Editorial| 8M: de mal en peor
8M: de mal en peor
La lucha de las mujeres por sus derechos y la justicia cada vez se libra más cuesta arriba y se amplían los frentes.
Feminicidios, desaparecidas, violencia sexual y familiar; violencia económica, institucional y laboral e intraescolar. Y todavía el Covid que les arranca la vida, quedando sus hijos e hijas al garete. Este es el escenario para poco más de la mitad de los habitantes en este país.
¿Y qué hace el Estado?
Por eso la movilización masiva de mujeres el 8 de marzo y el 9, el paro nacional “un día sin nosotras”, convocado desde 2020 por la colectiva veracruzana “Las Brujas del Mar”.
Van de mal en peor en este gobierno.
Por eso el 8M a protestar y “el nueve nadie se mueve”.
Oficinas, escuelas, fábricas, talleres, comercios, calles y plazas, sin mujeres. Pero la protesta se puede expandir a mucho más personas a través de las redes sociales.
Es un hecho que el lopezobradorismo no pudo o no quiso construir una agenda para las mujeres.
El 27 de enero del 2021, en la “mañanera”, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Isela Rodríguez, presentó su “plan” para erradicar y atender la violencia contra las mujeres.
Una serie de medidas construidas “al más alto nivel de la agenda de Estado para que las mujeres y niñas vivan plenas, libres y seguras”. ¿Qué pasó? No se concretó por falta de presupuesto y ese año se cerró con más de un millar de feminicidios.
Por eso, las marchas el 8M y el paro el 9M.
Las mujeres están en todo su derecho y actitud de exigir al Estado, políticas públicas claras, precisas y contundentes, que les garanticen el acceso a la justicia, a la igual laboral y de oportunidades.