Por: Javier Roldán Dávila
Enigma físico: ni la Ley de Gravedad lo hace poner los pies en la tierra
Imposible, no continuar con el tema de Marcelo Ebrard, sobre todo, después del tour de medios que realizó, para tratar de justificar las maromas ideológicas que lo llevaron a someterse ante Claudia Sheinbaum.
De entrada, afirma que el ‘entendimiento’ con la actual patrona, implica que le fue reconocido encabezar la ‘segunda fuerza política’ en MORENA, esto, merced a que logró posicionarse detrás de la doña. En este contexto, la pregunta obligada es: ¿cuántas candidaturas a gobiernos estatales le dieron?
De las nueve en juego, no le tocó ninguna: entonces ¿cuál ‘segunda fuerza’?
Luego, señala que la línea política de Mario Delgado fue derrotada, porque la Comisión de Honestidad y Justicia admitió que hubo irregulares en el proceso interno, por lo tanto, el método de selección impulsado por el dirigente es imperfecto. De seguro, Delgado está en terapia sicológica después de dicha resolución… patético el señor Marcelo.
Como remate, el ex canciller subraya que se mantiene en la 4T, para seguir luchando por sus ideales, los cuales, de acuerdo a su percepción, le generaron harta simpatía entre el electorado, así pues ¿por qué claudicó en su oferta de aparecer en la boleta presidencial en el 2024?
Ni hablar, queriendo explicar sus malabarismos, Marcelo perdió la magnífica oportunidad de quedarse callado. No tiene remedio, que se olvide del 2030.
