Por: Miguel A. Rocha Valencia
Los más recientes datos muestran el agravamiento de una crisis tan real, que va a golpear todos los ámbitos de la vida nacional, incluyendo la política donde la oposición no sólo enfrentará con desventaja a corcholatas sino a sus propios demonios, por eso el nuevo gran circo del ganso que por un lado distraerá atención de los problemas y, por el otro, les dará mayor primacía a los morenos y proporcionará al titiritero elementos más certeros para tomar la decisión sucesoria.
De la crisis global en el país sólo bastan dos datos precisos: a mayo, dejaron de crecer las ventas a causa de la inflación real que se da en las calles y que ya encareció todo, la caída en los ingresos tributarios que dejará sin dinero a estados y municipios y la administración federal, el acumulamiento de deuda, el pago de los intereses y el incremento en la violencia que cobra más de 157 mil asesinatos con el fortalecimiento de los cárteles que de entrada ya hicieron imposible una transformación real en el país.
Por lo pronto, frente a las estimaciones recaudatorias al quinto mes del año, el SAT reporta una caída por arriba de los 70 mil millones de pesos en comparación al mismo periodo de 2022: billón 922 mil millones frente a billón 993 mil millones, en cambio el servicio de la deuda anual crece en la medida que se acumulan los “premios” a tasas altas de los documentos oficiales.
Por ese concepto, México deberá pagar cerca de un billón 80 mil millones, es decir alrededor del 3.4 por ciento del PIB, una décima por debajo de aquel 3.5 por ciento de 1996 cuando EU nos dio una línea de crédito de 30 mil millones de dólares para apuntalarnos luego del “error de diciembre” de 1994.
Es decir, sin “pedir” como ha dicho el profeta cuatrotero, México está más endeudado y con el pago más alto por el servicio de su débito que con los neoliberales corruptos. Esto es que a nuestro país le sale más caro en error de julio de 2018, incluso en crecimiento, porque aquél consiguió uno de los niveles más altos después de estar muchos ceros a la izquierda y el de hoy, nos dejará simplemente en cero.
Pero eso será tema de otro comentario. En lo político, aunque la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei Zavala, alegue reparación de relaciones con el titular del Ejecutivo, la verdad es que llevó al pleno del Instituto a ponerse a las órdenes del mesías tropical con quien ya tenía fuertes ligas incluso familiares.
Muestra de ello son las decisiones en torno a denuncias opositoras por actos anticipados de campaña de las corcholatas, las cuáles fueron desestimadas, lo cual abrió el camino a la violación sistemática de la Ley, la cual, con permiso a no, continuarán ignorando, en especial la capitalina quien incluso se burla de recomendaciones y “sanciones”.
También es que cesaron los golpes para destruir al INE donde la propia presidenta habla de reducir muchos gastos, incluyendo su salario, es decir, llegó al Instituto la par de Arturo Zaldívar Lelo de Larrea cuando fue ministro presidente de la SCJN.
NI hablar de país dividido incluso a nivel de familias y ex amigos, de una oposición que a lo único que se rehusa es a abandonar las migajas que le quedan, a las franquicias que aún pueden exprimir e incluso tener como carta para comprar su impunidad, prologar la vida política e incluso ir a parar a la cárcel.
El estilo de la 4T es ese, intimidar, golpear, chantajear y si es posible encarcelar a sus “rivales” pues la idea es someterlos por las buenas o por las malas, utilizando todo el poder y las instituciones del Estado especialmente la FGR, del pies fríos Alejandro Gertz Manero o la UIF donde se encuentra el mantenido millonario Pablo Gómez, uno de esos rábanos que sobreviven a la “vieja guardia” izquierdosa.
Al mismo tiempo que doblega y medianiza a lo que queda de oposición, el circo del caudillo sirve para medir a sus propias corcholatas, en especial aquello que él llama “lealtad a ciegas”, lo que le de la posibilidad de decidir lo más cerca de su decisión final por quien considere que será su protector en serio.
No se trata de quien puede ser el mejor para conducir una transformación inexistente, salvo que sea una mayor destrucción del país, sino que le garantice la transexenalidad, que asumido el poder lo desconozca y hasta realice cambios no autorizado por él, ni un punto ni una coma.
Por eso estira la liga, de ahí el diseño de selección, por eso las ignominiosas declaraciones de algunos corcholatos que prefieren ser nada. Al final, quien llegue, tendrá que asumirse como nuevo jefe del Ejecutivo y actuar como tal y aguantar todo lo que le llegue desde “La Chingada” a donde dice se irá el machuchón, lo cual todavía está por verse.
Eso si la oposición no da una sorpresa casi imposible.
