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El pueblo que cerró la llave a Bonafont

El pueblo que cerró la llave a Bonafont

La crisis del agua parecía un hecho distante en un futuro lejano, pero recientes eventos, como el desabasto en el norte de México, han demostrado que ya es una realidad. Precisamente por esto, la lucha por la defensa del agua y de la vida lleva años ocurriendo; y un ejemplo notable de este esfuerzo es la comunidad de Santa María Zacatepec, en Juan C. Bonilla, Puebla, donde sus habitantes se organizaron para preservar el agua y salvarla de la explotación empresarial.

Por: Aranzazú Ayala y Lucía Vergara

El 22 de marzo de 2021, fecha en la que se conmemora el Día Mundial del Agua, pobladores organizados de 20 pueblos de la región cholulteca tomaron pacíficamente las instalaciones de la planta de Bonafont y denunciaron que la explotación de la empresa, propiedad de la francesa Danone, estaba acabando con el agua y secando los pozos, utilizados tanto para consumo humano, como para trabajar el campo, actividad a la que se dedican una buena parte de quienes viven en Zacatepec.

Ese día, decenas de habitantes tomaron pacíficamente las instalaciones de la planta, ubicada sobre la carretera federal a Huejotzingo. Esto fue resultado de años de organización social y del esfuerzo de distintos pueblos y agrupaciones que conformaron el movimiento “Pueblos Unidos”. Después de una caminata para conmemorar el Día Mundial del Agua, las denuncias se convirtieron en acciones y la planta fue tomada, los pozos de extracción clausurados y en el inmueble se instaló un plantón permanente. Los habitantes aseguraron que estarían ahí de manera indefinida, hasta que Bonafont se fuera definitivamente.

La defensa del agua y de la vida contra la opacidad

En varios foros y ruedas de prensa, habitantes denunciaron que, desde la llegada de Bonafont (antes, embotelladora Arcoiris) hace más de dos décadas, los pozos se han ido secando: algunos hasta el punto de vaciarse por completo, y otros que han reducido su capacidad y ahora sólo se pueden tomar entre 50 y 200 litros diarios para la casa y el campo.

De acuerdo con los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona necesita en promedio 100 litros diarios de agua; tomando en cuenta que las familias tienen, en promedio, 3.5 integrantes, 200 litros por día no eran suficientes.

Por otra parte, mientras en Zacatepec —comunidad ahora conocida por el gigantesco socavón que se originó el 29 de mayo de 2021, a dos meses de la toma de Bonafont— la gente no tenía suficiente agua, la embotelladora de origen francés extraía, de acuerdo con Lado B, casi 591 millones de litros de agua al año, lo equivalente a cerca de 85 mil garrafones diarios.

Desde el inicio del conflicto, la empresa constantemente ha insistido mediante comunicados en medios y usando su derecho de réplica, que el conflicto de escasez de agua es mucho más antiguo, que solo extraen 0.09% del líquido disponible en el manto acuífero de la zona y que el desabasto nada tiene que ver con las labores de la embotelladora.

Algo que ha quedado poco claro son los permisos con los que operaba la planta, otorgados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y del gobierno municipal. Aunque Bonafont ha insistido en que tiene los documentos en regla, en mayo de 2021, personal de Protección Civil del municipio de Juan C. Bonilla clausuró la planta, explicando que tenía adeudos de pagos.

Mediante solicitudes de información, la Conagua respondió que no tiene registro de permisos otorgados ni para Bonafont ni para Danone en la comunidad de Juan C. Bonilla. Por su parte, el ayuntamiento respondió el 4 de marzo de 2022:

“la empresa Bonafont no recibió el otorgamiento de concesiones de explotación del agua por parte del Municipio de Juan C. Bonilla; esta información se ofrece después de una búsqueda exhaustiva en los archivos de las diferentes áreas administrativas de nuestro ayuntamiento; haciendo referencia que esta empresa se encuentra desahogando unos procedimientos legales ante instancias estatales y federales”.

Pese a que durante los meses siguientes al inicio del plantón, los integrantes de Pueblos Unidos insistieron públicamente en que estaban abiertos al diálogo, este no se concretó. Personal de la Secretaría de Gobernación del Gobierno de Puebla intervino como mediador unas cuantas veces e, incluso, el tema fue tocado en algunas conferencias de prensa del gobernador Miguel Barbosa Huerta, pero se quedó hasta ahí: el gobierno municipal fue constantemente evidenciado por mantenerse a un lado y no intervenir. Incluso la propia Universidad Iberoamericana campus Puebla se ofreció a fungir como mediadora para resolver el conflicto, pero las autoridades no le tomaron la palabra.

El plantón se mantuvo y el inmueble se convirtió en un centro cultural. Durante casi un año, el recinto fue renombrado “Altepelmelcalli” o “La casa de los pueblos”. Ahí se organizaron ruedas de prensa, encuentros y talleres de arte y cultura, sobre todo actividades para niñas, niños y familias completas. La comunidad resignificó el plantón y la toma.

Luego de haber detenido la extracción de agua de Bonafont, apenas unas semanas después, los habitantes reportaron que el nivel de agua de sus pozos empezó a subir considerablemente: el agua se estaba recuperando. Esto se pudo constatar a través de recorridos en la zona donde arroyos antes secos o con muy poca agua tenían ya más cauce y nivel.

El futuro incierto

El 15 de febrero de 2022, por la madrugada, a casi once meses del plantón, elementos de la Guardia Nacional junto con Policía Estatal llegaron al campamento, desalojaron a quienes estaban ahí durmiendo y tomaron nuevamente las instalaciones de la embotelladora.

A finales de mayo, Pueblos Unidos dio una rueda de prensa en el marco del primer año de la aparición del socavón, en la cual denunciaron que el alcalde de Juan C. Bonilla había autorizado a Bonafont para funcionar ahora como una distribuidora de agua purificada. Los pueblos de la región cholulteca recordaron en junio que seguirán insistiendo en que Bonafont cierre por completo, señalando que hasta ahora no se ha hecho público si la embotelladora ya tiene los permisos correspondientes o no.

Hasta esta semana, es incierto el futuro del agua en la región y de las actividades de Bonafont. Los integrantes de Pueblos Unidos siguen organizándose y haciendo actividades, entre ellas participando en una caravana en más de cinco estados del país para defender el agua y la vida, y compartiendo en foros, eventos y talleres la importancia de cuidar el territorio y el agua. /Fuente: https://contralacorrupcion.mx/el-pueblo-que-cerro-la-llave-a-bonafont/)

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