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Opinión| El peso mexicano obeso y anémico

El peso mexicano obeso y anémico

Por: José María Carmona

En el mercado cambiario en apariencia el peso mexicano se revalúa al cotizarse por debajo de los 19 pesos por dólar, algo que hace 5 años no se veía y que el dólar ha perdido 5 por ciento en las últimas semanas frente al peso de su valor. En apariencia los analistas financieros han calificado este hecho como “el súper peso”, esto no es así es una apariencia en el mercado porque el peso esta obeso, pero al mismo tiempo anémico, es decir una persona puede estar obesa pero no sana, es lo que sucede con la moneda nacional por las siguientes razones que a continuación se detallan.

La política monetaria por parte del Banco de México de altas tasas de interés cuyo diferencial con las de Estados Unidos es de 6 puntos base, lo que significa que los capitales del sector financiero internacional están comprando bonos y papeles de deuda gubernamental mexicana por el alto rendimiento que ofrecen estos instrumentos de inversión; esta política de la banca central es para combatir o bajar la inflación en el mercado interno de los bienes y servicios.

Otro factor de la  “fortaleza” del peso es el envío de remesas familiares al país que de acuerdo al Banco de México para el mes de diciembre del año pasado alcanzó los más de 50 mil millones de dólares lo que aumenta por una parte las reservas del banco central y por la otra la oferta  de dólares  y la caída del dólar lo que beneficia a los importadores de bienes y servicios porque abarata el precio de las mismas, pero en el mediano plazo las exportaciones mexicanas aumentan de precio o se necesitan por parte de los compradores en el extranjero mayor monto de dólares y al mismo tiempo el sector exportador del país que es el motor del crecimiento económico va perder competitividad.

También, hay que tomar en cuenta que por la “fortaleza” del peso mexicano aumentarán las importaciones del país, es decir la demanda externa de la economía mexicana que se calcula en un 30 por ciento de la demanda agregada total, sin embargo el aumento de las importaciones tiene un alto componente inflacionario, a pesar de que para el mes de diciembre del año pasado la inflación en los Estados Unidos registró una disminución, pero todavía este indicador es muy alto y está presente la amenaza de la recesión económica global.

De acuerdo a la teoría monetaria y económica la paridad cambiaria está determinada por la competitividad de un país, pero a su vez está en función de la productividad de una economía, entonces cuando se intercambian en el mercado exterior mercancías y servicios los precios se determinan por estos dos elementos antes señalados.

Entonces la fortaleza de una moneda frente a otra extranjera es tan solo la expresión de dos cosas la diferencia del tamaño de sus economías y la capacidad productiva de las mismas es ahí donde la teoría económica determina los términos de intercambio comercial, lo que significa el poder de compra de una moneda en este caso del peso mexicano frente al dólar.

Sin embargo, a pesar que el año pasado, la economía mexicana creció a más del 3 por ciento, todavía existe por parte de los consumidores y productores incertidumbre  en las expectativas de corto plazo y los indicadores de la productividad de la actividad productiva están a la baja, por lo tanto la “fortaleza” del peso mexicano está prendida con alfileres porque no está respaldada por la productividad del trabajo y todavía la recuperación económica en particular en el sector agropecuario que produce alimentos y materias primas de consumo interno registra una alta inflación o precios altos.

Es por ello que para los economistas que no son partidarios de las políticas monetarias restrictivas, porque las políticas de este tipo deben ser instrumentos para el fomento de la actividad  productiva y por lo tanto del empleo conjuntamente con la política fiscal en su aspecto del gasto público, particularmente a lo que se refiere al gasto en inversión de infraestructura que se traduce en obra pública, la construcción de caminos y carreteras y el sector energético entre otras inversiones con el propósito de aumentar la productividad del aparato productivo y por lo tanto la economía  del país.

Es por ello que hoy se puede afirmar categóricamente el peso esta obeso por todo el capital chatarra que se le ha inyectado por parte de los inversionistas internacionales pero al mismo tiempo sufre una anemia estructural porque su “fortaleza” no está sustentada en la productividad y competitividad internacional de la economía mexicana.         

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