Michoacán, como uno de los estados con más flujo migratorio, en 2023 se ubicó como la segunda entidad de México con mayor recepción de ingresos por remesas, pues los paisanos radicados en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, enviaron 5 mil 409 millones de dólares, lo que equivale 100 por ciento del presupuesto estatal, que es de 91 mil 167.4 millones de pesos.
Este dato, que sin tapujos exhibieron con orgullo desde el presidente Andrés Manuel López Obrador en su reciente visita a la entidad, pasando por el gobernador del estado Alfredo Ramírez Bedolla hasta llegar a la titular de la secretaría de Migrante del gobierno estatal, Teresa Mora Covarrubias, lejos de tomarse como algo positivo, debe llevar a la reflexión.
Por principio de cuentas, al informar los datos del Índice de Intensidad Migratoria México-Estados Unidos, se pudo saber que Michoacán se ubica como la tercera entidad federativa con más flujo migratorio al país vecino del norte. Son 16 municipios los que presentan un alto índice de migración, 36 altos, 44 medio y 17 bajo, sin embargo, los 113 municipios tienen algún nivel de migración, lo cual es preocupante.
Morelia, La Piedad, Zamora, Uruapan, Sahuayo, Hidalgo, Puruándiro, Pátzcuaro, Apatzingán y Maravatio, son los 10 municipios donde se concentra el mayor número de ingresos por concepto de remesas, o lo que es lo mismo, una buena parte de los habitantes de estos municipios, quienes por diversos motivos abandonaron sus terruños, obtienen sus recursos de la riqueza que generan con su trabajo en tierras extranjeras y no en sus lugares de origen.
Claro que el gobernador le quiso maquillar un poco, aseverando que, durante la pandemia, los michoacanos que radican en la Unión Americana hicieron más notorio el apoyo brindado a sus familias que viven en México, lo que es lo mismo que admitir que poco o nada pudieron hacer las autoridades michoacanas por ellos.
Ahora, ante tal flujo económico, que los migrantes generan e incrementan en el territorio del Tío Sam, dejando sólo la parte de sus salarios para enviar a sus familias a manera de remesas, ya la actual administración gubernamental busca como capitalizar dichos recursos.
Al respecto, Mora Covarrubias habló del programa “Sueño Michoacano”, impulsado por Ramírez Bedolla, pretendiendo mostrarle a la gente de Michoacán que “también aquí en nuestro estado se pueden construir grandes sueños y grandes proyectos” (haciendo caravanas con sobrero ajeno), pidiendo para ello, claro está, una tajada de las remesas que tanto trabajo les costó a los connacionales ganar.
Con un discurso bonito, habló de los tres componentes del programa, que van desde la educación y la cultura, hasta la productividad y pequeñas empresas, pretendiendo “ayudar” a las familias de los migrantes con asesorías y proyectos sugeridos por la administración estatal para que usen sabiamente los millonarios envíos.
Por supuesto que el manejo de los recursos será la inversión a modo y la concesión de créditos que pueden ser desde los 50 mil pesos hasta el millón y medio, dependiendo de la modalidad que elijan, y esto es a una tasa de interés del 10 por ciento fija anual; como están muy interesados en el bienestar de las familias de migrantes, también les ayudarán a comprar casas, por medio del IVEM, pero parecen olvidar que desde mediados del siglo pasado, estas personas se han rascado con sus propias uñas y saben cómo sacar provecho de sus envíos, pero los 5 mil y medio millones de dólares sin duda son una gran tentación como para no buscar sacar una tajada de ellos.
