Otra vez, la “resistencia” a las calles: “Mi voto no se toca”
Los ataques del presidente Andrés Manuel López Obrador a la democracia que tanto ha costado a las y los mexicanos construir por décadas, no cesan. Pero tampoco se debilita la resistencia. Organizaciones civiles convocaron ya a una segunda movilización para defenderla, así como al INE.
Ciudadanas y ciudadanos serán convocados a concentraciones masivas el día 26 de febrero a las 11 horas, en la Ciudad de México y en otras del interior del país. La consigna es en defensa de la Constitución y de la democracia, y uno de los lemas ´Mi voto no se toca´, anunció la comisión promotora del Frente Cívico Nacional.
El lugar: ahora sí el Zócalo capitalino. “No es de nadie, no es del Presidente; vamos a demostrar que no es un pequeño grupo de personas o de partidos, sino que es un gran sentimiento ciudadano para llamar al López Obrador a dejar de estar golpeando la institución democrática”, explicó Guadalupe Acosta Naranjo.
Esta concentración da continuidad a la megamarcha realizado el pasado 13 de noviembre bajo el lema “el INE no se toca” y en la que participaron en total más de 1.5 millones de electores y que logró frenar la reforma constitucional en materia electoral.
Sin embargo, con las reformas a leyes secundarias, conocidas como el “plan B” del Ejecutivo Federal, la democracia, el INE y las propias elecciones del 2023 y 2024, siguen en riesgo.
La manifestación del 26 de febrero busca, de acuerdo con Acosta Naranjo, alertar que “el riesgo a la democracia sigue”, no solo por la aplicación del «plan B» de la reforma electoral, sino por la elección de cuatro nuevos consejeros del INE, proceso que para finales de febrero estará en marcha y concluirá el 4 de abril.
Las dirigencias del PAN, PRD y PRI interpusieron, por separado, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) un paquete de acciones de inconstitucionalidad en contra de las nuevas reglas de propaganda gubernamental aprobadas en diciembre por la mayoría morenista en el Congreso. Esperan que las y los ministros resuelvan a la brevedad para evitar que sea aplicable en los comicios de este año y el siguiente. Pero faltan de aprobarse otras leyes igual de dañinas para la democracia.
Por su parte, las y los consejeros del INE presentaron una controversia constitucional ante la Corte, en contra del recorte a su presupuesto en este 2023, el cual asciende a 4,475 millones de pesos y que pondría en riesgo la certeza y confiabilidad de los procesos electorales de este año y los del 2024 al eliminar de tajo, diferentes áreas operativas del Instituto, así como los conocidos OPLEs en las 32 entidades del país.
No es un tema de austeridad y de una democracia cara, sino de gobernabilidad sostenida con procesos electorales confiables.
Más se gasta el presidente Andrés Manuel López Obrador en sus obras sexenales, como el AIFA que sigue sin ser atractivo para los viajeros, la refinería de Dos Bocas que cada temporada de lluvias se inunda y el Tren Maya que se tiende sobre los restos de nuestros ancestros que tanto se defienden en el discurso.
La “resistencia” es dura. Pero vale la pena.
