Enero 2023Marco Antonio Aguilar CortésNuestras plumas

Opinión| No llenes mi barriga de alimentos… MEJOR COLMA DE IDEAS MI CEREBRO

Por: Marco Antonio Aguilar Cortés

Cada problema tiene sus causas, pero también tiene sus beneficiarios y sus perdedores.

Bajo la anterior perspectiva, los llamados por el ser humano “problemas”, se agrandan geométricamente al masificarse la humanidad.

Y la humanidad se ha globalizado a tal grado que, el 15 de noviembre de 2022, según los datos emitidos por la ONU, llegamos a 8 mil millones de seres humanos los habitantes del planeta Tierra.

El idealismo hegeliano describió el fenómeno de la transformación de la cantidad en calidad, y de la calidad en cantidad, y el materialismo marxista lo aceptó totalmente, indicando que sólo lo puso de pie, porque estaba de cabeza.

8 mil millones de seres humanos, son objeto u objetos, de ese fenómeno dialéctico, tan llenó de aristas como tan pletórico de perspectivas.

Podemos partir de lo básico.

A más humanos menos calidad en ellos, a menos humanos calidad mayor; por esto, 300 mil soldados británicos dominaron a cerca de 50 colonias y protectorados con más de mil millones de seres humanos, y no sólo por su tecnología de guerra y preparación combativa, sino por su amplia y sólida educación y cultura, frente a la desunión, analfabetismo e ignorancia, de esos pueblos dominados.

La educación y la cultura, como fenómenos sociales prehistóricos,  no estaban confiadas a nadie, ex profeso, sino a la vigilancia difusa de lo que urgía en el medio ambiente, comprendido por los individuos dominantes de las hordas existentes, porque en ello les iba la vida.

Esa raíz de la cultura y la educación ha venido discurriendo, lenta y azarosamente, a través del decurso de 4 y medio millones de años, hasta llegar a nuestros días.

Apenas hace 12 mil años que apareció el esclavismo. El feudalismo advino en el siglo V de nuestra Era. El capitalismo se inició en el siglo XV de nuestra Era. El socialismo tuvo asomos esperanzadores, con fracasos lamentables, sus fortalezas se han debilitado frente a una realidad que parece decir: No es hora todavía.

En cada uno de estos sistemas económicos, la educación y la cultura han sido sus mejores armas, sus inmejorables instrumentos.

No así en el México actual, en donde en el gobierno predomina la corrupción agazapada y cuantiosa, la ignorancia y la ineptitud; y por estos tres pésimos caminos no se llega ni a la educación ni a la cultura que urge en nuestro tiempo.

Después de Justo Sierra, José Vasconcelos, Jaime Torres Bodet, Agustín Yáñez, quienes se han hecho cargo de la Secretaría de Educación Pública en el caótico y desafortunado casi sexenio del actual presidente López, resultan mala yerba y hojarasca infecunda, ya que sólo callan y obedecen, dejando su honor en manos de Obrador.

Pero de educación y cultura nada saben en el obradorato, nada han hecho, nada harán para elevar y consolidar los conocimientos y valores que nos pueden hacer más justos, más libres, más capaces y mas productivos con principios de igualdad.

No saben ni entienden que todos somos educadores y educandos; que todo debe estar al servicio de la educación y la cultura, todo, ya que sin ellas no hay avances en nada.

Nunca debemos gastar so pretexto de la educación y la cultura, sino en la educación y cultura que enriquezca a todos.

Más que llenarme la barriga de alimentos, colma de las mejores ideas mi cerebro.

Educación y cultura son fenómenos sociales permanentes, ajenas por completo a la inmediatez del poderoso en turno, más si éste ya no sirve, pues se ha convertido en un truhán, yoísta e incorregible.

La historia lo juzgará.

Nos juzgará a todos la historia.

A su tiempo, el humano socio-individual, o individuo-social, sabrá poner a cada uno en su lugar.

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