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Opinión| Ser y tiempo del presidente… Votar en legítima defensa

En México ni hay paz ni hay tranquilidad. Lo que hay es un mentiroso en Palacio Nacional.

Por: Marco Antonio Aguilar Cortés

“Les deseo un feliz y próspero Año Nuevo 2024”; ésta es una expresión que se dijo y se oyó, recientemente por doquier, en nuestro convulsionado mundo.

La frase es educada y muestra sensibilidad, aunque el cuño substancial se repita año tras año.

Sin embargo, siempre podemos encontrar emisores dudosos en su sinceridad respecto al contenido de ese buen sentimiento, en vínculo a un cierto receptor.

Señalaré ejemplos.

Oiríamos fingido al presidente argentino Javier Milei deseando feliz y próspero año nuevo 2024 a los trabajadores y sindicatos de su país.

Insincero escucharíamos al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, deseando ese feliz y próspero año a todos los palestinos.

Mal y engañoso estaría el presidente ruso Vladímir Putin formulando votos por ese próspero y feliz año a los ucranianos.

Al igual que observamos, como una caricatura trágica, el salaz, contradictorio y redundante, mensaje de feliz y próspero año 2024 de presidente mexicano, para todos los habitantes del país, cuando éste ha sembrado la división, la pobreza, la inseguridad, la violencia y la muerte, en todo el territorio patrio.

Sus deseos expresos se contraponen (a la vista de todos) con sus ruines acciones.

Con tono franciscano dijo el atroz López: “Deseo más paz y más tranquilidad”, cuando su política de “abrazos y no balazos” causa la impunidad, y ha aumentado la violencia; mientras sus acciones gubernativas siguen generando una peligrosísima intranquilidad.

En México ni hay paz ni hay tranquilidad. Lo que hay es un mentiroso en Palacio Nacional.

Otro de sus desfachatados deseos es: “Que la gente siga siendo muy feliz, que no sufra, que nadie se enferme, que no haya pleitos, que no haya agresiones, que vivamos en paz”, cuando la política del presidente López hace a la gente infeliz, la hace sufrir, la conduce a pleitos, la lleva a agresiones permanentes, apuesta a las rupturas entre mexicanos, y con su pésima política de salud y seguridad, públicas, ha convertido a todo el territorio nacional en el cementerio más grande del mundo.

Y envuelto en la tragedia que ha creado, hace sus payasadas el presidente López, y a costa del erario inaugura la mega farmacia militar en suelo huehuenche, tan grandota como ineficaz, tan grotesca como absurda.

Esa construcción del ahora depósito farmacéutico ya existía, ya que se hizo para otros menesteres, a los cuales retornará cuando esa farsa del obradorato concluya.

Durante el actual ejercicio presidencial ha decrecido la economía y el empleo, comparado con los tres sexenios inmediatos anteriores.

 Centenas de miles de millones de pesos (del pueblo de México) se están gastando en las campañas político-electorales del tramposo López, para que ganen sus marionetas y sus títeres.

La limpieza de las elecciones del 2024 advendrá por la ciudadanía.

El defraudador López está totalmente descalificado. Su publicidad personal nos ha salido muy costosa, y por todas partes trasuda falsedad, traición, sangre y corruptelas.

Ése es el ser del presidente López, y ése, su tiempo, el que ha consumido en perversidades.

Al margen de esa cloaca en la que vive el obradorato, es necesario, conforme a nuestro sistema jurídico, razonar el por qué todos los ciudadanos mexicanos saldremos a votar en legítima defensa, el 2 de junio del 2024.

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