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Llegó el Día Cero por falta de agua

No hay hora que no llegue, y la ciudad de México ya está próxima a arribar al temido Día Cero

Por: Rosalinda Cabrera Cruz

No hay hora que no llegue, y la ciudad de México ya está próxima a arribar al temido Día Cero, fecha en donde el agua faltará y será insuficiente para todos los que habitan en esta entidad; de acuerdo con los pronósticos de los especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM); este escenario, si las condiciones de sequía, desperdicio y deficiente gestión del agua continúan en el Valle de México, podrá suceder en 2028.

La idea del Día Cero es, justamente, no tener capacidad, porque no llueve, de disponer de reservas de agua suficientes para atender las necesidades poblacionales”, aseguró Roberto Constantino, integrante de la Red de Investigación agUAM; en reciente conferencia de prensa encabezada por el rector de la UAM, José Antonio De los Reyes, los estudiosos urgieron a tomar decisiones y emprender proyectos para garantizar la filtración y la reinyección del agua al subsuelo.

Esto afecta especialmente a Michoacán, pues el pasado 14 de abril, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) dio a conocer que aumentará la extracción del líquido desde tierras michoacanas, luego de cerrar la llave de la presa Valle de Bravo al Sistema Cutzamala desde el 6 de abril para tratar de recuperar el volumen del embalse y mitigar las afectaciones en la Ciudad de México.

Lo anterior a causa de la reducción crítica del nivel de almacenamiento del Sistema Cutzamala que descendió hasta el 34 por ciento. Las autoridades federales, en un encuentro con medios de comunicación, lanzaron que “en la presa de Valle de Bravo, la Conagua desde el sábado 6 de abril implementó una estrategia para reducir las extracciones a cero, es decir, que se cancelaron”, esto en voz de Citlalli Elizabeth Peraza Camacho, directora del Organismo de Cuenca de Aguas del Valle de México (OCAVM).

A causa de que el Cutzamala es la fuente del 20 por ciento del agua potable que se consume en la capital del país y su área metropolitana, la Conagua optó por extraer el líquido directamente desde Michoacán, donde se ubica la presa El Bosque.

Precisaron que “desde la semana pasada se incrementaron las extracciones en la presa de El Bosque”, justificando con que este embalse es el que cuenta con una mayor cantidad de líquido, sin importar que, con ello, al privilegiar las necesidades de la CDMX, arruinan y ponen en jaque a los campesinos y habitantes del oriente michoacano.

El huachicoleo de agua vía Cutzamala

La entrega de agua del Sistema Cutzamala a la zona metropolitana del Valle de México sufrió una drástica reducción a partir del 15 de agosto de 2022, según informó en su momento la Conagua. Desde entonces, el envío de agua a la gran metrópoli pasó de 14.2 a 13.2 metros cúbicos por segundo, debido a la intensa sequía que desde entonces afecta a todo el país.

Previo a la realización de este anuncio, los gobernadores de Michoacán, estado de México y Ciudad de México, el 13 de julio de ese año, firmaron el “convenio para la inversión de 300 millones de pesos en infraestructura hidráulica que permita la sustentabilidad y gestión eficiente del Sistema Cutzamala”, a fin de ayudar a una cada vez más sedienta ciudad.

Según se mencionó. la inversión se destinaría a sistemas de riego y de agua potable en comunidades y municipios del estado de Michoacán, con beneficio para cerca de mil 600 agricultores michoacanos y pobladores de la zona agrícola de la región oriente.

Adicionalmente, se aseguró que se dotaría de agua potable a comunidades y se rehabilitarían los canales de riego que ya existían y se mejoraría la planta de tratamiento que llega a la presa del Bosque. La firma del convenio se calificó como de justicia social, destacando que era la primera vez que se hacía una inversión de este tipo donde a través de los recursos de dos entidades se invertía en una tercera, en este caso Michoacán.

Cabe destacar que el 3 de mayo de 2022, el Sistema Cutzamala cumplió 40 años como principal sistema importador de agua para la zona metropolitana de la Ciudad de México, pero… El convenio de inversión de 300 millones de pesos ¿Fue en realidad un convenio de justicia social?, al parecer no, porque la inversión sólo se hizo a medias y ahora se incrementará el trasvase de agua para saciar la sed de los capitalinos.

Un saqueo sistemático

Desde mediados del siglo pasado, era evidente que la capital de la república mexicana concentraría la mayor parte de la población del país, así que a inicios de los años cuarenta, las autoridades federales comenzaron a buscar alternativas técnicas para la gestión de los recursos hídricos en ciudad de México, estado de México y Michoacán y una de las propuestas fue la posibilidad de efectuar un trasvase desde otras cuencas hidrológicas.

Ya en los años 50 y 60, la extracción del agua subterránea se magnificó, y el crecimiento natural y social de la población rompió el equilibrio hidrológico de la cuenca del Valle de México, que poco a poco se iba quedando sin agua. La concentración demográfica, aunada al proceso histórico de desecación y al nulo aprovechamiento de las aguas pluviales, requirió la búsqueda de alternativas de abastecimiento para la ciudad.

Por otra parte, la explotación de los recursos hídricos del estado de México y después de Michoacán impulsó a la construcción de una serie de obras para captar las aguas de los manantiales que se encontraban al sur poniente de la zona metropolitana del Valle de México y los que alimentaban las ciénegas del Alto Lerma, este último con la construcción de un acueducto de 60 kilómetros desde Almoloya del Río en el estado de México hasta los tanques de Dolores en Chapultepec, en la Ciudad de México, con lo que iniciaría con ello, el proyecto Lerma, el cual permitió una alternativa para los problemas de desabasto en el Valle de México, aunque no fue suficiente.

Para los años 70, en una segunda etapa, se construyó una red de 230 pozos profundos ubicados en el valle de Toluca y en las zonas de Ixtlahuaca y Jocotitlán para aumentar la disponibilidad de agua en la zona metropolitana.

Con el sistema Lerma se sustentaría décadas después el Sistema Cutzamala, iniciando con ello el trasvase o importación de agua de otras cuencas (primero la Cuenca de Lerma y posteriormente la Cuenca del Balsas). No obstante, la expansión urbano-industrial en el Valle de Toluca y Lerma generó cambios importantes, en particular en la transformación del paisaje rural y ambiental de su territorio.

Así, la nueva configuración territorial a nivel urbano se expresó desde los años sesenta en un proceso de metropolización del valle de Toluca, y el efecto fue doble, generando una mayor presión sobre los recursos naturales de los municipios del estado de México y por ende de Michoacán. ¿A qué derivó todo esto? A formular diferentes formas de apropiación del agua, suelo y bosques, que contrastaron e incluso nulificaron las formas tradicionales que existían en las sociedades rurales de la región.

Las alternativas existen, pero…

Delia Montero, integrante de la Red de Investigación agUAM, durante la conferencia de prensa de esta semana, precisó que los capitalinos viven en un muy alto estrés hídrico y, aunque no hay conciencia de ello, en riesgo latente de quedarse muy pronto sin agua; subrayó que “estamos actuando de una manera muy irresponsable, no vamos a traer agua de más lejos porque se la quitamos a otros y eso genera conflictos, no podemos extraer agua de pozos más profundos porque sale con metales, provoca hundimientos, es decir, estamos en una situación complicada, qué hacer, buscar formas de tratar el agua y reinyectarla y formas de gestión diferente”

Ante el riesgo de que el antiguo Distrito Federal se quede sin agua, los especialistas dijeron que se pueden desarrollar obras masivas para garantizar la filtración del agua al subsuelo, construyendo pozos de absorción, instalando red de drenaje pluvial separada de las aguas negras, entre otras soluciones.

A su vez, el rector De los Reyes Heredia propuso “cambiar masivamente en toda la ciudad los pavimentos y concretos de todas las calles y las banquetas por materiales permeables como con el que se construyó el Parque Cuitláhuac, en Iztapalapa; es decir, en lugar de poner concreto indiscriminadamente, es retirar concreto, pensar en materiales que también permitan la permeación del agua, se ha hecho con todos los espacios en el oriente de la ciudad, el Parque Cuitláhuac y muchos otros más, que con estas soluciones permiten la filtración del agua para que los mantos freáticos y, en particular, los pozos que tenemos se puedan explotar y, básicamente, eso habría que hacerlo a la escala mayor de la Ciudad de México”, dijo. 

De igual manera, los científicos y ambientalistas de la UAM hicieron hincapié en que “los capitalinos debemos dejar atrás la idea de que el agua que usamos se desecha masivamente a través del drenaje y comenzar a utilizar tecnologías para limpiarla y reutilizarla varias veces, agregaron.

Si nosotros no tomamos decisiones para que toda el agua residual que se desecha normalmente, a través de drenaje, no tiene ningún otro fin más que considerarla agua de desperdicio, en lugar de generar procesos tecnológicos que nos permitan mediante un muy estricto programa de reutilización, reincorporar algunos de estos flujos en nuestros propios sistemas de distribución, emulando a la naturaleza, es decir, soluciones basadas en lo que hace la naturaleza, nos enfrentaremos irremediablemente al Día Cero”, dijo Constantino.

Situación alarmante

Las tres principales presas del Sistema Cutzamala (El Bosque, Valle de Bravo y Villa Victoria), vitales para el suministro de agua en la Zona Metropolitana del Valle de México, reportan actualmente un almacenamiento conjunto de 266 millones de metros cúbicos, lo que equivale al 34 por ciento de su capacidad total.

La situación ha empeorado debido a la ausencia de lluvias, pues El Bosque, Valle de Bravo y Villa Victoria no han recibido recargas naturales, así que con el fin tratar de recuperar la presa Valle de Bravo, Conagua ahora tomará el líquido desde Michoacán y lo conducirá a través del embalse de Colorines y a partir de ahí lo dirigirá directamente a la planta potabilizadora, antes de llegar a la región del Valle de México.

Peraza Camacho anunció durante una reunión semanal del Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas (CTOOH) que desde el pasado 6 de abril se detuvo por completo la extracción en Valle de Bravo, pues este embalse es el que menor cantidad de agua conserva.

Para compensar la reducción de flujo desde el Sistema Cutzamala, desde el 6 de abril Conagua también extrae mayor cantidad de agua desde el acuífero de Zumpango para distribuirla en la Ciudad de México y varios municipios del estado de México.

Hasta el momento, las autoridades gubernamentales en Michoacán no han pronunciado su postura al respecto, pese a ser un estado también en situación de sequía, donde varias comunidades de Zitácuaro donde se encuentra la presa El Bosque sufren carencia del vital líquido, así como otros municipios y zonas de la entidad.

Desde el 13 de julio de 2022, cuando se anunció la firma del referido “convenio histórico gubernamental” con el fin de incrementar el uso eficiente del agua en zonas agrícolas michoacanas en la presa El Bosque de Zitácuaro, perteneciente al Sistema Cutzamala y para “hacer justicia social” hacia Michoacán, poco se ha avanzado en las acciones técnicas contempladas a realizar por parte de la Conagua.

El acuerdo fue firmado por la entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México y ahora candidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo; por quien era gobernador del estado de México, Alfredo del Mazo Maza y por el actual gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla.

Para junio de 2023, el director de la Comisión Estatal del Agua y Gestión de Cuencas (CEAC), Roberto Arias Reyes, dio a conocer que el avance en los trabajos de tecnificación del Sistema Cutzamala llevaba un 20 por ciento de avance y que se esperaba que la obra cuya inversión era de 300 millones de pesos concluyera ese mismo año, sin embargo, a la fecha no se ha anunciado la conclusión de la misma.

En algunos medios locales, habitantes aledaños a la Presa El Bosque han externado su preocupación ante la actual problemática, al enterarse del incremento de extracciones de agua para la CDMX en los últimos días, ya que no solo dependen del cuerpo acuífero en Zitácuaro más de 30 familias de pescadores, sino productores de Jungapeo, Benito Juárez y Laureles para el riego de huertas y cultivos en la región.

Las dos presas más importantes del sistema en territorio michoacano son El Bosque y Tuxpan; la primera fue construida en los años 1951 a 1954 por la Comisión Federal de Electricidad y Conagua. Se ubica al sur de la ciudad de Zitácuaro, sobre la carretera Benito Juárez, y limita con el municipio de Jungapeo. Bombea agua por los tubos subterráneos que llegan a la presa de Colorines en el estado de México.

Se encuentra a una altitud de 1730 msnm y su profundidad es aproximadamente de 40 metros. Es la segunda presa más importante del Sistema Cutzamala en Michoacán (después de la presa Tuxpan).

En el caso de la Presa Tuxpan, la más importante del Sistema Cutzamala, se trata de una presa alimentada 100 por ciento por el agua proveniente de los bosques de la Mariposa Monarca. No es una presa de almacenamiento, es una presa derivadora, las que generalmente no retienen agua en un reservorio; en cambio, el agua se desvía hacia un curso de agua artificial, en este caso hacia el Sistema Cutzamala.

En estos bosques, pertenecientes a los municipios de Senguio, Angangueo y Ocampo, existen, además de las tres cabeceras municipales: 63 localidades rurales de Senguio, 22 de Angangueo y 44 de Ocampo, para un total de 129 comunidades rurales, mismas, que junto con las cabeceras municipales, hacen un total de 55 mil 499 habitantes (19 mil 833 de Senguio, 10 mil 892 de Angangueo, y 24 mil 774 de Ocampo), los que en estos tiempos de sequía y ante las demandas hídricas de la Ciudad de México, hoy sufren los estragos de quedarse sin el vital líquido.

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