Por: Rosalinda Cabrera Cruz
La secretaría de Educación en el estado ha atendido a más de 31 mil estudiantes que se encuentran en rezago educativo a través del programa acciones compensatorias para abatir el rezago educativo en educación inicial y básica. Mediante este programa se busca impulsar el aprendizaje de los estudiantes que en estas áreas tienen mayor condición de marginalidad, según indicó la titular del área, Gabriela Molina Aguilar, que además reconoció la necesidad de reforzar las acciones para combatir el rezago educativo y la llamada desafiliación escolar, problemas que se han acentuado con la pandemia de COVID-19.
A través de un comunicado de prensa se asienta que “la implementación curricular y acciones de equidad e inclusión tienen una tendencia decreciente y la educación socioemocional y las tecnologías de la información han desaparecido”, mismo que resalta que sin el gasto en esos rubros se dificulta atacar el rezago educativo.
Pero veamos un hecho innegable: la dependencia señala que son poco más de 31 mil estudiantes, de un universo de un millón de chicos que se encuentran actualmente en el rango de la educación básica, pero lo cierto es que TODOS sufrieron rezago tras la pandemia, porque fue un fracaso la educación digital. Hablar de programas compensatorios tal parece que es únicamente para la foto, porque los niños y jóvenes que tuvieron que estar recluidos, actualmente presentan deficiencias tales como pérdida de la capacidad de abstracción y razonamiento, además de problemas sociales y emocionales que no están siendo atacados de fondo, aunque presuman la forma.
E insiste la SEE en hablar de rezago, pero también de docentes, pues es evidente la ausencia de profesores en algunos centros educativos; aclaremos que desde hace décadas, los acuerdos y contubernios entre los mentores y sus superiores (léase directores y supervisores) han impedido que se haga una verdadera limpia de los conocidos aviadores; en otras palabras, mediante los acuerdos bajo la mesa fue posible (y sigue siendo posible) hacer todo tipo de cambios ilegales efectuados con la ayuda de las expresiones sindicales; hasta la misma Molina Aguilar, admite que es una problemática que se seguirá combatiendo para garantizar clases para todos en el nuevo ciclo escolar, en verdad le deseamos éxito, aunque dudamos que llegue a tenerlo.
Ya en vísperas del regreso a clases, ante las quejas de padres de familia por listas de útiles exageradas que les piden para el siguiente ciclo escolar, la SEE hora se ha enfocado en hacer una invitación a las escuelas para que se apeguen a la propuesta de lista de la secretaría de Educación Pública para cada nivel de educación básica; aclaremos que las listas de útiles escolares se planifican de la mano de los planes y programas de estudio… en estos momentos hay todo un drama por los contenidos que sin duda serán impuestos por la Nueva Escuela Mexicana, los que no están plenamente autorizados, así que ¿cómo saben lo que se pedirá si todavía no están seguros de los contenidos académicos a cubrir? Queda la pregunta en el aire.
Esta semana nos dimos cuenta de una aberración; resulta que en la muy conocida esquina que forman la avenida Solidaridad con calzada Juárez, existe una escuelita que pocos le ponen atención; se le conoce como el Centro Psicopedagógico de Educación Especial, el cual fue fundado hace casi 40 años; su propósito es resolver los problemas de psicomotricidad, de TDH, déficit de atención de escuelas especiales, cuenta con terapias de lenguaje, para padres de familia que entienda a los niños con esos problemas, hay psicólogos, médicos, especialistas en conductas y estuvo trabajando muy bien durante muchos años, pero su declive inició hace 10 años, porque depende del área de educación Inicial de la SEE y pues ya no los consideran importantes, por lo que no le quieren dar atención; junto con esto, los profesores se han estado jubilando y plaza que se desocupa es plaza que se congela, por lo que ya no entran en los presupuestos; actualmente las autoridades les dicen a los paterfamilias de los niños especiales que tienen que cambiarse a otras escuelas o a otros centros escolares ¿y la inclusión dónde quedó? Sin duda en el discurso. Y hasta aquí por hoy…
