Este domingo 7 de abril, en el edificio del Instituto Nacional Electoral (INE) se realizará el primer debate presidencial entre las candidatas Xóchitl Gálvez, de la coalición “Fuerza y Corazón por México” integrada por el PRI, PAN y PRD; Claudia Sheinbaum, de “Sigamos Haciendo Historia” conformada por Morena, PT y Verde y Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano.
No hay pretexto que valga en las y los electores, para no “medir” en el cara a cara entre las y el candidato, las propuestas para sacar a México de los grandes problemas que enfrenta principalmente en salud, educación, transparencia y combate a la corrupción, no discriminación, grupos vulnerables y violencia contra las mujeres, que serán los temas abordados en este primero de los tres ejercicios de democracia.
Que tampoco prive la desidia porque no se esté frente a un televisor o radio.
El debate podrá seguirse a partir de las 8 de la noche y por un hora y 20 minutos, por todas las redes sociales del Instituto.
Moderarán este primer encuentro, los periodistas Denise Maerker y Manuel López San Martín.
Las y el candidato presidencial enfrentarán una batería de 30 preguntas de las 108 que formularon ciudadanas y ciudadanos y que resultaron las más coincidentes.
Se supone que no hay trampa. Las preguntas las conocerán las y el candidato en el momento y en vivo. De la preparación de cada una y uno, evitar la lectura de tarjetas y ver de frente, dependerá salir librado.
Los debates presidenciales en México se han consolidado ya como un rito democrático en los últimos 30 años, para presentar juntos a los candidatos, que los conozcan, contrasten y convenzan de las propuestas para los próximos seis años.
Si se le puede creer a las encuestas, el electorado esta polarizado entre los que pretenden la continuidad de la 4T y quienes ven en este experimento estatista, la total ruina de México.
No desdeñemos la importancia de los tres debates presidenciales que se realizarán en nuestro país y juzguemos con seriedad lo que mejor nos conviene a todas y todos, para la solución de los grandes problemas nacionales.
Solo los electores con nuestro voto razonado y consciente, podemos hacerlo.
