Opinión| Fabricar culpables… sin mirarse al espejo
Fabricar culpables… sin mirarse al espejo
Por: Marco Antonio Aguilar Cortés
Dentro de la misma familia López Obrador el agua está llegando al cuello, todo por obrar mal y no precaverse a tiempo.
Pablo Hernández Romo, abogado de Pío López Obrador, aseguró que su cliente pide que su hermano, el presidente Andrés Manuel López Obrador, sea citado por la Fiscalía General de la República en la investigación que Pío tiene en su contra.
Asevera su abogado Pablo: “Me dijo Pío que hay una persona que lo sabe absolutamente todo, todo, y ese es mi hermano Andrés Manuel, respecto a los sobres con dinero que para el movimiento recibí de David León”, quien fuera director de Protección Civil del gobierno federal.
Ya hace tiempo que Latinus presentó el video de Pío recibiendo dinero, como una información denunciadora; y, a parte del tosco enojo presidencial, la soberbia en el poder no previno nada, y el caso otra vez se desborda.
Y frente a esta confronta entre hermanos, el presidente hará lo que sabe hacer, distribuir la culpa hacía otros, porque él es incapaz de aceptar falla alguna.
Ése no es un caso aislado de negligencia. La mayor parte de los actos presidenciales están improvisados.
La mina de carbón que colapso en Sabinas, Coahuila, tiene como causa la falta de cautela presidencial. Obvio que en una administración federal estándar los malogros son de los colaboradores respectivos; empero, el gobierno actual es unipersonal, todo lo piensa, dice y hace el presidente.
Pero siendo el ejecutivo federal el responsable, él, irresponsablemente, se encarga con toda desvergüenza de distribuir las culpas, a su antojo y beneficio.
Un minero sobreviviente de ese derrumbe e inundación señaló desde el inicio de la tragedia: “Vi que el agua cubría a mis compañeros”, ojalá ese redivivo haya visto mal, por el bien de esas vidas humanas y de sus familias.
Sin embargo, la información inicial de las autoridades de minería en nuestro país indicaron: “Desde el 2018 nos retiraron los recursos para inspeccionar las minas, sin saber a dónde los enviaron”.
Acaso los mandaron a las grandes obras, también para fortalecer al movimiento.
En ese dramático caso más hubiese valido el cuidado para no provocar mineros ahogados en lo profundo de la mina, y recuperar sólo cadáveres, para después únicamente tapar los agujeros, y que el gran jefe presidencial, otra vez, distribuya las responsabilidades, a ojo de buen cubero virtuoso.
La visita relámpago del presidente en domingo 7 a esa mina, provocó más confusión y protestas.
María Elena Álvarez-Buylla, directora de CONACYT, recién reveló ante senadores y diputados que más de 25 mil millones de pesos de 91 fideicomisos extintos se destinaron a otros proyectos federales.
En este caso no se evaluó el grave daño que se produce a la educación al cercenar recursos imprescindibles para la ciencia y la tecnología.
Mas que se puede esperar de un inepto educativo que utilizó la secretaría de Educación Pública como simple nido electoral a favor de su incondicional Delfina Gómez Álvarez, a quien el gran dedo presidencial acaba de designar como candidata de Morena a la gubernatura del Estado de México.
La delicada área educativa ha sido severamente dañada por la improvisación del actual presidente; él se lamentará, y el pueblo de México también se la-mentará.
Pero el caprichoso distribuidor de culpas fabricará culpables, sin mirarse al espejo.