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De frente y de perfil| La nueva clase sindical

El Día del Trabajo fue el marco idóneo para que los principales dirigentes sindicales convivieran con el Presidente de la República, quien los agasajó con una comida en Palacio Nacional.

Por: Ramón Zurita Sahagún

El Día del Trabajo fue el marco idóneo para que los principales dirigentes sindicales convivieran con el Presidente de la República, quien los agasajó con una comida en Palacio Nacional.

Estuvieron los jerarcas de esa clase política sindicalista que llega a esos cargos para defender a sus agremiados, aunque dista mucho de hacerlo, pero si se perpetúan en su nombramiento hasta que una rebelión de los trabajadores los margina o mueran de avanzada edad.

Si algo hace muy bien esos dirigentes es ser fervientes aliados del gobierno, sin importar las siglas del mismo.

Echando una revisada de quiénes son esos sempiternos líderes, vemos que se trata, en su mayoría, de los que fueron excelentes aliados de Carlos, Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto y hoy, respaldan las acciones a favor de los obreros del presidente López Obrador.

A muchos de ellos les pesa la edad y la defensa de sus agremiados pasa a un segundo lugar, pero eso sí, para responder a los llamados del gobernante en turno son avispados y veloces.

La mayor parte de esos dirigentes sindicales han pertenecido o pertenecen al PRI, por lo que, llegando los nuevos gobernantes ajenos al poderío del partido tricolor, surgió un personaje que se autoproclamó como el que mayor número de agremiados tendría y así desplazar a centrales obreras añejas como la CTM, CROM, COR, CROC y otros más.

Pedro Haces Barba, impetuoso como es, realizó un gran evento con sus agremiados en la CATEM, el nuevo entre gremial, al que asistió el presidente López Obrador y aseguró que contaba con un millón de afiliados, lo que resultó falso, por lo que fue marginado de los círculos cercanos del poder público federal.

Se replegó para fundar un partido político Fuerza por México, el que resultó un flan y realizó su debut y despedida en la elección federal de 2021.

Hoy el sindicato no ha crecido como esperaba su dirigente y su partido no sobrevivió a la primera incursión en las urnas. Eso sí, Pedro Haces continúa ostentándose como senador y de esa forma realiza sus enjuagues.

Pedro es un joven vigoroso (sexagenario) que busca convertirse en el poder sindicalista de México ante el desinfle y el avance de la edad de sus pares del sindicalismo como Carlos Aceves de 80 años; Víctor Flores Morales 82 años; Francisco Hernández Juárez supera las siete décadas; Joel Ayala cercano a cumplir los 77 años de edad; Napoleón Gómez Urrutia ronda las ocho décadas; Isaías González Cuevas, rebasando los 80 años y otros más.

Hace mucho tiempo (cuando amarraban a los perros con longaniza y no se la comían) cuentan los que lo vivieron, que Adolfo López Mateos era un presidente de México amado, donde se paraba recibía calurosas ovaciones y el entonces Ejecutivo federal respondía con su icónica sonrisa.

Lo mismo se aparecía en las arenas de box que en las plazas de toros, acudía a bares o restaurantes o circulaba en sus autos deportivos, siempre sin escolta y ante las constantes muestras de cariño de sus gobernados.

Esos tiempos se antojan lejanos, por lo que los principales políticos, presidentes, gobernadoras o de los considerados de talla nacional evitan su asistencia a eventos masivos, donde el público es libre y paga por asistir a los espectáculos de su agrado.

Es cierto que hay políticos que se jactan de su popularidad, pues reciben el cariño y el aplauso de los asistentes, pero se trata de auditorios controlados y que agradecen de esa manera la presentación de artistas populares, sin costos de ninguna clase.

Claudia Sheinbaum se congratula de ello y da como prueba de su creciente popularidad el evento de la afamada cantante española, presentada ante cerca de doscientas mil personas en pleno zócalo capitalino.

Sin embargo, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, tentó a los asistentes a un partido de béisbol con su presencia y la rechifla y los abucheos no se hicieron esperar. Provocó al monstruo de las mil voces y fue rechazado por el mismo.

¿Habrá otra corcholata que se atreva a hacerlo y se presente en un espectáculo público de paga? Valdría la pena intentarlo para medir su popularidad.

Email: ramonzurita44@hotmail.com

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