahora Ciudad de México, Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, López Obrador, Alejandro Encinas, Marcelo Ebrard y Miguel Mancera; en Zacatecas, Ricardo Monreal y Amalia García; Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya; Baja California Sur, Leonel Cota y Narciso Agúndez; Guerrero, Zeferino Torreblanca y Ángel Aguirre; Chiapas, Pablo Salazar y Juan Sabines; Tabasco, Arturo Núñez; Morelos, Graco Ramírez; Oaxaca, Gabino Cué; en coaliciones: Rafael Moreno, en Puebla y Mario López Valdés, en Sinaloa. Michoacán es el estado que dio tres gobernadores por elección: Lázaro Cárdenas Batel, Leonel Godoy y el último mohicano: Silvano Aureoles.

Dos dedos de una mano para contar los que siguen en el PRD; unos murieron, otros se perdieron en el limbo y la inmensa mayoría se enchufó en Morena que, curiosamente es todo, menos un partido de izquierda…

***

Estos referentes históricos resultan relevantes en estos días de difuntos, para dimensionar el desafío que el michoacano Silvano Aureoles se echó a cuestas para revivir al PRD y evitar que en 2024 pierda el registro nacional. Lo más fácil es adherirse a Unid@s, o a cualquier movimiento de intelectuales y políticos, o al de ex gobernadores de todas las siglas que promueve Dante Delgado. Pero no, es necio.

El PRD tiene una patita ya en la tumba: en 2021 apenas alcanzó el 5 por ciento de la votación nacional. Y neta. ¿Qué putos ha hecho Jesús Zambrano al respecto? Nada, más que aferrarse con uñas y dientes a la alianza opositora como si ésta fuera la tablita de salvación del registro.

Sigo el recorrido que Aureoles Conejo realiza por el país con recursos propios. Hasta esta semana, ya había visitado la mitad de los estados. Se ha reunido con juan de la chingada: Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Miguel Ángel Mancera, Vicente Fox, Guadalupe Acosta y Ricardo Monreal; con los gobernadores de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme y Teresa Jiménez de Aguascalientes; con ministros de culto, como arzobispos y obispos; nada menos anteayer, con el secretario general del Episcopado Mexicano, Ramón Castro Castro; con empresarios locales y poderosas cámaras como la Concanaco-Servytur; con agricultores, mujeres organizadas.

El 1 de noviembre tuvo un encuentro en la Ciudad de México con los dirigentes perredistas de las 16 alcaldías. De las dos fotografías compartidas por su equipo de prensa, en ninguna se ve al huevo duro de Zambrano. Que no ha de andar muy contento con que Silvano haga lo que le toca, más cuando este año el PRD nacional recibe prerrogativas para actividades ordinarias por 400 millones de pesos.

Recupero algunos datos para reforzar la idea de la apremiante necesidad de recuperar al PRD:

En Ensenada, Baja California, el 23 de octubre, Silvano pudo conocer al grupo “Revolución Blanca”, un centenar de viejitos izquierdistas que siguen creyendo en el partido; en Culiacán, Sinaloa, se reunión con unos 50 militantes, entre ellos dos luchadores izquierdistas: Juan Guerra Ochoa y José Luis López Duarte. El mensaje: “renovarnos desde las bases hasta las cúpulas. Regresemos al origen». Lo mismo escuchó en Mazatlán, donde pidieron la renovación del partido, “una nueva visión, donde los egos, las ambiciones personales y actitudes sectarias, no sean superiores al crecimiento y fortalecimiento de la organización”.

Tamaulipas es todo un caso, porque nada más no puede recuperar el registro que perdió desde 2018. Aun así, hay muchos que siguen fieles al sol azteca y están decididos a dar la batalla. Así que acordaron rutas de trabajo para mejorar y fortalecer la estructura del partido y desarrollar estrategias como la de comunicar la razón de su existencia, composición, logros y las causas de su lucha.

Luego de todo esto, ¿de qué jodidos le sirve Jesús Zambrano y el comité nacional, al PRD? Si no pasada nada, van a seguir ahí, solos, y solo, para redactar la lápida: ´aquí yace el último partido de izquierda que hubo en México´…

Bibliografía

Espejel A. (2012) “Fases del fraccionalismo. El caso del Partido de la Revolución Democrática”. Estud. polít. (Méx.) No. 26 Ciudad de México. Disponible en: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-16162012000200005

Registros históricos: sitio web PRD y Wikipedia

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