Entresemana| ¿Y la estrategia, Andrés Manuel?
¿Y la estrategia, Andrés Manuel?
Por: Moisés Sánchez Limón
Si grazna como ganso, tiene patas de ganso, plumas de ganso y pico de ganso… ¡es un canijo ganso!
¿Cambiar de opinión cuando el sexenio agoniza, licenciado Presidente? ¿Fracasa su Plan Nacional de Desarrollo?
¿Por qué no cambiar la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y dejar de controlar a la Guardia Nacional bajo la falsa premisa de abrazos, no balazos?
Las preguntas tienen sustento a partir de este acto de contrición de Su Alteza Serenísima, respecto del cambio de opinión frente a la realidad que no es nueva en materia de inseguridad pública y se ha pretendido justificarlo con lo que reza el dicho: es de sabios cambiar de opinión.
Sí, pues, pero en el caso del licenciado Andrés Manuel I es aplicable la frase del filósofo prusiano Immanuel Kant, por cuanto a que “el sabio puede cambiar de opinión; el necio, nunca”.
¿A poco no?
Mire usted, sin duda Su Alteza Serenísima es experto en esto de hacer política chicharronera, engañar con la verdad y negar su proceder negándose a sí mismo, porque el objetivo lo merece como el hecho de haber puesto en duda la vigencia de la Alianza Va por México. Y la jodió.
Porque Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, cumplió con su papel de operador y logró ofrecer en público a Rubén Moreira y Alejandro Moreno en calidad de piezas de esta cacería emprendida desde Palacio para torcer el brazo a la Constitución con el tema de la Guardia Nacional, en un debate que no fue al fondo.
La reforma a leyes secundarias prosperó en Cámara de Diputados y se concretó, con sus bemoles, en el Senado de la República. Y la Guardia Nacional pasa a la estructura administrativa y operativa de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Pero el daño está hecho. Marko Cortés, dirigente nacional del PAN, y Jesús Zambrano que lo es del PRD, declararon en suspenso la Alianza Va por México y emplazaron a Alejandro Moreno (a) “Alito” a que se desista el PRI de impulsar en Cámara de Diputados la iniciativa de la legisladora duranguense Yolanda de la Torre que entraña una reforma constitucional al Artículo 21 y ampliar hasta 2028 la permanencia del ejército en la Guardia Nacional.
En frío es como hacerle la tarea transexenal a Su Alteza Serenísima.
“Alito” cambia de postura radical y se dice dispuesto a dialogar con los senadores del PRI que se han rebelado e incluso demandan su renuncia a la presidencia nacional del PRI.
“La Coalición (Va Por México) es fundamental para el país”, se atreve a invocar “Alito” y niega que haya diferencia con el PAN y el PRD pero, por supuesto no lo dice, una vez que ha cesado la persecución y marcaje personal ejercido en su contra por la licenciada Layda Sansores San Román, sedicente gobernadora de Campeche.
¡Total! Si no tengo tus besos, no me muero por eso, yo ya estoy cansado de tanto besar, diría en consonancia con Celio González y música de la Sonora Matancera, con ese desprecio por la urbanidad política el muchacho que vino de tierras de la mar calma a triunfar y hacer de las suyas.
¿Y cuándo se reúne con los senadores del PRI? “El día que quieran…”, responde al grupo encabezado por el culto Miguel Ángel Osorio Chong. A toro pasado, lo que venga, hasta las cínicas declaraciones.
He ahí al licenciado presidente que, desde su Palacio se despacha con la cuchara grande, en el ejercicio de la polaca; sí, la simple grilla.
–En algún momento usted, Presidente, mencionaba que, incluso en campaña, de llegar a la Presidencia haría que regresaran las Fuerzas Armadas o el Ejército, a los cuarteles y que eso le llevaría los primeros seis meses de su gobierno. ¿Cambió usted de opinión?—preguntó la colega Dalila Escobar a Su Alteza Serenísima en la mañanera del martes 06 de septiembre, el llamado Mes de la Patria.
Y enredándose en el lábaro patrio, con la vista al frente, voz firme, estudiada, y aplomo de la experiencia de la víctima de las circunstancias, del mártir que se ofrece a los leones en el Coliseo, Andrés Manuel I respondió:
“Sí, sí, sí cambié de opinión ya viendo el problema que me heredaron”.
“¿Cómo enfrentar el problema de la inseguridad?”
“Sí sabía yo desde el principio y estoy absolutamente convencido que la paz es fruto de la justicia, y eso es la base de la política de seguridad: el atender a los jóvenes, el mejorar las condiciones de vida, de trabajo de la mayoría de los mexicanos, el combatir la pobreza, el combatir la corrupción, todo eso lo estamos haciendo, el que no se permita la impunidad (…)”.
–Y ahora con la creación de la Guardia Nacional y la solicitud de la adscripción a la SEDENA, la Guardia Nacional entonces ¿no es lo que usted esperaba para solicitar ya la adscripción a las Fuerzas Armadas?—insistió Dalia.
Y Su Alteza Serenísima, humilde, con la mirada perdida en el horizonte, en el papel de Gutierritos que acepta todo, respondió:
“Sí, pero necesitamos que no se eche a perder, como pasó con la Policía Federal. Y yo siento, y estoy convencido, de que debe de estar la Guardia Nacional dependiendo de la Secretaría de la Defensa, una rama más, como la Fuerza Aérea, así la Guardia Nacional, con el encargo de garantizar la seguridad pública en coordinación con los gobiernos estatales —que son autónomos, son soberanos— y los gobiernos municipales, pero que exista una Guardia Nacional con disciplina, con profesionalismo, con honestidad”.
–¿Mando militar? — preguntó Dalila.
–Sí, y mando militar — concretó Su Alteza Serenísima Andrés Manuel I.
¡Ah!, un día antes, lunes 05 de septiembre de 2022 le preguntaron en la mañanera.
–El PRI está proponiendo una creación a nueve años para la Guardia, Presidente. ¿Esto sería a cambio de no enjuiciar a ‘Alito’ Moreno?
–Vamos a contestar ahora y también te contesto a ti—atendió el licenciado Presidente y se perdió en sus apreciaciones, el concepto personal de hacer política y negar lo dicho porque la patria es primero.
“Yo siempre he sostenido que las alianzas se hacen con el pueblo, no es algo de las cúpulas, como era antes. Y he sostenido que cada servidor público es responsable de sus actos y que no es de andar negociando, la política no es un toma y daca (…)”.
En serio, no se ría, porfis. Sí, sí, “Alito” ya fue hasta a desayunar con el secretario de la Defensa Nacional; sí, sí, Layda se amarró junto con sus perros y guardó, para otro momento, videos y grabaciones consecuencia del espionaje en las grandes ligas.
Lástima, lástima Margarito… la Alianza Va por México está en entredicho porque el bravucón negoció una salida que torció el brazo a la Constitución y allanó la ruta de la aprobación de cuatro reformas en leyes secundarias que acabaron con la discusión y la Guardia Nacional será un brazo más de la SEDENA. Y punto.
Lea, por favor.
–¿Usted entonces acompañaría esta propuesta de que sí se prolongue hasta 2028 con la iniciativa del PRI? Porque no llegó de Morena—planteó Dalila Escobar al dueño del poder en turno, el Duce, quien le respondió con esa profunda filosofía que seguramente abrevó de Kant:
“Yo pienso que hace bien el PRI en rectificar (…)”.
Y se jodió el escenario en la oposición.
Pero, bueno, el acto de contrición es buen guion para campaña. ¡Sí, sí, me equivoque, me equivoque!, diría con la voz entrecortada el licenciado Presidente.
Y sus huestes aplauden y sus fanáticos como Mario Delgado, gerente del corporativo Morena, y Gerardo Fernández Noroña, el sabelotodo de San Lázaro, están obligados a admitir que se equivocaron.
Y junto con el Santo Patrono de los otros datos, orarán por el futuro de “Alito”.
Pero, bueno, bueno. Ya que estamos en esto de admitir culpas, ¿por qué no cambiar la Estrategia Nacional de Seguridad Pública, toda vez que la Guardia Nacional ha demostrado que no puede reducir el alto índice de criminalidad en el país con abrazos?
¿Sí, sí, sí, me equivoqué… y qué?
Con fundamento en lo previsto en el tercer párrafo del Artículo 69 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública presentada por la 4T, “el Poder Ejecutivo tiene la facultad de formular y ejecutar políticas, programas y acciones tendientes a garantizar la seguridad pública de la Nación y la de sus habitantes con el objeto de mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicano, y el mantenimiento del orden constitucional”.
Pero, dígame usted, ¿ha funcionado? No olvide lo dicho por Immanuel Kant: “el sabio puede cambiar de opinión; el necio, nunca”. Conste.
COMO ME LO PLATICARON. En el PRI del Estado de México la lucha por la candidatura al gobierno estatal tiene buenos ingredientes y hasta se airea en la mañanera. Le dijeron al licenciado Presidente que Alejandra del Moral, actual Secretaria de Desarrollo Social del Estado de México, se ha gastado 50 millones de pesos en 300 espectaculares para posicionar su imagen de cara a las elecciones del próximo año.
«El fraude electoral ya está considerado como un delito grave», respondió Su Alteza Serenísima y le dio un raspón al gobernador Alfredo del Mazo. ¡Recáspita! Digo.
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