Julio2023Marco Antonio Aguilar CortésNuestras plumas

Opinión| Desgobernar, un estilo… Andrés, lo malo de todos

Don Daniel Cosío Villegas encontró en el pensar, decir y hacer, del presidente Echeverría, un estilo personal de gobernar, y lo describió de manera profunda.

Por: Marco Antonio Aguilar Cortés

Daniel Cosío Villegas (1898-1976), un intelectual mexicano de todas las horas nos dejó lecciones inolvidables, ahora ya olvidadas.

El domingo pasado, sin conmemoraciones oficiales o públicas que se hayan conocido, se cumplió el CXXV aniversario de su nacimiento en la CDMX.

Cosío tituló a uno de sus múltiples y valiosos libros: ‘El estilo personal de gobernar’. Las características personales del presidente Luis Echeverría Álvarez fueron la base del tema en desarrollo.

Sostuvo en esa obra: “Los defectos del presidente se vuelven característica del sistema mismo… El autoritarismo hace que esa patología del líder se transforme en la patología del gobierno… Vivimos dentro de un sistema político enfermizo”.

Y tomando Cosío una frase de su maestro estadunidense Robert Alan Dahl (1915-2014), asevera: “Entre más habla el líder, menos hace”.

Don Daniel Cosío Villegas encontró en el pensar, decir y hacer, del presidente Echeverría, un estilo personal de gobernar, y lo describió de manera profunda.

Ahora, ya iniciada la segunda mitad del año 2023 y a poco más de un año de que termine su ejercicio presidencial Andrés Manuel, noto que su estilo personal de gobernar no es personal, y es un desgobierno.

El presidente López se parece a Echeverría. No en lo físico ni en sus cualidades, sino en sus defectos. Son concentradores de poder. Hablan, hablan y siguen hablando. Sencillos en sus hábitos, y complicados en su interior. Subrayan estar con los pobres y desprotegidos de la Tierra, pero en el fondo pretenden, con su traje popular electoral, entrar a la Historia. Descalifican a la derecha, pero no se atreven a decir que son de izquierda. Tendieron a hacer macro obras públicas, no del todo aceptadas ni concluidas.

Con el presidente José López Portillo y Pacheco también se parece Andrés. No sólo tienen en común el primer apellido, sino un estilo de operar desde Palacio Nacional, manejándolo todo, con una gran soberbia y un populismo ineficaz.

El presidente actual tomó para su estilo de gobernar los principios del presidente Miguel de la Madrid Hurtado: Renovación moral y Simplificación administrativa, al menos de palabra. Algo aventajó de la Madrid en planeación. Lo moral y administrativo quedó como un buen propósito. López esgrimió de mentiritas estos valores, ya que su autoritarismo es de ocurrencias, con enredos administrativos e inmoralidad por todos lados.

En el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari se afirmaba, sin ninguna duda: llegó para gobernar a México, mínimo, 30 años.

Ese estilo de gobernar, en el aspecto referido, lo hizo suyo nuestro actual presidente. Con su concentración de poder, López pretende ejercer su autocracia mientras viva.

López quiso utilizar el Tratado Trilateral de Libre Comercio logrado por Salinas, pero lo dobló el presidente de EU Donald Trump, imponiendo, éste, el T-MEC.

Del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León tomó su idea central: “Bienestar para todos”. López le ha apostado a esta palabra: “Bienestar”. Igual, recordemos que el único expresidente que nunca aceptó recibir la jubilación de 5 millones de pesos mensuales fue Zedillo, y como estilo de gobernar López suprimió para los expresidentes esa jubilación.

Vicente Fox Quesada levantó la bandera de “demócrata”, como candidato y como presidente. Lo mismo hizo y hace el presidente López; éste, en su estilo de gobernar es igual de guasón, refranero, mentiroso y metedor de pata, hoy sí, y mañana también. Uno fuera del poder se dice pobre, el otro dentro del poder afirma no tener ni un peso en el bolsillo, pero ambos son muy ricos.

El presidente Andrés tomó como punto de partida la guerra declarada al crimen organizado por el presidente Felipe Calderón Hinojosa, yéndose al otro extremo: “Abrazos y no balazos”. Los extremos se hermanan, y conllevan un gran desastre, siendo el mismo estilo de gobernar al fin de cuentas, sin resultados positivos.

Muchos analistas perciben un contubernio entre dos presidentes.

Connivencia que enrola al presidente saliente Enrique Peña Nieto y al presidente electo López. Bien o mal, ambos se han respetado en ese estilo de gobernar, de mutua protección.

En fin, el estilo de gobernar de López está hecho de retazos de los presidentes ya citados.

Sin embargo, a estas bajuras, Andrés se ha auto fragmentado, bajo la presión de un miedo que lo desorienta.

Me recuerda al Hamlet del escritor inglés William Shakespeare (1564-1616): “Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y considerarse rey de un espacio infinito”.

La realidad del presidente López: la cáscara de nuez.

El sueño de Andrés: un poderío de rey en un espacio infinito.

Eso desquicia a nuestro presidente; y esta locura resalta (y resulta) peligrosa para todos los mexicanos.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba