Opinión| El país mal y la educación peor
El país mal y la educación peor
“Hay que hacer más caso a quien enseña, no a quien da órdenes”: San Agustín
Por: Luz María Sánchez S.
En medio del turbio relevo de titulares de la Secretara de Educación Pública, los alumnos de 960 escuelas públicas de todo el país, que van de preescolar hasta secundaria, serán experimento en este ciclo escolar de la difícil situación de “prueba-error” con el Programa Piloto del Nuevo Plan Educativo, aquel que no pudo explicar claramente, en su primera y fallida entrevista, la nueva secretaria, Leticia Ramírez quien sustituyó en el cargo a doña Delfina Gómez, ambas entrañables amigas y colaboradoras del Presidente.
Según el acuerdo de la SEP, publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 19 de agosto de este año, este Nuevo Plan Educativo cambia la visión de la enseñanza de niños y jóvenes con legítimas aspiraciones como es la formación de estudiantes mexicanos con horizontes humanistas, inclusivos, con estrecha vinculación con la comunidad y un pensamiento crítico. Sin embargo, carece de un análisis específico de la situación de la educación, en tiempos de pandemia, porque mientras las autoridades educativas aseguraron en junio de 2021 que la deserción escolar se estimó en poco más de un millón de alumnos, no hay cifras exactas y apegadas a la realidad que constaten esta afirmación de la entonces titular de Educación Pública, quien ya se ocupa de otras tares electorales.
En agosto de este año, previo a dar el banderazo del nuevo ciclo escolar, muy segura estaba la saliente titular de la SEP de la puesta en marcha del Programa Piloto del Nuevo Modelo Educativo, al anunciarlo con “bombo y platillo” en la conferencia matutina de Palacio Nacional, pero un mes después surtió efecto el amparo presentado por La Organización Educación con Rumbo, en el que el Juzgado Sexto de Distrito en Materia Administrativa ordenó una suspensión de este Plan Piloto por considerarlo inconstitucional.
Abandonando la chamba de titular de Educación Pública, para preparar su campaña rumbo a la gubernatura del Estado de México, doña Delfina Gómez dejo la “papa caliente” del Nuevo Modelo Educativo en su fase de Programa Piloto a su sucesora, la maestra Leticia Ramírez, quien desde hace 30 años no ejerce esta actividad. Su experiencia destaca más en el activismo sindical y su máxima aportación a la administración pública ha sido la de ser la recepcionista de miles de quejas y peticiones a las puertas de Palacio Nacional. Con esas cartas, ahora, deberá enfrentar una resolución judicial.
La suspensión otorgada por el juez está sustentada en que el Programa Piloto del Nuevo Plan de Estudios en 960 escuelas públicas, es inconstitucional porque violenta el artículo 28 de la Carta Magna sobre Derechos del Niño que establece que la educación que imparta el Estado debe realizarse en condiciones de igualdad.
La organización que presentó el amparo informo que el Programa Piloto de la SEP es inconstitucional porque establece dos modelos de educación: uno para 960 escuelas públicas que no cumple con el estándar de calidad, que no cuenta con la certeza de los planes, programas y material educativo que servirán de base, además de que los maestros no hayan sido previamente capacitados; y otro para el resto de las escuelas públicas y privadas”.
La reacción de las autoridades fue mesurada. La Secretaria de Educación Pública simplemente emitió una tarjeta informativa en la que señaló que no había sido emplazada en este juicio, pero interpondrá un recurso de queja en contra de la admisión de la demanda y en contra de la concesión de la suspensión provisional.
La SEP también anunció que continuará con la implementación del Programa Piloto del nuevo Plan de Estudios para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria en 960 escuelas del país, 30 por cada uno de los 32 estados y que entraría en vigor, curiosamente en un día inhábil, el 29 de octubre que es sábado.
El enojo del Presidente López Obrador fue predecible, al acusar directamente al Partido Acción Nacional de la suspensión legal provisional en contra del Programa Piloto del Nuevo Plan Educativo. Afirmó que es un intento de la oposición por impedir que la educación sea pública. “Es natural que esto suceda porque se trata de cambios en los contenidos de libros de texto y el conservadurismo siempre se ha opuesto a la educación pública, a los contenidos de los libros solamente cuando ellos los hacen como pasó durante todo el periodo neoliberal”.
También aprovechó para reiterar su rechazo a los académicos, historiadores e intelectuales que en otros periodos han participado en la elaboración de los contenidos educativos, pero que a cambio de “jugosas ganancias” -según el Mandatario-, dejaron de lado la historia, el civismo y la ética.
Más allá de las descalificaciones del Presidente, el pretexto es hablar mal de lo que hicieron anteriores gobiernos en materia educativa, al margen del tema sindical, para imponer la narrativa de que la Cuarta Transformación debe estar apuntalada en un proyecto doctrinario, que López Obrador ha llamado la “revolución de las conciencias”.
A grandes rasgos, este Nuevo Modelo Educativo, cuyo programa piloto ahora está en vilo por decisión judicial, confirma la preocupación de padres de familia y de estudiosos de la educación, al modificar abruptamente los planes de estudio, ya de por si deficientes, e instaurar un esquema de prueba-error, utilizando a nuevas generaciones de estudiantes como conejillos de indias, al experimentar modelos de enseñanza que no han sido probados en el ámbito académico por sus creadores.
Por ejemplo, lo más inquietante para muchos padres de familia es qué el nuevo Modelo Educativo elimina los seis grados escolares en las primarias y los tres de secundaria, y los condensa en seis fases de aprendizaje: 1) de cero a dos años 11 meses de edad; 2) reúne los tres niveles de preescolar; 3) agrupa a primer y segundo año de primaria; 4) tercer a cuarto año; 5) quinto a sexto año y 6) condensa los tres años de secundaria.
En teoría el Nuevo Plan de Estudios se antoja ambicioso por su aspiración humanista y de reconocimiento a la experiencia y saber de los docentes, pero el experimento resultará costoso para miles de alumnos. ¿Cómo imaginar un modelo educativo ideal? Sí en el rubro administrativo, el magisterio es un desastre; sí los alumnos regresaron a las aulas después de dos años de pandemia a escuelas sin servicios básicos, sin agua, con mobiliario desecho, sin pizarrones e inmuebles prácticamente derruidos. Porque ni siquiera en esta larga ausencia del alumnado, las autoridades destinaron presupuestos a la remodelación. Tuvieron tiempo ¿pero los recursos dónde quedaron y quien los auditó? Triste panorama para la educación.
En una entrega reciente, esta servidora escribió acerca del cochinero administrativo que dejo a su paso la maestra Delfina, quien sólo utilizó a la SEP como un escalón más para su carrera política y, ahora estará planeando otra gran hazaña electoral, colgarse la medalla más grande: ganar la joya del Estado de México para la 4T.
Por ello, la máxima se confirma: Sí el país anda mal, la educación está peor.