Abandono y rentas impagables, igual a invasión
Abandono y rentas impagables, igual a invasión
Por: Rosalinda Cabrera Cruz
Pese a que existe una amplia oferta de créditos inmobiliarios en Michoacán, la adquisición de vivienda de interés social se ha desplomado; la razón principal es la lenta recuperación económica tras dos años de pandemia, llevando a las castigadas familias, cada vez más empobrecidas, a inclinarse por pagar una renta, o bien, a seguir a un líder político para, bajo la promesa de hacerse de un terreno invadido, lograr tener un patrimonio.
No se puede negar que los precios de las viviendas, aún las de interés social, han quedado fuera del alcance de quienes pueden acceder a un crédito, señaló Roberto Santillán Ferreyra, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda en Michoacán (Canadevi), encarecimiento que justificó diciendo que a la par han subido los precios del material de construcción y a la poca mano de obra que existe en la entidad, debido a la crisis económica por la cual se está atravesando.
De esa forma, el aumento en el precio de las viviendas en los últimos dos años ronda desde el 22 por ciento hasta un 37 por ciento, lo que conduce a que el precio de las casas de clase media supere los 850 mil pesos dentro del esquema de interés social, mientras que una casa de clase baja o departamentos (en desarrollos verticales) se encuentre dentro de los 450 mil pesos.
Estas últimas viviendas no son del agrado de las personas, porque se tienen que hacer más pequeñas para ajustar al presupuesto, además de estar ubicadas en zonas muy marginadas, por lo que muchos prefieren vivir en casas o departamentos rentados, más céntricos, que al menos en la zona de Morelia son de los más baratos del país.
Santillán Ferreyra precisó que actualmente son más de 400 mil beneficiarios en el estado por parte del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), pero solo 60 mil tienen créditos activos, con un déficit de 340 mil créditos inactivos.
A su vez, Sergio Adem Argueta, delegado estatal del Infonavit, coincidió en que hay una crisis de mercado inmobiliario debido a la inflación de los materiales, pero en contraparte el valor de una vivienda lo define el costo del suelo, así que quienes desean tener una vivienda propia, optan por usar sus créditos para la compra de terrenos o buscan la manera de hacerse de ellos para posteriormente construir su casa.
Pero eso deriva en que, según la opinión de Miguel Ángel Sandoval, delegado de la secretaría de Desarrollo Urbano y Territorial (Sedatu), 68 de cada 100 viviendas en la entidad no cuenten con escrituras, debido a que los procedimientos para adquirir los terrenos sean poco claros o incluso al margen de la legalidad.
Explicó que “los habitantes del estado viven en casas sin escritura. Presuntos líderes sociales se aprovechan de las carencias de vivienda para hacerse de propiedades”, lo que clarifica las constantes invasiones que se registran en toda la geografía michoacana.
Pandemia, causante de invasión de casas
Juan Manuel vive y trabaja en Morelia, y tiene una casa en uno de los asentamientos más grandes de Latinoamérica: Villas del Pedregal; luego de vivir los inconvenientes del traslado diario de su flamante casa a su centro de trabajo y del caótico regreso, decidió rentar su propiedad en Villas y con lo poco que obtuvo de ello rentar a su vez en un fraccionamiento más céntrico del mismo poniente de la capital michoacana.
Todo pareció ir de manera correcta hasta abril del año pasado, cuando su inquilino decidió dejar la propiedad, así que la casa quedó deshabitada durante dos meses. Al cabo de ese tiempo, Juan Manuel regresó a la vivienda para acondicionarla para una nueva renta, encontrándose con la novedad de que ya había sido invadida por una persona que se dedica a vender tamales en esa zona.
Esto ocurrió todavía en plena pandemia, cuando a los problemas de salud se sumó la ocupación ilegal de casas que fueron adquiridas con créditos de Infonavit y FOVISSTE dado que por el confinamiento decretado por la emergencia sanitaria se hizo imposible para muchos dueños visitar sus viviendas, situación que fue aprovechada por algunas personas que decidieron ocupar esos inmuebles de manera ilegal.
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, indican que durante 2019 se registraron, sólo en Michoacán, tres mil 696 denuncias por despojo, mientras que durante 2020 el número de denuncias fue de 360 mensuales en promedio.
Aunque Juan Manuel logró desalojar al invasor y ponerlo a disposición del Ministerio Público, la mayoría de las personas que vive este problema enfrentan largos procesos legales para recuperar sus viviendas o pierden su patrimonio. Tal es el caso de Alma, quien pidió no usar su nombre real por temor a represalias; ella es una mujer jubilada de 70 años de edad a quien le resulta difícil aceptar que el patrimonio que tenía pensado heredar a sus dos hijos se haya perdido irremediablemente.
Vecina de Misión del Valle, relató que hace un lustro compró un par de casas en dicho fraccionamiento. La lejanía de sus centros de trabajo no permitió a los hermanos ocupar las viviendas, por lo que decidieron encargarlas a sus vecinos, a quienes les proporcionaron sus números telefónicos en caso de problemas.
A mediados de julio de 2021, Alma recibió la llamada de un sujeto que le exigió llevar los papeles de ambas viviendas porque aseguró eran de su propiedad y la amenazó para que no denunciara.
Alma se armó de valor y fue a ver sus viviendas que encontró cerradas con candados; ahí los vecinos le comunicaron que habían sido ocupadas por invasores, quienes bajo amenazas consiguieron su número telefónico. Ante el temor de que estas personas le causen daño a ella o a sus hijos decidió no denunciar y prefirió perder las propiedades.
Situación similar vive Irene, de 57 años, habitante de El Lago I, quien para no estar sola durante la emergencia sanitaria decidió mudarse desde mayo de 2021 con su hija, sin embargo, en su ausencia unas personas invadieron su hogar y aunque ella sí decidió denunciar, se encontró con el problema de que no hubo quien le tomara la denuncia por la falta de personal debido a la pandemia.
De acuerdo con el Infonavit en Michoacán, la principal causa de invasión de viviendas se da a manos de organizaciones sociales, cuyos dirigentes se apoderan de las casas deshabitadas y las rentan a terceros, pero se trata de un problema entre particulares en el que no puede participar la institución.
Los invasores, hasta en los cerros
El accionar de los conocidos paracaidistas, ya sea despojando de sus viviendas a los legítimos propietarios o bien haciéndose de un terreno para edificar a su gusto, es explicado por el diputado Juan Carlos Barragán, de Morena, quien indicó ante medios periodísticos que la necesidad y la falta de una política que haga efectivo el acceso a la vivienda digna, adecuada y accesible, obliga a muchos ciudadanos a asentarse en zonas de riesgo.
Precisó que, según datos del ayuntamiento de Morelia, son alrededor de 600 los asentamientos irregulares que hay en la capital michoacana y “no están ahí por gusto, sino porque tienen necesidad de un lugar donde vivir”. Esa invasión, justificó, es una muestra de lo que es capaz la gente por una vivienda, como ha ocurrido en Las Tetillas, sitio considerado como los respiraderos del cerro del Quinceo, afectados por la falla geológica Tarímbaro, además de que son origen de los principales manantiales del poniente de Morelia.
Como integrante de la Comisión de Desarrollo Urbano, Obra Pública y Vivienda del Congreso del Estado, consideró que es más importante generar certeza jurídica a las miles de familias que están asentadas en colonias irregulares, porque todas pagan impuestos, pero carecen de oportunidades y servicios de calidad.
Pero en muchos casos, a quienes demandan la posesión de viviendas irregulares, que no les pertenecen, poco les importa la formulación de leyes que les protejan, lo que se puede observar en el fraccionamiento “fantasma” Misión del Valle, al norte de Morelia, donde son visibles espacios abandonados, con cristales rotos y barricadas improvisadas para contener la invasión.
Este asentamiento, plagado de inseguridad, altos costos de movilidad y falta de servicios, sufrió del abandono de viviendas y desde entonces parece que dejó de existir para las autoridades municipales y estatales.
Hace un par de años llegó a la zona el cuartel de la Guardia Nacional, con lo que se logró disminuir un tanto la presencia de la delincuencia organizada, las casas de seguridad, el tráfico de drogas y otros delitos de alto impacto que alguna vez gozaron de impunidad en el fraccionamiento, pero los pocos habitantes que decidieron quedarse y proteger sus propiedades han tenido que luchar, organizarse y expulsar a los delincuentes, aunque eso no ha erradicado los robos a transeúntes, el robo a casa habitación y sobre todo la violencia doméstica.
Las apetitosas áreas verdes
“No lo conozco, cuando se da un caso de invasión se debe recurrir a la fiscalía, por despojo, invasión privada o a un gobierno, no conozco el caso de Arboretum” dijo hace más de dos años el alcalde interino de Morelia Humberto Arroniz Reyes, después de entregar 400 subsidios para escriturar casas de algunas personas que durante cuarenta años estuvieron viviendo en un predio irregular.
Cabe recordar que, desde abril de 2021, alrededor de 15 familias (incitadas por un político, hoy diputado) llegaron como paracaidistas a un predio en la avenida Héroes Anónimos de la Independencia de México, esto a un lado del parque Arboretum, un terreno lateral del Río Grande de Morelia que se ha convertido en paseo dominical de habitantes del poniente de la capital michoacana.
En el lugar montaron casas de cartón y madera, y hasta el momento siguen habitando el lugar sin los servicios básicos como drenaje, luz y agua, uniéndose a la larga lista de asentamientos irregulares existentes en la ciudad, pretendiendo quedarse por mucho tiempo hasta lograr hacerse dueños de los terrenos.
El predio en cuestión, de acuerdo con los registros del ayuntamiento, está ubicado entre el Río Grande y el fraccionamiento Hacienda de Corralejo, cuyos moradores señalaron que pertenece a un particular y que tanto el dueño como el ayuntamiento de Morelia de hace 2 años presentaron denuncias por la invasión, sin embargo, el alcalde en turno (Humberto Arroniz) dijo no saber de este caso.
El riesgo de esta posesión ilegal está latente, porque con la denuncia de que “servidores públicos”, entre ellos un diputado, se encuentran alentando la invasión de predios en varios espacios de Morelia supuestamente para que los invasores los apoyen en sus aspiraciones políticas, vecinos de las colonias Agua Clara, Hacienda del Corralejo, Adolfo López Mateos entre otras, advirtieron de un posible conflicto social que podría darse debido al ecocidio, la inseguridad, la drogadicción, el robo de luz y la construcción de varias chozas de madera que “aparecieron” cerca de la citada avenida Héroes Anónimos de la Independencia hace ya dos años.
De acuerdo a la versión de los vecinos, al predio ya lo llaman “El Polvorín” el cual se ubica en el área verde que está desapareciendo y que podría “comerse” en breve al “Arboretum”, considerado uno de los pulmones del poniente de Morelia, dentro del cual ya pueden observarse algunas improvisadas construcciones.
Molestos, quienes prefirieron guardar el anonimato indicaron que los problemas que se han generado en sus domicilios por la invasión ya son graves y que ni la Fiscalía General del Estado de Michoacán ni los gobiernos municipal o estatal les han brindado atención.
Así, han tenido que soportar robos y asaltos, deforestación que está acabando con los árboles y la vegetación, basura que avientan al Río Grande, problemas con la energía eléctrica por robarse la luz con diablitos que han generado apagones, pero sobre todo, problemas de inseguridad y conflictos que se pudieran dar a largo plazo como la carencia de agua potable y drenaje, lo que ha llevado al hartazgo de cientos de vecinos.
Los habitantes denunciaron que los invasores anteriormente hacían sus construcciones de noche, pero ahora ya también lo hacen en el día sin temor alguno, pues se han robado la malla ciclónica que los vecinos colocaron, han saqueado las casas de las colonias cercanas que han sufrido robos y asaltos, lo que ha provocado la molestia de los colonos que están pensando actuar por su cuenta a pesar de las consecuencias que pudieran tener, pues ya son cerca de 300 chozas que están en proceso de construcción.
Finalmente los vecinos destacaron que las propias personas que dirigen a quienes están invadiendo, han señalado que están arropados por servidores públicos “de alto rango”, entre ellos un diputado local que ha sido el que más suena que está apoyando para que invadan, al menos, en esa zona de Morelia, tal como lo pudo constatar quien esto escribe, pues al pedir informes a una de las moradoras del asentamiento para saber de qué manera podría edificar ahí, fui informada que “acudiera a la casa de campaña del señalado… porque su dirección está en muchas bardas de la zona” (sic).
Ya sea como consecuencia de la crisis económica que se vive tras del paso más difícil de la pandemia, o bien por el activismo político de algunos líderes, que buscan tener contentas a sus huestes o capital político (sobre todo con miras a la elecciones del 2024), es una realidad que la falta de recursos no permiten al grueso de la población contar con el dinero suficiente para comprar o al menos rentar una vivienda, pese a que la capital de Michoacán es considerada como una de las ciudades más baratas de la nación.
Los ojos de quienes actúan en la ilegalidad están puestos en la invasión y el despojo, sin que hasta ahora existan leyes que protejan a los legítimos propietarios, que adquirieron su patrimonio luego de años de ahorrar o ajustarse el cinturón. Para muchos, ni duda cabe, se está volviendo a vivir en la época de las cavernas.