Por: Javier Roldán Dávila
Si no se aplican, la Marcha de Zacatecas les significará un Toque de Silencio
La imposición de Adolfo Ramírez Arana, desde la Ciudad de México, como presidente del CDE de Veracruz, ha provocado severas fracturas al interior del ex partidazo, lo cual, como resulta evidente, debilita la posibilidad de que el tricolor capte los votos necesarios para que el FAV, logre una candidatura competitiva para la gubernatura.
En realidad, el albazo de “Alito” Moreno, parece destinado a favorecer a MORENA y sus aliadas y aliados, en la pretensión de retener el control del gobierno estatal, la suma de las renuncias de un variopinto de militantes, manda un mensaje desalentador a la militancia.
Lo paradójico, es que los dos más destacados contendientes para abanderar el Frente, José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, no impulsen un control de daños que comience con la construcción de consensos que permitan, sino remover a “Fofo”, al menos atemperar las inconformidades, todo indica, la inexistencia de una estrategia de operación política, que detenga la sangría permanente de liderazgos distritales y municipales.
No obstante, lo hasta ahora visto, no sería inusual que, cuando Cárdenas se decante por uno de los favoritos, la ruptura sea mayor, lo que redundará en una participación testimonial del otrora partido dominante, aún con la coadyuvancia del PAN y del PRD.
El escenario es harto complicado, lo grave, es la insistencia por hacerlo más difícil, parecieran dispuestos a replicar la penosa derrota de 2018 para, de plano, auto aplicarse un descabello. Luego, que no se quejen.
