Opinión| Fuerzas armadas… sociedad anónima de capital variable
Por: Marco Antonio Aguilar Cortés
En el bicentenario del Heroico Colegio Militar se condecoró al general de división (de cuatro estrellas) Salvador Cienfuegos Zepeda, lo que motivó opiniones encontradas.
Durante la ceremonia respectiva, el presidente de la república le hizo entrega de esa presea al general Cienfuegos.
El gesto del jefe de las fuerzas armadas (de nombre Andrés Manuel) es hosco en el video publicado, ya sea por el odio que afecta a su rostro, o motivado por la presencia del general galardonado.
Se observa, además, cómo el general con marcialidad le aprieta y le jala la mano al Presidente, lo que se trasluce, en la cara de éste, en forma de sorpresa.
Esos detalles no dejan de ser indicios de algo más profundo.
Inició el obradorato con una actitud antimilitarista: “todas las fuerzas armadas a sus cuarteles, antes de desaparecerlas”.
A los pocos meses de su ejercicio presidencial dio el brusco cambio al extremo opuesto: “todo en manos de las fuerzas armadas”.
¡Y México quedó militarizado!
Bueno, no en todo.
Por ejemplo, en la retórica oficial no existe la militarización en nuestro país. Para el jefe nato de las fuerzas armadas no hay militarización; él tiene otros datos, y poca vergüenza.
Ese jefe nato acaba de dar órdenes a las fuerzas armadas respecto al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM): “Todos los trabajadores privados no reúnen los requisitos de profesionalismo, de honestidad, de disciplina; además de que se les explota”,
La decisión del jefe nato López es precisa: que en ese aeropuerto haya sólo personal militar.
Sin embargo, los militares al mando del AICM no han obedecido a su jefe nato, ya que están contratando a 5 mil elementos de seguridad privada para todas las instalaciones del aeropuerto en cita.
Revisemos los múltiples encargos que ese jefe nato les ha dado a las fuerzas armadas, fuera de su atribuciones constitucionales, y veremos que no son militares los que trabajan directamente, sino civiles contratados por ellos.
Construcción de aeropuertos, vías ferroviarias, aduanas, energéticos, carreteras, obra pública, y otros importantísimos etcéteras tienen el mismo modelo, los militares mandan y cobran, y los civiles les trabajan como obreros; (explotados según generaliza el presidente).
Obvio que los militares a que hago alusión son algunos de los altos mandos que, acaso, no pasan de 50 generales, convertidos ya en millonarios negociantes, y privilegiados súbditos de su jefe nato.
Por cierto, el presidente López, aspiracionista como es, anhela ser el jefe nato de los tres Podres de la Unión, de todas las entidades federativas, de todas las instituciones del país y de todo México.
Y el Poder Judicial Federal decide cumplir su deber jurisdiccional.
El PJF es garante de la constitucionalidad. Cumple, y aplica a todos, lo ordenado por nuestra Carta Magna, la que no debe ser violada por nadie.
La Constitución Federal, y el profesionalismo del PJF, irritan al jefe nato; quien torpe e ilícitamente dijo: “¿En qué beneficia el Poder Judicial Federal al pueblo de México? Pues en nada; al contrario, lo perjudica. Próximamente cortaré el copete de privilegio a los ministros”.
Contrario a lo dicho por el jefe nato López, el Poder Judicial Federal beneficia actualmente al pueblo de México.
Mientras, el jefe nato se está beneficiando a él mismo, y ha perjudicado a México.
A quién se necesita tumbarle el copete de privilegio es al jefe nato, a golpe de votos sensatos y razonados.
Nuestras fuerzas armadas no pueden ser sociedades anónimas de capital variable. No permitamos que el jefe nato las ultraje y las humille,
Admiración y respeto para las fuerzas armadas; ellas no son dependencias mercantiles ni civiles. Ellas, con eficacia, decoro y dignidad, sirven al pueblo, y provienen de él, conforme lo ordena la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.