Enero 2023Marco Antonio Aguilar CortésNuestras plumas

Opinión| ¡Electorero diletante!… LA LEY ES LA LEY

¡Electorero diletante!… LA LEY ES LA LEY

Por: Marco Antonio Aguilar Cortés

Respetar a todo el mundo, no es conducta del actual presidente de México; al contrario, él despotrica de muchos, y elogia a quien le es útil.

Sus reverencias al “Chapo” son de sobra conocidas. El presidente López ha externado: “Reconozco al señor Joaquín Guzmán Loera, y está fuera de lugar llamarlo por su apodo”.

Y ahora que el señor Guzmán ha sido sentenciado a cadena perpetua por un tribunal de EU, y declarada su sentencia Ejecutoria, el condenado le hace llegar al presidente un SOS para que lo traiga a nuestro país a compurgar su pena.

El secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard reflexionó sobre la petición de don Joaquín: “es muy difícil lograr su repatriación”.

En cambio, su jefe López dijo al respecto: “…cuando se trata de derechos humanos hay vías e instancias internacionales, entonces el caso del señor Guzmán no podemos descartarlo, porque se le violan derechos humanos: el de la vida… nosotros tenemos la posibilidad de hacerlo, por lo que hay que dejar la puerta abierta. Se trata de derechos humanos”.

Visto el caso, superficialmente, en nuestro sistema jurídico el peor de los criminales goza como toda persona de los derechos humanos garantizados por nuestra Carta Magna en su artículo primero.

Empero, para México ningún derecho humano es absoluto, sino relativo, y con las limitantes que la propia constitución impone a cada derecho humano, en general.

Pero de manera especial, a los delincuentes peligrosos para la sociedad, ya con sentencia Ejecutoria en nuestra nación, se les suspenden o limitan muchos derechos humanos, totalmente o en parte; por ejemplo, 1º, 4º, 5º, 6º, 7º, 8º, 9º, 10, 11, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, y otros más.

Mas a Joaquín Guzmán se le juzgó por delitos cometidos por EU y por tribunales de aquel país, y está compurgando su sentencia.

¿Por qué el presidente López tiene tanto interés en este caso ya juzgado?

¿Por qué no tiene interés en los casi 250 mil presos, estatales y federales, que viven en cárceles mexicanas en condiciones infrahumanas, degradados como bestias y sin ningún futuro?

¿Puede el autoritario López contestar estas preguntas?

Cierto, o no, millones de mexicanos piensan que hay desde hace tiempo turbiedades en los compromisos económicos y electorales contraídos entre ese cártel delictivo y López.

Verdad o mentira, millones de mexicanos consideran que nuestro gobierno “federal”, de apodo, pero “centralista” en la realidad cotidiana, revela en su apariencia ser un cártel oficial, y esta percepción ha permeado internacionalmente.

Qué hará Andrés con el hijo de Joaquín Guzmán, a quien aprehendieron sólo porque el presidente Joe Biden visitaba México y lo tienen en el limbo jurídico.

Y como el crimen organizado es una hidra, a la que se le corta una cabeza, y le salen dos o tres más, ¿qué hará el presidente López con todas las organizaciones delincuenciales de ese tipo?

Su capacidad práctica electoral, o electorera, se le ha desgastado, y exhibe su diletantismo.

Los tiranos no aceptan que la ley es la ley. Y para la tiranía de López, la única ley es él, y no lo limita ni su conciencia, porque la ha perdido.

En las próximas trincheras, el voto ciudadano espera al presidente López, y éste va a padecer una grandísima sorpresa.

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