Por: Marco Antonio Aguilar Cortés
Varias personas acuciosas han ido contando las mentiras dichas por el presidente López en su ejercicio gubernativo.
Ellas reportan más de 100 mil embustes dichos por el ejecutivo federal hasta, inclusive, el primer semestre del año 2023.
La enorme cantidad de sus engaños lo coloca como un contumaz tramposo; aparte de que lo sitúa en el primer lugar de falsario dentro de los jefes de Estado de nuestro planeta.
Sin embargo, no sólo es la cantidad de engañifas pronunciadas por Andrés Manuel, sino el daño que con estos ardides le ha generado a México.
La baja calidad de esas artimañas porta vilezas.
Así, con esas maldades y mentiras el presidente actual lo retuerce todo.
Recientemente, en una de sus maña-neras, exhibió una encuesta en donde se da por seguro que morena (su personalísimo instrumento
electoral) tiene el triunfo ganado en la elección presidencial y en el resto de los cargos para el 2024.
Ese sondeo electoral fue pagado, fuera de tiempo y forma, con dinero de la población, y dispuesto perversamente por el presidente López, quien publicó esa mentirosa indagación electiva como acto de autoridad, violando (como siempre) la Constitución Federal y las leyes electorales que de ella emanan.
Después le añadió a ese acto de autoridad presidencial: “Vamos a ganarle a la oposición porque la mentira es reaccionaria, y la verdad es revolucionaria”.
Con esa afirmación, el pertinaz farsante se autocalifica de “veraz y revolucionario”, cuando sus continuas mentiras y su naturaleza conservadora son sus constantes, en su hacer.
El presidente López quiere conservar su poder, tope donde tope; y, para ello, anticipó los tiempos y las formas de su sucesión, contraviniendo gravemente a nuestro sistema jurídico, con un enorme costo.
Escogió a sus prospectos presidenciales, y los puso como tapones de las botellas de su capricho, llamándoles humillantemente “corcholatas”, dándoles instrucciones, dinero, y fecha para su destape.
A esas corcholatas las destapará el “pueblo” noble y sabio; es decir, las descorchará el presidente López, él será el tirabuzón.
El embrollo y la ruindad presidencial crearon a esas tres corcholatas originales. Los otros tres tapirujos posteriores están en busca de premios de consolación.
Los seis corchos pueden ser desechados por el presidente López, quien no es ni noble ni sabio, quien ha perdido hasta el sentido común y la vergüenza, y quien desea que se nulifique la elección.
La Alianza amplia de partidos Va por México; Beatriz Paredes Rangel, Santiago Creel, Xóchitl Gálvez y Enrique de la Madrid; y, sobre todo, la sociedad a través de sus ciudadanos hartos de tantas mentiras y maldades del presidente López (con su terrible secuela de daños al país) necesitan actuar apegados al sistema jurídico mexicano para no dar lugar a ninguna nulidad electiva.
Todos unidos para que ningún mexicano quede al margen de un desarrollo firme, amplio, eficiente, sustentable y humanista.
Ya para el próximo mes patrio de septiembre, la candidata de esa alianza, fortalecida por la energía inteligente de la sociedad y sus partidos, deben de imponer la agenda política de México.
