Opinión| La reforma democrática política electoral que necesitamos
La reforma democrática política electoral que necesitamos
Por: José María Carmona
La propuesta de López Obrador de reforma político-electoral tiene muchos aspectos de debate, el cual ya se convirtió en nacional. El objetivo principal de esta reforma es desmantelar al Instituto Nacional Electoral (INE) y poder controlar desde el poder presidencial todos los procesos electorales.
Esto significa, reconcentrar el poder y culminar el proceso de la reconstrucción de un régimen político autoritario y porque no despótico que es la 4T.
En el año 2000 tuvo lugar una verdadera revolución-y no una transformación-democrática cuando millones de ciudadanos salieron a votar por la alternancia en el poder que culminó con el triunfo de Vicente Fox, poniendo fin a 71 años del régimen del PRI en la presidencia.
Mucho se puede abundar sobre la transición democrática en México pero esto significa hacer un recuento de todos los movimientos sociales, políticos y sindicales de los últimos 60 años lo que es imposible hacer en este espacio, únicamente se dirá que la democracia en el país está marcada por jornadas de lucha desde los movimientos estudiantiles, en contra del fraude electoral hasta movimientos guerrilleros tanto desde la izquierda como de derecha, estas jornadas fueron en contra del régimen político priísta y toda su política de prohibición de las libertades democráticas.
Varias han sido las reformas electorales que tampoco las describiremos en esta ocasión pero todas han sido producto de la movilización social y ciudadana en los diferentes ámbitos sociales.
La lucha por la democracia ha tenido un costo social muy alto, en el camino a habido el asesinato de luchadores sociales, ciudadanos hasta periodistas, entonces la democracia conquistada hasta hoy es resultado de todas estas jornadas antes mencionadas donde se alcanzaron libertades políticas y democráticas que culminaron con que los ciudadanos le arrancaron al gobierno del PRI la organización de los procesos electorales para que fueran realizados por los ciudadanos, así como la creación del órgano electoral en manos ciudadanas con la autonomía como es el INE; una de las principales conquistas democráticas del pueblo de México y que ahora López Obrador quiere junto con Morena aniquilar y con ello consolidar el proceso de la reconstrucción de un régimen político autoritario en complicidad del PRI o mejor dicho del “PRIMOR”.
El contenido de la reforma política electoral del presidente es un atentado abierto contra la democracia sin importar que ésta sea imperfecta, por lo tanto tan poco vamos a señalar su contenido que es ampliamente conocido por la opinión pública y que es parte del debate nacional.
Ahora bien, sólo apuntaremos algunas propuestas de forma breve de algunas propuestas para una reforma electoral democrática que a continuación se detallan:
-Se necesita construir un mecanismo institucional de carácter ciudadano para nombrar a los consejeros electorales.
-Que los consejeros electorales tengan una remuneración salarial no mayor a 10 salarios mínimos.
-Registró a todas las fuerzas políticas que lo soliciten con requisitos mínimos.
-Eliminación de todas las prerrogativas monetarias a los partidos políticos y solamente el órgano electoral entregará el 20 por ciento de su presupuesto en prerrogativas en especie, incluyendo el acceso a radio y televisión en horarios estelares de una hora.
-Que los militantes, afiliados y simpatizantes de los partidos políticos aporten cuotas no mayores a 20 salarios mínimos y que este proceso se transparente ante el órgano electoral.
-Que los salarios de los representantes populares –presidente de la república, gobernadores, senadores y diputados federales y locales tengan una remuneración en el caso de los primeros no mayores a 10 salarios mínimos y los segundos con una dieta parlamentaria similar.
-Que la revocación de mandato será obligatoria para todos los cargos de elección popular a la mitad de su periodo.
-Juicio político para todos los representantes de elección popular que cometan actos de corrupción o que se vinculen con el crimen organizado.
Reducción del periodo presidencial, de los gobernadores y todos los representantes de elección popular a cuatro años.
Ningún representante de elección popular incluyendo el presidente y los gobernadores podrán utilizar las sedes oficiales como sus casas habitación, ni tampoco los recursos públicos materiales y financieros fuera de sus horarios de trabajo.
Todas las actividades gubernamentales y legislativas se realizarán dentro de las sedes oficiales.
El órgano electoral seguirá siendo autónomo con personalidad jurídica, en manos de los ciudadanos los que llevarán a cabo los procesos electorales y vigilaran y sancionaran los mismos.
Ninguna autoridad gubernamental podrá hacer campaña en los procesos electorales.
Que la elección de los senadores, diputados federales y locales tendrá un carácter uninominal; para los primeros se elegirá un senador de mayoría por entidad federativa y 300 diputados federales por distrito electoral.
Lo anterior tan solo son algunas propuestas para una reforma política electoral de carácter democrático, pero en realidad de acuerdo a la crisis política económica y social del país le urge una reforma democrática del Estado y porque no una nueva Constitución y no como hasta ahora que cada fuerza política que llega al poder quiere imponer su visión y filosofía de país anulando la pluralidad y a las minorías nacionales, con ello hoy la democracia mexicana está en la guillotina de la 4T.