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Opinión| Ante la carestía de la vida, aumento salarial emergente

Ante la carestía de la vida, aumento salarial emergente

Por: José María Carmona

La inflación registrada en el país en términos anuales para el mes de julio del presente año alcanzó 8.1 por ciento y con ello el poder adquisitivo de los salarios quedaron aniquilados, porque los productos de la canasta básica se elevaron en un promedio del 15 por ciento-agropecuarios, frutas y verduras así como pecuarios-, las tarifas energéticas autorizadas por el gobierno aumentaron 4.5 por ciento y los energéticos hasta este mes alcanzaron un aumento de 4.6 por ciento. El aumento de los precios de todos estos productos es superior a los aumentos  salariales para el año  2022.

Cotidianamente, las amas de casa particularmente las que pertenecen a los hogares de los trabajadores tienen que comprar menos alimentos y productos para el hogar porque los salarios no alcanzan para comprar la canasta básica en su totalidad.

El propio López Obrador reconoce que ha invertido un monto promedio de 200 mil millones de pesos de subsidio a la gasolina porque de  no haber tomado esta medida, la inflación estaría en 15 por ciento.

Por otra parte, las autoridades monetarias del Banco de México han aumentado la tasa de interés en 8.5% anual  y los costos de los créditos a la inversión productiva están por las nubes, lo que frena la inversión productiva y por consecuencia aumenta el desempleo.

Con este nivel inflacionario, también las transferencias  monetarias a los programas sociales en especial, las pensiones a los adultos mayores han perdido poder adquisitivo, condenando a este sector de la población a la miseria  absoluta.

El proceso inflacionario no es producto de una mala decisión de la política monetaria, sino problemas en el nivel de la producción,  mucho se habla del rompimiento de las cadenas de  suministro, que significa que en  muchos sectores productivos  no tienen los insumos necesario para la producción, ocasionando “cuellos de botella” en el proceso productivo, es decir la demanda es superior a la oferta de insumos lo que provoca el aumento de los precios al productor.

Es por ello, que la política de aumento de las tasas de interés por parte de la banca central  es equivocada porque puede controlar el aumento de los precios, pero frena la producción y aumenta el desempleo.

El gobierno de la 4T en lugar de llevar a cabo  una política de fomento y subsidios al proceso productivo del país aplica la política neoliberal de carácter monetarista.

Hasta ahora, tanto Morena como los partidos de la oposición y las dirigencias sindicales  guardan un silencio cómplice de la política de López Obrador,  en lugar de demandar un aumento salarial de emergencia del 50 por ciento para recuperar el poder de compra de los salarios.

Las cúpulas empresariales se opondrán ante esta demanda por parte de los sindicatos porque argumentarían que es apagar el fuego con gasolina, lo que llevaría a una escalada mucho  mayor de los precios, lo que resulta falso porque mediante el proceso inflacionario los empresarios aumentan sus ganancias a costa del poder adquisitivo de los salarios y con ello se aumenta la concentración del ingreso nacional y la desigualdad social.

Es por ello que ante la carestía de la vida producto de la alta inflación es necesario que los trabajadores les demanden a sus dirigentes  sindicales  para que emplacen a los patrones  la demanda de un aumento salarial  emergente del 50 por ciento, para recuperar la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.

Al mismo tiempo, se debe organizar  un paro nacional contra la patronal y el gobierno de López Obrador y su programa de austeridad que es todo un fracaso en materia del control de la inflación.

Los trabajadores deben romper políticamente con el gobierno de AMLO y sus falsas promesas y declaraciones en el sentido de que los salarios reales han aumentado en su gobierno y con ello “el bienestar” de los trabajadores.

Es necesario llamar a una jornada de lucha mediante la movilización para echar abajo la política neoliberal  de la 4T y del programa “de pobreza franciscana”.

Solos mediante la movilización los trabajadores podrán lograr  el aumento salarial  de emergencia y con ello recuperar el poder adquisitivo de los salarios, esa es la  tarea inmediata de la clase trabajadora para no seguir viviendo bajo la pobreza y el deterioro de vida.       

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